Cuatro piezas a la semana o dos euros por una lavadora

"Lo peor no es estar encerrado aqu¨ª, sino estar en estas condiciones". Eso es lo que le repite al abogado Jaume Asens un cliente condenado a cuatro a?os y medio de c¨¢rcel por tr¨¢fico de drogas cada vez que va a visitarle a la Modelo. Y esas condiciones son que m¨¢s de la mitad de los presos son drogodependientes, que una tercera parte est¨¢n infectados de sida y que la hepatitis B est¨¢ muy extendida. Eso comporta un alto riesgo de contagio del que se habla muy poco. O de la p¨¦rdida de visi¨®n, algo que tambi¨¦n est¨¢ muy extendido entre la poblaci¨®n penitenciaria.

M¨¢s ejemplos sobre la vida en la Modelo. Los presos de una celda tienen derecho a una lavadora gratis por semana con un m¨¢ximo de 20 piezas. Si son cinco en la celda, salen a cuatro piezas por recluso y semana y contabiliza igual un calcet¨ªn que unos pantalones. La alternativa es pagar dos euros y entonces se tiene derecho a lavadora propia.

Otra queja de los reclusos son las condiciones del vis a vis, el contacto semanal al que tienen derecho y que habitualmente lo dedican a intimar con su pareja. Las instalaciones son aberrantes, explican los familiares. "En verano te ahogas y en invierno te mueres de fr¨ªo. Es una hora y media de tiempo, pero algunas de las mujeres que acuden no tienen reparo en explicar su sensaci¨®n. "Te sientes como una puta", relata la esposa de un preso.

Si el recluso es homosexual o tiene una pareja de hecho, la situaci¨®n se complica todav¨ªa m¨¢s y tiene que soportar las risas y los comentarios de su entorno. "Es m¨¢s f¨¢cil estar con el suegro que con tu pareja", concluye un preso.