Sexo en Serrano
Anda baja mi sensibilidad a la presencia de los dioses en el asfalto madrile?o. Pero un reparto callejero de publicidad de una sauna que ofrece sus servicios sexuales en una calle perpendicular a Serrano, a media milla escasa del Museo L¨¢zaro Galdeano, me hizo sentir el aura del mism¨ªsimo Zeus. No obstante, por desentrenamiento religioso, no llegu¨¦ a percibir si aquella presencia divina correspond¨ªa al dios griego o al hijo de Sara Montiel, que comparte nombre de pila pagana con el trisexual esposo de Hera. Me dirig¨ªa a la Fundaci¨®n Pastor de Estudios Cl¨¢sicos, que tiene su sede en un edificio racionalista de la calle Serrano construido en los a?os treinta, a dos pasos de Mar¨ªa de Molina. Era martes -y, por tanto, el d¨ªa de Marte, el dios de las Fuerzas Armadas- y la fecha era el 21 de marzo, d¨ªa en que quienes amamos la poes¨ªa recordamos estos versos de Antonio Machado: "La primavera ha venido. / Nadie sabe c¨®mo ha sido". Y, claro, la primavera alter¨® mi concepci¨®n de la filolog¨ªa griega, aunque no logr¨® cambiar mi opini¨®n sobre las peligros¨ªsimas saunas.
Caminaba rumbo a la Fundaci¨®n Pastor. All¨ª, el helenista Mart¨ªn S. Ruip¨¦rez -un sabio y aut¨¦ntico Marte de la filolog¨ªa griega en la Universidad de Salamanca y en la Complutense camuflado bajo el diminutivo Mart¨ªn- presentaba su magn¨ªfico libro El mito de Edipo, publicado por Alianza Editorial. A la altura del instituto de ense?anza secundaria Ramiro de Maeztu, tan c¨¦lebre por el Estudiantes y por la Demencia, su hinchada baloncest¨ªstica, un repartidor de publicidad me dio una octavilla que, entre los servicios generales de una sauna pr¨®xima a la plaza de la Rep¨²blica Argentina, anunciaba, con letras destacadas, este servicio especializado: griego profundo.
Caminaba concentrado en los temas que analiza Mart¨ªn S. Ruip¨¦rez en su libro: el mito de Edipo en la tragedia, las versiones precl¨¢sicas del mito, sus relaciones con el psicoan¨¢lisis, su trasfondo mic¨¦nico. Y al leer en la octavilla griego profundo me entraron, por contagio ac¨²stico del servicio astral que ofrec¨ªa la sauna, hondas dudas. ?Se merece alguien, con m¨¢s m¨¦ritos, el calificativo de griego profundo que el tema del trasfondo mic¨¦nico del mito de Edipo que nos lleva a la Grecia de hace 3.500 a?os? ?No era, pues, esta sauna una usurpadora de t¨ªtulos ajenos? ?Me estaba quiz¨¢ equivocando de direcci¨®n y la presentaci¨®n de El mito de Edipo no era en la Fundaci¨®n Pastor, que, en el estreno de la primavera, incorporando a nombre el primer verso de un soneto del madrile?o Lope, bien pod¨ªa tambi¨¦n llamarse Fundaci¨®n Pastor Que Con Tus Silbos Amorosos? No quer¨ªa hacerme m¨¢s preguntas, pero a¨²n me hice una cuarta: ?por qu¨¦ no se ha presentado el libro en esa sauna que ofrece el muy atractivo servicio de griego mic¨¦nico? Por fortuna, no me equivoqu¨¦.
En cuanto analic¨¦ fr¨ªamente la frase griego profundo -que todos los sex¨®logos, incluida, por supuesto, la gran Paloma Aznar (Vampirella) en su reciente libro ?Uhmm! Casi todo sobre sexo, traducen por coito anal hasta el h¨ªgado- despej¨¦ mi primera duda. El an¨¢lisis del concepto sauna -o sea, local en ocasiones controlado por mafiosos- me ilumin¨® de pleno. Si los puestos de chucher¨ªas, pens¨¦, cuentan hoy con una c¨¢mara que graba hasta los pensamientos m¨¢s secretos de los ni?os que compran lacasitos en la calle Goya, ?qu¨¦ no habr¨¢ en una sauna? Hoy all¨ª este riesgo le pasa inadvertido a ese incauto cliente que, seducido por la publicidad, sucumbe a la tentaci¨®n de intentar descifrar, en la postura del misionero y con la ayuda de una masajista, las tablillas minoicas del silabario -que en las saunas se llama salivario -lineal B halladas en la isla de Creta y que, hace ya 50 a?os, leyeron los sabios ling¨¹istas Ventris y Chadwick. Estos descubrimientos ling¨¹¨ªsticos de los clientes en una sauna pueden llegar en alguna ocasi¨®n, v¨ªa Internet, hasta Australia. Fui, pues, a la Fundaci¨®n Pastor, que, por cierto, debe su nombre y el palacete de su sede al ilustre banquero, enamorado de los cl¨¢sicos, Antonio Pastor.
Acompa?aban en la mesa al autor la editora Valeria Ciompi y los helenistas Luis Gil, Antonio Guzm¨¢n y Emilio Crespo, presidente de la Fundaci¨®n Pastor. Mart¨ªn S. Ruip¨¦rez acaba de publicar tambi¨¦n Venturas y desventuras de un ni?o de la guerra (Fundaci¨®n Pastor), sus espl¨¦ndidas memorias de infancia. La prosa de ambos libros es de una transparencia exquisita.
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