Nunca sin un bol¨ªgrafo
Paul Auster adquiri¨® la costumbre de escribir una noche que llor¨® porque no ten¨ªa un bol¨ªgrafo a mano. Era entonces un chico de ocho a?os que hab¨ªa ido a ver jugar a su h¨¦roe del b¨¦isbol. Cuando acab¨® el encuentro, el muchacho fue a pedirle un aut¨®grafo a su jugador favorito. ?ste se prest¨® a firmarle lo que quisiera. Pero alrededor nadie ten¨ªa ni un maldito l¨¢piz. Paul llor¨® y se hizo esta promesa: "Jam¨¢s volver¨¦ a estar sin un bol¨ªgrafo".
Ah¨ª naci¨® la vocaci¨®n literaria de Auster. ?Cu¨¢ndo empez¨® a usar bol¨ªgrafo Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar? Es descendiente de periodistas, y ¨¦l mismo se ha hecho ¨²ltimamente escritor: de libros, de conferencias, de respuestas. A veces es requerido a escribir con su propia mano. Como el otro d¨ªa, presentando un libro del ex presidente colombiano Andr¨¦s Pastrana. Al finalizar, Marta Nebot (Noche Hache, Cuatro) le hizo una pregunta al tiempo que le ped¨ªa un aut¨®grafo. Sonriente y ufano, pero silencioso, el ex presidente espa?ol acometi¨® la tarea de firmar el aut¨®grafo, pero debi¨® tambi¨¦n tener tiempo para escuchar la pregunta, porque cuando ¨¦sta termin¨® de ser formulada decidi¨® ejecutar un acto ins¨®lito en un pol¨ªtico de su experiencia: le coloc¨® el bol¨ªgrafo en el escote a la periodista, que tambi¨¦n era la propietaria del objeto.
Todo el mundo tiene el derecho a responder -o no- las interpelaciones de un periodista; si acepta el pedido de firmar un aut¨®grafo, podr¨ªa tambi¨¦n aceptar el pedido de una pregunta; las preguntas se contestan a favor o en contra, o con el silencio. En la historia mundial de la tele, y del periodismo, Aznar ha puesto un moj¨®n, que quiz¨¢ se estudie en el apartado de modales. Preguntarle por algo que hizo siendo presidente -llamar Movimiento Nacional de Liberaci¨®n a la organizaci¨®n terrorista ETA- puede tener muchas v¨ªas de respuesta, pero no parece que ninguna pase por el escote de una periodista. Y punto, como dir¨ªa ¨¦l.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.