Increpada por leer EL PA?S

El domingo 4 de febrero, en la l¨ªnea 1 del metro de Madrid, al salir de plaza de Castilla con destino a Tirso de Molina fui increpada por un tipo porque iba leyendo su diario.

Comenz¨® grit¨¢ndome el da?o que nos hab¨ªa hecho el foro de Ermua a los de la izquierda y continu¨® gritando y agitando ostensiblemente los brazos delante de m¨ª, para mi asombro y el del resto de los viajeros del vag¨®n. Sin embargo nadie dijo nada.

Como sent¨ª miedo por la virulencia de desprop¨®sitos decid¨ª cambiar de vag¨®n, con la esperanza de que no me siguiera. No lo hizo.

Yo continu¨¦ mi viaje leyendo EL PA?S. Sin embargo, tres estaciones m¨¢s adelante otro individuo, de camino a la salida, se par¨® delante de m¨ª y me dijo elevando el tono de voz que si yo estaba aprendiendo mucho con mi lectura. Para continuar desbarrando sobre democracia y libertad.

Yo no pude por menos que manifestar mi estupor por el acoso al que estaba siendo sometida por leer EL PA?S, en el que pensaba tranquilo viaje de domingo por la ma?ana al Rastro. En este caso recib¨ª la solidaridad de mi compa?era de asiento y de otra se?ora que iba enfrente que se pusieron de mi lado.

Menos mal, porque es francamente preocupante a d¨®nde estamos llegando.