"S¨ª, ?pero a¨²n queda la otra!"

Las inauguraciones o las demoliciones, en este caso, son siempre parecidas: llega el alcalde, ministro o presidente, y se da un paseo frente a unos paneles explicativos antes de realizar el acto en s¨ª. Luego se apartan para que el discurso del jefe salga bien en el telediario. Todo acaba con el l¨ªder besando a los vecinos. Pero ayer en Manoteras, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, no lo tuvo f¨¢cil, porque ni aun cuando las m¨¢quinas comenzaron a tumbar lo que queda de la hormigonera de Hormicemex se acallaron los gritos de 15 j¨®venes que se desga?itaban: "?Gallard¨®n, el cemento a tu sal¨®n!". Ocurr¨ªa el jolgorio en la colonia Virgen del Cortijo (Hortaleza), en la avenida de Manoteras, 48, donde se escenificaba la demolici¨®n de una hormigonera que llevaba a mal traer a los 8.000 vecinos del barrio desde 1970.

La alegr¨ªa por la desaparici¨®n de la Prebetong, como la llaman por la antigua marca de la f¨¢brica, es s¨®lo parcial. Todav¨ªa queda otra hormigonera, de Tarmac, filial del, seg¨²n su p¨¢gina web, "l¨ªder mundial de extracci¨®n de recursos naturales", Anglo American. La que ayer cay¨® con la piqueta era, seg¨²n Gallard¨®n, "incompatible con los usos residenciales y las nuevas demandas de los vecinos". ?stos creen que lo mismo se debe aplicar a la Tarmac, y, como dec¨ªa Concha P¨¦rez, de la Asociaci¨®n de Vecinos Virgen del Cortijo, estas demandas "no son nuevas".

El camino para el cierre de la planta de Cemex (gigante mexicano del cemento) el pasado 31 de diciembre ha sido muy largo. Tanto que Rodrigo, estudiante de qu¨ªmica de 21 a?os y vecino del barrio, ya naci¨® respirando aire sucio. "Siempre estaba todo lleno de mierda, por el polvo en suspensi¨®n", espeta. P¨¦rez recuerda cuando un reportero del programa CQC estuvo barriendo la calle para echarse lo recogido encima: "Ya ves, no tuvo que hacer ninguna pantomima de c¨®mo qued¨®". La mayor parte de las casas pr¨®ximas tienen cerramientos en las terrazas.

Los vecinos denuncian que hay muchas enfermedades broncopulmonares, que achacan al polvo de s¨ªlice que se desprende al producir el cemento. Sin embargo, Jes¨²s V¨¢zquez, coordinador en funciones del centro de salud que hay junto a Hormicemex, asegura que sus compa?eros "no han rese?ado una prevalencia especial de esta dolencia entre sus pacientes. A falta de un estudio epidemiol¨®gico, no podemos afirmar que esas patolog¨ªas se deban al polvo", zanja.

Gallard¨®n declar¨® ayer que "las actividades industriales no pueden estar pr¨®ximas a viviendas", pero la Tarmac sigue ah¨ª. Francisco Panadero, coordinador de Urbanismo, afirm¨® que se negocia con la empresa "un acuerdo similar". Hormicemex se ha marchado de Manoteras para montar una planta m¨®vil en un pol¨ªgono de Vic¨¢lvaro, a la espera de su traslado definitivo a un terreno permutado por el Ayuntamiento en el camino de Fuencarral a Alcobendas. Panadero asegura que la parcela permutada vale tres millones, "el mismo que el trozo de este solar que nos quedamos para equipamientos sociales".

Hormicemex ha vendido a la inmobiliaria Baluarte la mayor parte del solar, donde un gran cartel rojo ya anuncia oficinas. El trozo que corresponde al Ayuntamiento asciende a 4.430 metros cuadrados.

Varios vecinos aseguran que el distrito se hab¨ªa comprometido a construir un centro cultural, algo que desmiente un portavoz de la Junta de Hortaleza, que se inclina por un centro de mayores. "Nada est¨¢ decidido; pero un centro cultural no ser¨¢, porque estamos levantando uno a 500 metros, en Sanchinarro", afirma. Los j¨®venes que se manifestaban repart¨ªan papeles an¨®nimos con acusaciones a Tarmac. Seg¨²n ellos, la f¨¢brica trabaja de noche, lo que est¨¢ prohibido, para atender la demanda de la nueva M-30 y las torres de la ciudad deportiva.

A pesar del reconocimiento de Gallard¨®n de que "la actitud cr¨ªtica y exigente de los vecinos" acab¨® decidiendo el cierre de la primera hormigonera, ellos creen que fue el dinero lo que ha resuelto el problema. Sergio, uno de los manifestantes, opina que la f¨¢brica se ha ido "porque van a poner el metro aqu¨ª al lado, han abierto unos cines, y esto les parec¨ªa feo". "La que han tirado tuvo sanciones durante a?os por ensuciar la calle, por carecer de vallas, por trabajar por la noche..., y no sirvi¨® de nada", abunda P¨¦rez.

Poco antes de que las maquinas comenzaran a picar, otra vecina, Gema, de 30 a?os, recordaba "la pasta que formaba el cemento en la acera cuando llov¨ªa". Y advierte: "Lo de hoy est¨¢ bien, s¨ª, ?pero a¨²n queda la otra, ?eh?!".