Dudas ante la Ley de la Memoria
El Gobierno tiene que optar entre declarar nulos los actos de Franco o limitarse a un reconocimiento moral de los republicanos
Todo comenz¨® una fr¨ªa madrugada de marzo del a?o pasado. Con nocturnidad y un truco legal para garantizar el sigilo, el Gobierno retir¨® la estatua ecuestre de Franco de Madrid, el ¨²ltimo gran s¨ªmbolo para los franquistas nost¨¢lgicos. La vicepresidenta, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, participaba a esas horas en una cena homenaje al hist¨®rico l¨ªder del PCE Santiago Carrillo por su 90 cumplea?os. All¨ª recibi¨® la noticia de que el Franco de bronce se tambaleaba.
Entonces, el Gobierno ultimaba uno de sus grandes proyectos, la Ley de Memoria Hist¨®rica, pensada para rehabilitar a los republicanos que sufrieron la represalia franquista. La virulenta reacci¨®n que sigui¨® a la ca¨ªda de la estatua, no s¨®lo de los nost¨¢lgicos, sino en casi todo el mundo conservador, incluido el m¨¢ximo dirigente del PP, Mariano Rajoy, hizo dudar al Gobierno. Nadie esperaba una pol¨¦mica tan grande.
El asunto es una 'bomba' pol¨ªtica. Cada vez que Zapatero habla de ello se levanta una polvareda
Desde entonces, el Ejecutivo no ha parado de trabajar, pero esas dudas no acaban de disiparse. Una y otra vez, el Gobierno ha retrasado la presentaci¨®n de esta ley porque no encontraba el momento oportuno. Pero el mi¨¦rcoles, en la ¨²ltima reuni¨®n de la comisi¨®n interministerial que estudia este asunto desde hace un a?o y medio, la vicepresidenta lo dej¨® claro: los trabajos tienen que estar concluidos antes de fin de mes para poder llevarlos al Congreso en junio, antes de que acabe el periodo de sesiones.
El trabajo t¨¦cnico est¨¢ pr¨¢cticamente acabado. El informe detallado de lo que se ha hecho hasta ahora para rehabilitar a las v¨ªctimas del franquismo est¨¢ listo. Y tambi¨¦n est¨¢ muy avanzado el proyecto de ley. Pero es ahora cuando hay que tomar una decisi¨®n pol¨ªtica. Una parte de los asesores que est¨¢n trabajando en el asunto y del Grupo Socialista se decanta por presentar simplemente el informe en el Congreso, para que sean los grupos quienes asuman la responsabilidad de buscar un consenso y elaborar una ley. Con esto, el PSOE intentar¨ªa evitar la acusaci¨®n m¨¢s repetida del PP: los socialistas dividen a Espa?a.
Sin embargo, esto retrasar¨ªa la aprobaci¨®n de la norma y generar¨ªa una gran frustraci¨®n entre las asociaciones de represaliados y exiliados. Por eso la posibilidad de presentar ya la Ley de Memoria, tal como prometi¨® en febrero el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, gana enteros La Moncloa.
El Gobierno est¨¢ tardando tanto que se le han adelantado algunas comunidades aut¨®nomas, como Andaluc¨ªa o el Pa¨ªs Vasco, que tienen ya sus propias leyes de memoria hist¨®rica.
Desde el punto de vista pol¨ªtico, el Gobierno ya sabe que este asunto es una bomba. Cada vez que Zapatero -nieto de un capit¨¢n leal a la II Rep¨²blica fusilado en Le¨®n- habla sobre este asunto se levanta una polvareda. La ¨²ltima vez fue en el Senado, cuando reivindic¨® los valores del r¨¦gimen republicano como "¨²nico antecedente democr¨¢tico" de Espa?a, que "inspir¨®" la Constituci¨®n de 1978. Y ah¨ª est¨¢ la clave del debate, porque el PP no quiere reconocer ning¨²n m¨¦rito a la II Rep¨²blica. "Lo que hay que reivindicar es la Transici¨®n. Yo no creo que la Rep¨²blica sea el ¨²nico antecedente democr¨¢tico", explica Manuel Atencia, diputado del PP responsable para estos asuntos, que critica al Gobierno por "remover en el pasado".
Las asociaciones, que se ilusionan cada vez que Zapatero habla de los valores republicanos, temen que al final, por temor a la reacci¨®n del mundo conservador, se haga una ley muy suave. Ellas mismas est¨¢n muy divididas. Las hay extremistas y m¨¢s moderadas. Pero tienen una reclamaci¨®n com¨²n: que la democracia espa?ola deslegitime el franquismo, jur¨ªdicamente y para siempre.
El pacto de reconciliaci¨®n de la Transici¨®n, y la Ley de Amnist¨ªa de 1977, implicaron continuidad jur¨ªdica entre la dictadura y la democracia. Los juicios sumar¨ªsimos, por ejemplo, los miles de fusilados por el simple hecho de ser comunistas o sindicalistas -auxilio a la rebeli¨®n llamaban a su delito-, son legales para la justicia democr¨¢tica. As¨ª lo dictamina una y otra 2vez la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo, por ejemplo con el dirigente comunista Juli¨¢n Grimau, ajusticiado en 1963.
"No necesitamos reconocimientos morales, que es lo insin¨²a el Gobierno. Eso ya lo tenemos, nos aclaman en todos los pueblos cuando vamos con los guerrilleros. Queremos que se reconozca jur¨ªdicamente que el franquismo fue un r¨¦gimen ileg¨ªtimo", explica Dolores Cabra, de la Asociaci¨®n Guerra y Exilio. Esta mujer viaja por Espa?a con gente que perteneci¨® al maquis. "Cada vez quedan menos. Este a?o hemos perdido a una docena. Algunos me dicen 'est¨¢n esperando a que nos muramos para no tener que hacer nada", cuenta.
El retraso de los trabajos hace que las asociaciones desconf¨ªen. Pero el Gobierno ya tiene pr¨¢cticamente decidido conceder muchas de sus reclamaciones, seg¨²n fuentes cercanas a los trabajos. Por ejemplo, la transformaci¨®n del Valle de los Ca¨ªdos en un centro de estudios del franquismo. Ahora es simplemente un monumento que utilizan los turistas y los nost¨¢lgicos del r¨¦gimen para sus manifestaciones frente a la tumba del dictador. Nada recuerda all¨ª a los miles de presos republicanos que lo construyeron. Tambi¨¦n se estudia indemnizar a los dos principales colectivos que quedan sin cubrir: los guerrilleros del maquis y los antifranquistas, unos 40, que murieron a manos de la polic¨ªa durante la Transici¨®n.
Tambi¨¦n se est¨¢ preparando un protocolo para las exhumaciones, porque ahora las fosas se est¨¢n reabriendo por cuenta de las familias, de manera ilegal, sin apoyo ni control p¨²blico.
La comisi¨®n interministerial, en cualquier caso, har¨¢ un repaso de la barbarie franquista durante 40 a?os, pero tambi¨¦n de las represalias en el lado republicano en la Guerra Civil. Y eso, sin duda, ser¨¢ lo m¨¢s pol¨¦mico. "El terror republicano est¨¢ documentado, nadie lo niega", explica Jos¨¦ Antonio Moreno, del Foro por la Memoria. "Pero todo eso qued¨® juzgado y resarcido en el franquismo. Lo otro, no. Y eso es lo que tiene que hacer la democracia. Es de sentido com¨²n".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.