No hubo olvido ni silencio
Santos Juli¨¢ re¨²ne textos que exploran el tratamiento de la Guerra Civil y el franquismo

"Nunca hubo olvido ni silencio", dice Santos Juli¨¢. El historiador acaba de reunir en Memoria de la guerra y el olvido (Taurus) los textos, reelaborados y con alguna novedad, de un ciclo de conferencias que dirigi¨® para la Fundaci¨®n Pablo Iglesias hace un par de a?os. "En la expresi¨®n 'recuperar la memoria hist¨®rica' hay un equ¨ªvoco. En el a?o 1977 ya se localizaron algunas fosas donde hab¨ªan sido enterrados diferentes fusilados por la represi¨®n franquista y en 1980 ya se hicieron p¨²blicas listas con los nombres de algunas v¨ªctimas. No se puede decir, por tanto, que la transici¨®n se realiz¨® sobre un pacto de silencio. Lo que ocurre ahora, y es leg¨ªtimo, es que existe una voluntad de reparar a los que fueron masacrados por el bando vencedor". En la presentaci¨®n del libro, Santos Juli¨¢ es muy claro: "Mientras la historia busca conocer, comprender, interpretar o explicar y act¨²a bajo la exigencia de totalidad y objetividad, la memoria pretende legitimar, rehabilitar, honrar o condenar y act¨²a siempre de manera selectiva y subjetiva".
Santos Juli¨¢ es tambi¨¦n el responsable de la primera de las conferencias reunidas, en la que aborda los a?os de la transici¨®n y analiza con todo detalle los pormenores que rodearon a la Ley de Amnist¨ªa. Las otras piezas son de Carolyn P. Boyd, Manuel P¨¦rez Ledesma, Jos¨¦-Carlos Mainer, Rom¨¢n Gubern, Vicente S¨¢nchez-Biosca, Carme Molinero, Alicia Alted Vigil, Paloma Aguilar Fern¨¢ndez y Jordi Gracia. Diferentes miradas sobre cuestiones diversas -los textos escolares, el cine, la literatura, el exilio, el No-Do...- que llegan en el momento oportuno en el que el Parlamento discute el proyecto de Ley de la Memoria Hist¨®rica.
"Detr¨¢s del t¨¦rmino de memoria hist¨®rica coinciden intenciones muy diversas, que muchas veces se mezclan y confunden", explica Santos Juli¨¢. "Est¨¢, por un lado, la llegada de una nueva generaci¨®n, la de los nietos, que vuelve la mirada atr¨¢s e interroga a la historia con preguntas distintas a las que utilizaron sus padres y abuelos. Luego est¨¢n los familiares de las v¨ªctimas que exigen una reparaci¨®n, como ha ocurrido con los hijos de Joan Peir¨®, el ministro anarquista, que han pedido que se anule el consejo de guerra que lo conden¨® a muerte. Y luego hay tambi¨¦n quienes pretenden deslegitimar la transici¨®n como un proceso que abri¨® Espa?a a la democracia a costa de olvidar a los perdedores".
A partir de 1956, los estudiantes que protestaban contra Franco ped¨ªan ya salir de la mentira impuesta por los vencedores. Los que luchaban contra el r¨¦gimen no tardaron mucho en convenir con quienes manifestaban maneras m¨¢s abiertas dentro de ¨¦l que el futuro s¨®lo pod¨ªa construirse dejando la historia en manos de los historiadores y no utilizando el pasado como arma arrojadiza. As¨ª se hizo al morir el dictador. "Hubo un acuerdo t¨¢cito entre todos: el golpe de Estado de julio de 1936 fue contra un Gobierno leg¨ªtimo y no tiene, por tanto, justificaci¨®n", cuenta Santos Juli¨¢. "Tambi¨¦n se reconoc¨ªa, claro, que la izquierda hab¨ªa cometido errores muy serios: la revoluci¨®n de 1934, su falta de reflejos ante el golpe, sus divisiones internas".
El golpe de Tejero levant¨® muchos fantasmas, pero cuando el PSOE lleg¨® al poder la Guerra Civil ya no levantaba ampollas. Por eso, tal vez, los socialistas consideraron que la mejor pol¨ªtica frente al pasado era no tener ninguna. "Las tesis revisionistas coincidieron con la llegada del PP al poder. Recuperaban el discurso franquista y cat¨®lico: el golpe de Estado estuvo justificado porque la Rep¨²blica se encaminaba a una revoluci¨®n comunista". Santos Juli¨¢ explica que lo que hab¨ªa detr¨¢s era la voluntad de negarle legitimidad a la izquierda para gobernar. "Ahora, cuando se discuten cuestiones que afectan al reparto territorial del poder, las posiciones se extreman y el recurso a la historia es una tentaci¨®n, y se vuelve a o¨ªr aquello de que Espa?a se rompe".
?No hay en la voluntad de recuperar la memoria hist¨®rica precisamente un af¨¢n de responder al florecimiento (y aceptaci¨®n) de esas viejas tesis que pretend¨ªan justificar la dictadura? "El fen¨®meno es complejo, pero lo que parece claro es que la memoria, que siempre es individual, no puede ser legislable. Lo que s¨ª creo que es leg¨ªtimo es que el Gobierno se esfuerce en rehabilitar a las v¨ªctimas del franquismo. A condici¨®n de no hacer invisibles a los que fueron asesinados en los territorios leales a la Rep¨²blica de manera injusta y arbitraria".

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