Pascual Parrilla: "Es muy importante tener un esp¨ªritu cr¨ªtico"

?Qu¨¦ tiene Murcia para que el servicio de cirug¨ªa del hospital Virgen de la Arrixaca pueda codearse con los mejores? Tiene a una eminencia que acab¨® la carrera de medicina a los 21 a?os y a los 29 se convirti¨® en el catedr¨¢tico m¨¢s joven de Espa?a. "Se puede contribuir a la ciencia y al progreso desde cualquier lugar", sostiene. Pascual Parrilla (Torrent, 1945) ha dejado la impronta de su fuerte personalidad en todos los frentes en los que ha batallado. "Es muy importante tener un esp¨ªritu cr¨ªtico, y se ha de cultivar especialmente cuando uno se est¨¢ formando. Yo soy muy cr¨ªtico con mis alumnos: prefiero ser cr¨ªtico yo ahora con ellos a que luego lo sea la vida". Hay dos actitudes profesionales que califica de patol¨®gicas: el inmovilismo y el esnobismo. "Es inmovilista aquel que opera bien, pero no arriesga ni est¨¢ abierto a las innovaciones; el esnobista, en cuanto tiene noticia de una t¨¦cnica nueva, la aplica en el primer enfermo que se le presenta, lo cual provoca no pocos fracasos que pagan los pacientes".

Naci¨® en los a?os grises de la posguerra, en una familia obligada al silencio porque pertenec¨ªa al bando de los vencidos. Su padre militaba en Izquierda Republicana. La madre, de origen humilde, siempre tuvo muy claro que, en aquella Espa?a autoritaria y culturalmente castradora, "tener estudios" era la ¨²nica palanca con la que sus dos hijos podr¨ªan apartar la pesada losa del clasismo. "Yo ten¨ªa mucho amor propio. Me di cuenta de que cuanto mejor estudiante era, m¨¢s me respetaban". A los 15 a?os ya estaba a las puertas de la universidad para hacer medicina. Su carrera fue fulgurante: 21 matr¨ªculas de honor y el premio extraordinario.

"Medicina interna era la especialidad que m¨¢s me atra¨ªa, pero me di cuenta de que el internista casi siempre se quedaba a mitad de camino; al final, el que resolv¨ªa era el cirujano", cuenta. Entr¨® de m¨¦dico residente en el hospital Cl¨ªnico de Valencia y all¨ª conoci¨® al que ser¨ªa su maestro y mentor, Carlos Carbonell Antol¨ª, "un hombre honesto, recto, del que todos los d¨ªas tienes oportunidad de acordarte". Le aconsej¨® que se preparara bien en todas las especialidades y que despu¨¦s se presentara a oposiciones de catedr¨¢tico. Se prepar¨® intensivamente, pero no ten¨ªa excesiva confianza en el sistema. Su maestro le tranquiliz¨®: "Usted prep¨¢rese y no se preocupe, la gente ya se apartar¨¢". No hab¨ªa cumplido a¨²n 30 a?os cuando gan¨® la plaza de catedr¨¢tico de Patolog¨ªa y Cl¨ªnica Quir¨²rgica de Murcia, una ciudad que nunca hab¨ªa visitado. "Era en 1975 y me sent¨ªa el hombre m¨¢s feliz del mundo".

Pero el aterrizaje tuvo sabor agridulce: ten¨ªa 11 jefes de servicio a su mando, todos mayores que ¨¦l. "Me di cuenta de que hab¨ªa estudiado mucho, pero iba corto de bistur¨ª". Como la mayor inteligencia no suele estar re?ida con la humildad, el catedr¨¢tico m¨¢s joven de Espa?a se puso la bata de ayudante y se dispuso a seguir aprendiendo, porque una cosa es tener poder y otra tener autoridad. Y ¨¦l quer¨ªa tener autoridad. "Por muy h¨¢bil que seas, por muy buenos resultados que tengas en el quir¨®fano, si no eres capaz de sentarte en la cama del enfermo, tomarle la mano y comprender que lo que t¨² haces es lo m¨¢s importante para esa persona, no ser¨¢s un buen cirujano. El paciente te necesita, y tienes que demostrarle que le perteneces en cuerpo y alma". Han pasado 30 a?os y sigue en Murcia al frente de un equipo de 20 cirujanos, muchos de ellos alumnos suyos, que adem¨¢s de cl¨ªnica hacen investigaci¨®n. En este tiempo ha revitalizado la Asociaci¨®n Espa?ola de Cirujanos y ha tenido ofertas para ir a Madrid o Barcelona, que siempre ha rechazado. En Murcia tiene todo lo que desea. Ha creado un equipo y escuela. Los mejores de sus alumnos dicen de Pascual Parrilla lo que ¨¦l dec¨ªa de su maestro: que tienen muchos motivos para acordarse de ¨¦l.