Un m¨¦dico noruego lleva cinco a?os publicando datos absurdos
Algunos art¨ªculos contienen falsedades que puede detectar un profano

Al igual que Hwang Woo-suk, el m¨¦dico noruego Jon Sudbo ha publicado datos falsos en revistas t¨¦cnicas, pero ah¨ª se acaban los parecidos. Sudbo, seg¨²n se supo ayer, llevaba cinco a?os invent¨¢ndose unos resultados sobre el c¨¢ncer de boca que public¨® en tres revistas m¨¦dicas. Pero algunos de sus montajes son tan chapuceros que podr¨ªan haber sido detectados por un profano. Al menos una revista m¨¦dica ha quedado en rid¨ªculo.
El ¨²ltimo trabajo de Jon Sudbo, un m¨¦dico de 44 a?os vinculado al Hospital Radiol¨®gico de Oslo, fue publicado en la revista m¨¦dica Lancet (octubre de 2005), y demuestra falsamente que varios f¨¢rmacos antiinflamatorios de uso com¨²n reducen el riesgo de c¨¢ncer de boca en los fumadores.
"Ni siendo verdad tendr¨ªa relevancia alguna, ya que a ning¨²n m¨¦dico se le ocurrir¨ªa recetar una dosis diaria de antiinflamatorios a un paciente fumador para reducir el riesgo de que desarrolle un c¨¢ncer de boca", explica el presidente de la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa M¨¦dica, Alfredo Carrato. "No necesito decir cu¨¢l es la mejor forma de que un fumador reduzca el riesgo de desarrollar un c¨¢ncer de boca".
Los otros trabajos se han publicado en 2001 y 2004 en el New England Journal of Medicine y el Journal of Clinical Oncology. Uno de ellos presenta un m¨¦todo poco eficaz (adem¨¢s de falso, seg¨²n se sabe ahora) para diagnosticar las fases preliminares del c¨¢ncer bucal. Otro concluye que la extracci¨®n de unas cuantas c¨¦lulas de la boca no tiene ning¨²n efecto sobre la mortalidad de los pacientes. "No conoc¨ªa estos art¨ªculos, pero carecen del menor inter¨¦s m¨¦dico, y nunca han llegado a la pr¨¢ctica cl¨ªnica", afirma Carrato.
Los art¨ªculos de Sudbo no parec¨ªan tener mucho seguimiento en el campo de la oncolog¨ªa, pero la pasada navidad encontraron una lectora en otra disciplina m¨¦dica. Seg¨²n relataba el jueves la revista cient¨ªfica Nature, la directora de epidemiolog¨ªa del Instituto Noruego de Salud P¨²blica, Camilla Stoltenberg, estaba hojeando un n¨²mero atrasado de Lancet cuando se top¨® de casualidad con el art¨ªculo de los fumadores y los anti-inflamatorios.
Los resultados eran irrelevantes, pero lo que le llam¨® la atenci¨®n no fue eso, sino de d¨®nde proven¨ªan. Sudbo dec¨ªa haber utilizado los h¨¢bitos de vida registrados en una base de datos de pacientes de Noruega. Y Stoltenberg, que era la responsable de esa base de datos, sab¨ªa que eso era imposible, porque Sudbo no ten¨ªa acceso.
El m¨¦dico, simplemente, se hab¨ªa sacado a los 908 pacientes de la manga. Y lo hab¨ªa hecho de forma tan chapucera que 250 de ellos ten¨ªan hasta la misma fecha de nacimiento. Stoltenberg avis¨® al hospital y a las revistas m¨¦dicas, y ha bastado un somero vistazo para descubrir todo lo dem¨¢s.
El editor de Lancet, Richard Horton, intent¨® la semana pasada comparar este asunto con el caso del cient¨ªfico coreano Hwang Woo-suk, uno de los fraudes cient¨ªficos m¨¢s espectaculares de la historia. "Es muy similar", declar¨® en Nature. "Si un investigador est¨¢ decidido a inventarse todo un estudio, es imposible detectarlo".
La mayor¨ªa de los cient¨ªficos coincidir¨ªan con el argumento de Horton en el caso de Hwang, que era realmente un experto en su campo de estudio, la clonaci¨®n de embriones, y que perpetr¨® su fraude de manera h¨¢bil y meticulosa. Pero el argumento es muy dif¨ªcil de sostener en el presente caso.
The New England Journal of Medicine se ha visto forzada a reconocer que el art¨ªculo que le public¨® a Sudbo el 26 de abril de 2001 es inv¨¢lido porque dos figuras "que representan dos pacientes diferentes, y en dos diferentes fases de c¨¢ncer epitelial, son en realidad distintos aumentos de la misma fotomicrograf¨ªa [foto tomada al microscopio]".No hace falta saber nada de c¨¢ncer epitelial, ni de medicina, para darse cuenta de eso (http://content.nejm.org/).
La "revisi¨®n por pares" (peer review) es el procedimiento que sigue cualquier revista cient¨ªfica o m¨¦dica de calidad. Quiere decir que el director de la revista env¨ªa el borrador a dos o m¨¢s cient¨ªficos expertos en la disciplina en cuesti¨®n (los revisores o referees) para que lo lean y le den su opini¨®n sobre si debe o no publicarlo, o si creen que los autores tienen que aportar experimentos adicionales para que sus conclusiones se sostengan, o si deben mencionar interpretaciones alternativas a las que favorecen.
El sistema no est¨¢ dise?ado para detectar falsificaciones, pero s¨ª errores, y las figuras de Sudbo tendr¨ªan que haber sido detectadas como un error al leer el borrador, o incluso antes. ?Leyeron los revisores el borrador del noruego? ?Lo miraron, al menos? La revista explic¨® ayer que, por el momento, no va a facilitar ninguna informaci¨®n.

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