Peter Pan remonta el vuelo

El et¨¦reo personaje de J. M. Barrie est¨¢ a punto de remontar el vuelo. El pr¨®ximo d¨ªa 5 de octubre, 23 editoriales de todo el mundo lanzar¨¢n al mercado ediciones en 34 idiomas de la que se denomina su secuela oficial: Peter Pan de Rojo Escarlata, de la escritora inglesa Geraldine McCaughrean.

No es la primera vez que autores y editores se embarcan en la tarea de continuar las aventuras de Peter. Hook, de Steven Spielberg; Despu¨¦s de la lluvia: una nueva aventura para Peter Pan, de J. E. Somma; DescubriendoNunca Jam¨¢s, de Miramax, o la m¨¢s reciente, Peter y los cazadores de estrellas, de Hyperion Books, compa?¨ªa subsidiaria de Disney, han sido varios de los intentos de lanzar al mercado nuevas entregas protagonizadas por el ni?o que no quer¨ªa crecer. Alguno de ellos, por cierto, acab¨® en los tribunales.

Lo que distingue a esta nueva historia de las anteriores es un tufillo a J. K. Rowling [la creadora de Harry Potter] que impregna el ambiente: la aparici¨®n del libro de forma simult¨¢nea, cl¨¢usulas de confidencialidad, prepublicaciones y videoconferencias con la autora. Y, sobre todo, la marca distintiva es que cuenta con un sello oficial, que ha sido encargada y aprobada por el Hospital de Ni?os Great Ormond Street, de Londres, entidad propietaria de los derechos de autor.

J. M. Barrie, al igual que Charles Dickens y otros distinguidos autores de la ¨¦poca, ayud¨® durante a?os al mantenimiento del hospital londinense. Cuando en el a?o 1929, la instituci¨®n le ofreci¨® al escritor un puesto en uno de sus comit¨¦s -como deferencia por sus continuados esfuerzos-, Barrie declin¨® la oferta pero asegur¨®: "Encontrar¨¦ otra manera de ayudarles". Y lo hizo. Dos meses m¨¢s tarde ced¨ªa al hospital todos los derechos de explotaci¨®n de su obra m¨¢s conocida. Peter Pan demostr¨® ser un buen legado.

El tiempo y la legislaci¨®n acabar¨¢n en el a?o 2007 con gran parte de los derechos de autor de una de las obras m¨¢s famosas de todos los tiempos. Para desesperaci¨®n de los administradores del hospital, que ver¨¢n decrecer sus ingresos de forma dr¨¢stica, las obras de Barrie estar¨¢n libres de derechos, a excepci¨®n de las adaptaciones teatrales, que en Estados Unidos no se extinguir¨¢n hasta 2023, mientras que en el Reino Unido seguir¨¢n generando royalties para el Ormond a perpetuidad.

Probablemente, cuando J. M. Barrie efectu¨® su cesi¨®n no imagin¨® que en poco m¨¢s de 100 a?os, las aventuras de su peque?o h¨¦roe tendr¨ªan un final oficial. Sin embargo, en 2004, centenario del estreno teatral de Peter Pan o el ni?o que no quiere crecer, la fecha de 2007 comenz¨® a planear sobre el hospital como una sombra siniestra y los miembros del Consejo tomaron una curiosa iniciativa: propusieron iniciar la b¨²squeda de un autor que continuara la saga.

Tras convocar un concurso en el que participaron 200 escritores de lengua inglesa, el jurado, entre cuyos miembros figuraba un tataranieto de Barrie, eligi¨® la propuesta de Geraldine McCaughrean.

"Es una de las autoras m¨¢s importantes de la literatura juvenil a nivel mundial", comenta

Mar¨ªa Jes¨²s Gil, directora de Alfaguara Infantil y Juvenil, editorial que posee los derechos mundiales para espa?ol, quien concluye: "El libro es fiel al escenario, los personajes y el esp¨ªritu de Barrie: iron¨ªa, ritmo trepidante y un punto de melancol¨ªa. Al leerlo, me pareci¨® que estaba leyendo el original".