Los directores de los colegios podr¨¢n castigar la indisciplina de forma inmediata
El nuevo decreto sobre derechos y deberes del alumno entrar¨¢ en vigor el pr¨®ximo curso
Los directores de los colegios e institutos podr¨¢n sancionar de manera inmediata los actos de indisciplina de sus alumnos, sin tener que esperar varios meses como ocurre ahora. Los profesores ven¨ªan clamando desde hace a?os por una medida as¨ª para atajar la conflictividad en los centros. El nuevo decreto sobre derechos y deberes del alumno se va a centrar en agilizar la aplicaci¨®n de las sanciones. En la actualidad, desde que un alumno agrede f¨ªsica o verbalmente a un profesor u otro compa?ero hasta que se le castiga de forma efectiva pueden pasar meses.
En materia educativa existe una m¨¢xima: la relaci¨®n causa-efecto ante un acto de indisciplina resulta fundamental en el aprendizaje. Ello significa que no poder aplicar un castigo de forma inmediata cuando se produce un conflicto que rompe la paz escolar perjudica al propio colegio, al profesor que pierde su autoridad y al resto de los alumnos. En un intento de evitar esa deslegitimaci¨®n de los docentes ante sus propios estudiantes, el Departamento de Educaci¨®n lleva seis meses dando forma al nuevo decreto de derechos y deberes del alumno, que sustituir¨¢ al que lleva en vigor desde 1994 y que ya ha quedado amortizado por la nueva realidad. La normativa entrar¨¢ en vigor el pr¨®ximo curso.
La idea es mejorar la convivencia en las aulas, incluyendo de forma prioritaria acabar con los brotes de violencia de los alumnos hacia el profesorado y entre los propios estudiantes, fundamentalmente los casos de acoso. El aumento de la disciplina, pero sobre todo, reforzar la autoridad del profesor son los principales objetivos del departamento, que ayer reuni¨® en Vitoria a un grupo de directores y responsables de asociaciones de padres de las redes p¨²blica y privada para conocer de primera mano sus inquietudes y sugerencias sobre esta cuesti¨®n.
El titular de Educaci¨®n, Tontxu Campos, destac¨® que su apuesta pasa por educar para la convivencia. As¨ª, el nuevo decreto agilizar¨¢ la aplicaci¨®n de sanciones e incluso pondr¨¢ a disposici¨®n del profesorado y de los directores una bater¨ªa m¨¢s amplia de medidas punitivas, pero tambi¨¦n reforzar¨¢ la resocializaci¨®n. "No soy partidario de recurrir a la represi¨®n para solucionar un conflicto porque lo ¨²nico que se logra es que rebrote en otro lugar, pero no desaparece", dijo Campos. "Nuestros programas siempre har¨¢n m¨¢s hincapi¨¦ en los valores y comportamientos positivos que en los sistemas coercitivos y represivos".
El consejero parte de la base de que los comportamientos insociables deben ser sancionados y erradicados de las aulas, pero los castigos deben ir acompa?ados de medidas que posibiliten la recuperaci¨®n del alumno. "No se trata de aprobar un decreto para quitarse un problema de encima [los alumnos molestos], sino de aprobar una norma que ayude a mejorar la convivencia", resumi¨®.
Esa convivencia se est¨¢ deteriorando mucho en los ¨²ltimos a?os. Un reciente informe del Ararteko puso de relieve la demanda de los docentes de m¨¢s autoridad y medios para recuperar el control de los centros. Hasta un 95% de los docentes consultados por el equipo del Ararteko consider¨® que el departamento no act¨²a con suficiente eficacia para mejorar la convivencia en los centros. Entre sus recomendaciones, el ararteko, I?igo Lamarca, incluye la de modificar el actual decreto de derechos y deberes del alumno, de manera que los conflictos se puedan atajar con rapidez, eficacia y cierta autonom¨ªa por parte de los equipos directivos de cada centro.
Con la actual reglamentaci¨®n, la imposici¨®n de una sanci¨®n a un alumno que, por ejemplo, haya agredido a un profesor se convierte en un calvario administrativo y, a menudo, el docente termina desistiendo del proceso. Desde que un alumno comete una falta hasta que se decide el castigo y se aplica pueden pasar varios meses. El ¨®rgano m¨¢ximo de representaci¨®n del centro, su consejo escolar, designa un instructor, que puede ser rechazado por la familia del alumno, que se dedica a recoger pruebas. Despu¨¦s hay que escuchar las alegaciones del acusado. A continuaci¨®n, la familia puede recurrir la sanci¨®n, con lo que se alarga el proceso de forma indeterminada. Y mientras tanto, el alumno sigue en clase, con el profesor al que agredi¨®. De esta forma, la autoridad del docente se va minando irremisiblemente.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- VIII Legislatura Pa¨ªs Vasco
- Tontxu Campos
- Consejer¨ªas auton¨®micas
- Comunidades aut¨®nomas
- Profesorado
- Parlamentos auton¨®micos
- Estudiantes
- Gobierno Vasco
- Gobierno auton¨®mico
- Comunidad educativa
- Pol¨ªtica educativa
- Violencia
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Actividad legislativa
- Pa¨ªs Vasco
- Parlamento
- Espa?a
- Problemas sociales
- Sucesos
- Administraci¨®n p¨²blica
- Educaci¨®n
- Pol¨ªtica
- Sociedad