Sarkozy promete una "ruptura tranquila" si es presidente de Francia

Nicolas Sarkozy, ministro del Interior y presidente de la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP), prometi¨® ayer una "ruptura tranquila", expresi¨®n tomada de la "fuerza tranquila" que populariz¨® Fran?ois Mitterrand en 1981, al presentar su candidatura a la presidencia de Francia. Su idea es acabar con el inmovilismo de la sociedad francesa de forma ordenada. La ministra de Defensa, Mich¨¨le Alliot-Marie, le disputar¨¢ la designaci¨®n en las filas de la derecha.

El lanzamiento oficial de la campa?a presidencial de Sarkozy ha sido un fiasco. El intento del ministro del Interior de contrarrestar la emergencia social y medi¨¢tica de S¨¦gol¨¨ne Royal, anunciando su candidatura en una entrevista a varios grupos de peri¨®dicos regionales, embarranc¨® en el momento en que el diario Lib¨¦ration desbarat¨® el mi¨¦rcoles la exclusiva colg¨¢ndola de su edici¨®n digital. Lejos de convertirse en el gran acontecimiento medi¨¢tico, la entrada en liza de Sarkozy ha tenido las caracter¨ªsticas de un anticl¨ªmax. El supuesto gran manipulador de los medios de comunicaci¨®n ha mostrado una gran ingenuidad. Presionado por el efecto S¨¦gol¨¨ne, s¨²bitamente eclipsado de su papel predominante en la pol¨ªtica francesa, Sarkozy opt¨® por adelantar el anuncio de su candidatura y, buscando en la tradici¨®n de su partido, opt¨® por el m¨¦todo utilizado por el presidente Jacques Chirac en 1995, cuando recurri¨® a La Voix du Nord, un diario regional editado en Lille, para anunciar su intenci¨®n de lanzarse a la carrera presidencial. Por si el paralelismo con el actual inquilino del El¨ªseo no fuera suficiente, el anuncio de Sarkozy, de 51 a?os, coincidi¨® con el 74 cumplea?os de Chirac.

La diferencia es que, en esta ocasi¨®n, Sarkozy seleccion¨® a cinco grandes grupos de prensa regional que sumados alcanzan a 15 millones de lectores; cit¨® a los periodistas y pact¨® con ellos un embargo. Pero a mediod¨ªa el contenido la entrevista ya volaba hacia la Red. Algunos de los peri¨®dicos que hab¨ªan pactado la exclusiva protestaron; otros, los que no hab¨ªan sido elegidos para dar la gran noticia, hac¨ªan p¨²blico hoy su enfado y aireaban todo tipo de cr¨ªticas contra el ministro del Interior. Los comentaristas en las radios y televisiones ironizaban sobre esta entrada a contrapi¨¦.

Y en la UMP, a los elementos chiraquistas no les ha gustado nada que Sarkozy, en la entrevista, no se declarara aspirante a la candidatura de su partido, cuyos militantes est¨¢n llamados a votar el pr¨®ximo 14 de enero, sino directamente "a la presidencia de la Rep¨²blica". En este sentido, el diario Le Figaro anunciaba ayer que la titular de Defensa, Mich¨¨le Alliot-Marie, le disputar¨¢ la candidatura.

En realidad, el anuncio en s¨ª no era ninguna noticia digna de destacar. No es exagerado asegurar que desde hace a?os, pr¨¢cticamente desde la anterior elecci¨®n presidencial en 2002, toda Francia sab¨ªa que Sarkozy presentar¨ªa su candidatura a la presidencia de la Rep¨²blica. Y tambi¨¦n es cierto que, pese a la entrada en liza de Alliot-Marie, el hombre que proclama, alternativamente, la ruptura y el continuismo neogaullista, seg¨²n se dirija a un electorado harto del viejo modelo franc¨¦s o a los electores tradicionales de la UMP, no va encontrar ning¨²n problema para ser elegido por los 300.000 militantes de un partido que controla sin grandes problemas.

El problema es que Sarkozy, si bien tiene seguidores que nunca le abandonar¨¢n, tambi¨¦n tiene un techo electoral, ya que despierta temores en muchos sectores de la sociedad francesa. La irrupci¨®n de Royal en el otro campo, cuyo techo electoral se desconoce, y que por su imagen puede ara?ar votos de todos los sectores, ha cambiado completamente el paisaje. La candidata socialista, adem¨¢s, no parece dispuesta a conceder ni un metro de la ventaja que ha adquirido: ayer viajaba a L¨ªbano y era recibida por el primer ministro liban¨¦s. Una oportunidad de oro para desmentir a quienes aseguran que no tiene talla internacional.

Sarkozy pretende articular su campa?a sobre cuatro pilares: la seguridad, la inmigraci¨®n, el poder adquisitivo y la educaci¨®n.