?D¨®nde est¨¢n las ardillas?
A falta de grandes proyectos que ejecutar o de nuevas ideas que alumbrar, el alcalde de M¨¢laga se ha especializado en remodelaciones. Antes de que este mandato termine devorado por el tedio, Francisco de la Torre inaugur¨® el s¨¢bado el proyecto estrella de estos cuatro a?os al frente del ayuntamiento de la sexta ciudad de Espa?a: la reforma del Parque. Sin menosprecio alguno a la actuaci¨®n, que ha tenido un coste de 13 millones de euros (cuatro millones m¨¢s de lo presupuestado inicialmente) y ha permitido poner en valor uno de los escasos pulmones urbanos de la ciudad, incluido el magn¨ªfico parque tropical que alberga, resulta curioso que el equipo de gobierno del PP haya decidido hacer de esta obra el emblema de la legislatura, inaugur¨¢ndola a toda prisa y casi agotando el l¨ªmite que establece la ley para este tipo de actos preelectorales. No es la primera vez que De la Torre cierra el mandato con una obra que pretende ser emblem¨¢tica. Ya lo hizo en la anterior legislatura con la remodelaci¨®n de calle Larios, la arteria principal del centro hist¨®rico, y los resultados fueron magn¨ªficos para sus intereses como candidato a la alcald¨ªa. En sus c¨¢lculos para mayo, est¨¢ el de repetir con el Parque los mismos r¨¦ditos en las urnas.
Situar la renovaci¨®n del Parque como emblema de cuatro a?os de gesti¨®n tiene sus inconvenientes, ya que en este cuatrienio el ayuntamiento que preside De la Torre ha dispuesto de un presupuesto global de casi 4.000 millones de euros. En una ciudad donde en estos momentos otras administraciones p¨²blicas ejecutan las obras para la llegada de la Alta Velocidad; la implantaci¨®n del metro; la puesta en marcha de la segunda pista del aeropuerto o la nueva circunvalaci¨®n -algunas de ellas, con parte de inversi¨®n municipal-, no parece que la reforma y recuperaci¨®n de un espacio bot¨¢nico que ya exist¨ªa desde hace cien a?os sea el ansiado broche final de una legislatura.
Seguramente un buen n¨²mero de malague?os hubieran aplaudido m¨¢s otro parque que no est¨¢ pero que estuvo en la promesa electoral, en el que se hubiera ubicado en los terrenos donde se desmantelaron los grandes dep¨®sitos de combustible de Repsol. Una de las zonas m¨¢s masificadas de M¨¢laga y donde al final el gobierno local ha proyectado una pol¨¦mica operaci¨®n urban¨ªstica con plusval¨ªas millonarias, que incluye varios rascacielos, una gran ¨¢rea comercial y 1.399 viviendas donde estaba previsto que fueran 400. El proyecto, que hiberna en la Gerencia de Urbanismo a la espera del resultado de la pr¨®xima cita electoral, le reportar¨¢ al Ayuntamiento 82 millones de euros de plusval¨ªas. M¨¢laga cuenta con un renovado Parque y es plausible la actuaci¨®n, pero sigue padeciendo un gran d¨¦ficit de zonas verdes en sus barriadas. En el centro, se ha remozado uno de los mejores jardines subtropicales de Europa. Pero en el resto de la ciudad y con tanto hormig¨®n, apenas hay ¨¢rboles para las ardillas que no hay.
Posdata: los vecinos de la calle Cabriel 27, en la barriada La Palmilla, llegan a la cuarta semana sin luz en el edificio. Ni el Ayuntamiento ni la Junta ofrecen soluci¨®n alguna a los inquilinos. Endesa les reclama 60.000 euros para arreglar el transformador, el Ayuntamiento 351 euros por piso para reparar el edificio y la Junta habla de expropiar el inmueble. S¨®lo las seis familias que tienen t¨ªtulo de propiedad est¨¢n dispuestas a poner el dinero. Los dem¨¢s inquilinos nadie sabe tan siquiera qui¨¦nes son. Peque?as mafias de traficantes de drogas o arrendadores clandestinos que alquilan a inmigrantes ilegales, siguen controlando el edificio. Los dos ascensores no funcionan desde hace al menos 14 a?os. Alguien los desmont¨® y los vendi¨® por piezas. Hay vecinos que no tienen inter¨¦s alguno en que se arreglen, ya que cuando aparece la polic¨ªa, ¨¦stos tienen que subir por las escaleras y a ellos les da tiempo a salir corriendo. En la planta d¨¦cima del edificio a¨²n permanecen intactos los escombros que dejaron los bomberos que acudieron a sofocar un incendio en el a?o 2004. Los vecinos siguen con sus linternas. En sus cuevas verticales. Como para preguntarles por los ¨¢rboles y las ardillas.
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