Caen cabezas en Airbus
El descabezamiento ayer del consorcio espacial EADS y el de su filial Airbus representan el primer paso para tratar de recomponer la estabilidad del gigante aeron¨¢utico europeo, sacudida el mes pasado cuando se anunci¨® un retraso de hasta siete meses en las entregas del superjumbo A380, su avi¨®n insignia, debido a problemas t¨¦cnicos. La salida de No?l Forgeard de la copresidencia de EADS, y la de Gustav Humbert de Airbus no resolver¨¢n presumiblemente los enquistados problemas del tit¨¢n industrial -problemas que son una bendici¨®n para su rival transatl¨¢ntico Boeing-, pero es un primer paso imprescindible y signo alentador de una voluntad de cambio.
La crisis no ha dejado de profundizarse en las ¨²ltimas semanas, hasta el punto de amenazar seriamente la credibilidad de la empresa -en la que Espa?a tiene algo m¨¢s del 5% del capital- y su proyecto comercial m¨¢s ambicioso. A las dificultades de Airbus, que ha anunciado un segundo retraso en la entrega de las primeras unidades de su nov¨ªsimo A380 (aparentemente por problemas electr¨®nicos, pero no s¨®lo), se ha unido la investigaci¨®n de las autoridades burs¨¢tiles sobre Forgeard, por supuesto delito de informaci¨®n privilegiada. Forgeard, sostenido hasta el ¨²ltimo momento por el presidente Chirac, vendi¨® parte de sus acciones de la compa?¨ªa poco antes de que se conocieran las dificultades de Airbus, un anuncio que borr¨® en un d¨ªa 5.500 millones de euros del valor burs¨¢til de EADS. Se estima en otros 3.000 millones la factura final por compensaciones a las compa?¨ªas a¨¦reas que no recibir¨¢n a tiempo sus pedidos del avi¨®n m¨¢s esperado.
El problema de Airbus es tanto industrial como empresarial. Y el de EADS, precisamente su estructura bic¨¦fala, creada hace seis a?os y en la que accionistas y directivos alemanes y franceses se reparten la parte del le¨®n y mantienen una guerra no declarada impregnada de rivalidad pol¨ªtica. Los directivos de Airbus se precipitaron al calcular las fechas de entrega del A380 y, si hay que creer sus propias explicaciones, han sido incapaces de resolver en plazo las peticiones de cambios en el superjumbo con los que cada aerol¨ªnea pretend¨ªa personalizar sus aviones. Es probable que en esta inflexibilidad de la producci¨®n tenga mucho que ver la pesada burocracia que lastra su direcci¨®n industrial. Pero tambi¨¦n pesa la tensi¨®n pol¨ªtica entre sus socios principales, despu¨¦s de que el franc¨¦s Forgeard intentara quedarse como presidente ¨²nico de EADS.
Airbus, una de las marcas que mejor representa a Europa, no puede seguir perdiendo m¨¢s tiempo en conflictos ajenos a su proyecto industrial. Su reto primordial, recuperar la iniciativa perdida frente al l¨ªder estadounidense Boeing, exige alejar la pol¨ªtica tanto como sea posible de las decisiones de sus responsables. Pronto se sabr¨¢ si las medidas anunciadas ayer van en esa direcci¨®n.
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