Cooperaci¨®n al embrollo
Desde este a?o, el Ayuntamiento de Bilbao cuenta con un Plan Director de Cooperaci¨®n al Desarrollo, un plan que se caracteriza por su fuerte contenido ideol¨®gico. El documento podr¨ªa dar lugar a un ameno debate si perteneciera a una entidad privada (un partido pol¨ªtico, por ejemplo), pero se vuelve intolerable cuando determina la disposici¨®n de una parte importante (m¨¢s de dos millones de euros) de los impuestos de la ciudadan¨ªa.
El plan realiza un an¨¢lisis absolutamente discutible del contexto internacional. En opini¨®n del Ayuntamiento de mi localidad, la inseguridad mundial y el auge de los fundamentalismos no son fruto de ideolog¨ªas teocr¨¢ticas o ultranacionalistas, ni siquiera de la mera ignorancia, sino responsabilidad de las sociedades libres. Seg¨²n el documento, los fundamentalismos deber¨ªan llevarnos a "un replanteamiento de nuestro modelo econ¨®mico, pol¨ªtico y social globalizado". Vamos, lo mismo que debi¨® hacerse ante el ascenso de Hitler (en vez del error de combatirlo). Es muy grave que el plan desplace la responsabilidad de los males del mundo a las democracias dotadas de sistema parlamentario, libertad de prensa, tribunales p¨²blicos y econom¨ªa de libre mercado, pero m¨¢s grave a¨²n su total indiferencia valorativa entre esas democracias, por un lado, y las teocracias isl¨¢micas, las dictaduras comunistas o las tiran¨ªas africanas. El plan del Ayuntamiento bilba¨ªno rezuma un aroma demag¨®gico, desestabilizador y radical. Alude sin cesar al liberalismo como ra¨ªz de todos los males y a los pa¨ªses pobres los denomina empobrecidos, con la err¨®nea intenci¨®n de imaginarlos ricos en un tiempo. Estos prejuicios deben ser combatidos, sin que la desmovilizaci¨®n de la ciudadan¨ªa y el creciente nihilismo de nuestra partitocracia permitan que ciertas minor¨ªas administren la conciencia colectiva y colonicen las instituciones.
Es imposible encontrar un pa¨ªs medianamente pr¨®spero que no cuente con una econom¨ªa de mercado. Y esto no es opinable, por mucho que se empe?en los amantes de las comunas agr¨ªcolas, la soberan¨ªa alimentaria y la autogesti¨®n. El Ayuntamiento de Bilbao podr¨¢ negarlo cuanto quiera, pero el liberalismo (el sistema pol¨ªtico y econ¨®mico que, por cierto, rige en Bilbao y que forma parte de su identidad como villa mercantil) crea riqueza y adem¨¢s la reparte. Decir lo contrario es negar la realidad. Los que vivimos en pa¨ªses de libre mercado sabemos que nuestro sistema es imperfecto, pero tambi¨¦n que no es tan imperfecto como aquel del que huyen los inmigrantes, ya sea en cayuco o en patera. Resulta hip¨®crita jugar a convencer a los pa¨ªses pobres de que nuestro sistema es atroz, mientras vivimos muy bien gracias a ¨¦l. Lo que habr¨ªa que hacer es extender a esos pa¨ªses el libre mercado, las inversiones de capital, y no divulgar infundios anticapitalistas e indigenistas que limitan su desarrollo y los condenan a la eterna miseria.
Es lamentable que instituciones p¨²blicas como el Ayuntamiento de Bilbao asuman propuestas que niegan los fundamentos del crecimiento econ¨®mico y cuestionan la democracia. Los pa¨ªses pobres necesitan inversores, no la en¨¦sima oleada de cooperantes, de modo que lo prioritario es ayudar a esos pa¨ªses a conseguir estabilidad pol¨ªtica y jur¨ªdica, y crear un entorno favorable a la inversi¨®n. Es necesario que invertir en Mauritania sea tan seguro como hacerlo en Fuerteventura. Porque criticar al capitalismo, desde el confort capitalista, y frente a poblaciones miserables que buscan y desean una oportunidad capitalista, es rizar el rizo de la hipocres¨ªa pol¨ªtica y moral. No se hace ning¨²n favor a los senegaleses renegando del sistema econ¨®mico que explica la prosperidad de las Islas Canarias. Esos prejuicios ideol¨®gicos s¨ª que alzan crueles alambradas entre los ricos y los pobres. A los pobres les hace da?o nuestra limosna, pero mucho m¨¢s nuestra demagogia.
?Qu¨¦ miembros del consistorio bilba¨ªno votaron a favor de un plan que ataca el libre mercado, denigra la democracia y considera a las sociedades libres directas responsables de la ira fundamentalista? Pues convendr¨ªa que lo dijeran en voz alta, especialmente ahora, cuando estamos a las puertas de una nueva contienda electoral.
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