El plano m¨¢s largo del mundo

Cuando no se tiene qu¨¦ contar se busca la inspiraci¨®n en el c¨®mo. Y dentro del c¨®mo, un apartado de gran predicamento es el del "m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa". El greco-colombiano Spiros Statholopoulos ha presentado en la Quincena de los Realizadores PVC-1, que habla de la violencia en su pa¨ªs y, sobre todo, lo hace en un solo plano de una hora y 25 minutos de duraci¨®n. Un r¨¦cord. En su caso, se trata m¨¢s de una proeza gimn¨¢stica que art¨ªstica. La duraci¨®n del plano es, en cambio, la marca de f¨¢brica o, mejor dicho, la firma de autor de otros varios cineastas seleccionados por Cannes.

Carlos Reygadas, de quien hemos visto Stellet licht, es alguien con talento e inventiva. La secuencia de la muerte de Esther -una crisis cardiaca bajo un diluvio- es un momento de cine impresionante de fuerza y justeza, pero Reygadas, cada vez que ve una puerta, no puede evitar filmarla durante 30, 40 o 50 segundos antes de que se abra. O dejar que entre frase y frase pueda haber minutos de silencio, o que el plano de un hombre conduciendo dure seis o 10 veces m¨¢s del tiempo necesario.

Para venir a Cannes, Quentin Tarantino ha rescatado de la papelera m¨¢s de 40 minutos que hab¨ªa cortado de Death proff con vistas a su explotaci¨®n americana. Son 40 minutos de logorrea idiota, perfectamente prescindibles, que s¨®lo aportan aburrimiento. El h¨²ngaro B¨¦la Tarr propone en El hombre de Londres largos y solemnes movimientos de c¨¢mara que coreograf¨ªa con elegancia con los desplazamientos de los actores o las reiteraciones de la banda sonora. Pero toda esa envoltura no da mayor densidad a su pel¨ªcula.