Pacto de Estado para la inmigraci¨®n

La inmigraci¨®n ha pasado a ser uno de los problemas m¨¢s visibles para los espa?oles, s¨®lo por detr¨¢s del paro, y m¨¢s preocupante que el terrorismo. Sin embargo, cuando se analizan los problemas que nos afectan m¨¢s personalmente a cada uno, la inmigraci¨®n casi desaparece como preocupaci¨®n ciudadana, Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas dixit.

Puede resultar curioso, pero cuando conocemos al "otro", al extranjero en singular, ¨¦ste como persona no representa ning¨²n problema, ni real ni imaginario. Lo que s¨ª est¨¢ cambiando, por desgracia a peor, es la percepci¨®n que tenemos de los "otros" en plural, como grupo ¨¦tnico, religioso o nacional, o simplemente como extranjeros "pobres".

Si un n¨²mero de inmigrantes todav¨ªa relativamente escaso afecta a las principales dimensiones de la vida social y pol¨ªtica de los espa?oles, y se convierte en un problema de enorme magnitud, todos, aut¨®ctonos y for¨¢neos, debemos analizar las causas que motivan dicha transformaci¨®n.

La inmigraci¨®n como hecho social no es un problema por s¨ª mismo; es una cuesti¨®n que, si se suscita sin tener elaborada una respuesta administrativa l¨®gica, y cunde la impresi¨®n de que se trata de una materia fuera de control, produce impactos no deseados sobre un gran n¨²mero de cuestiones (empleo, vivienda, gasto p¨²blico, identidad cultural...), todas ellas muy sensibles para la opini¨®n p¨²blica, por ser fundamentales para la consolidaci¨®n del Estado social, democr¨¢tico y de derecho, que ha de protegernos por igual a todos aquellos que contribuimos a su mantenimiento, sin distinci¨®n de origen. La cooperaci¨®n interadministrativa, de forma inmediata, y un Pacto de Estado, a corto plazo, son dos respuestas absolutamente necesarias.