30.000 ni?os viven tutelados por el Estado

Atraviesan continentes y vienen en avi¨®n, pero esos hijos tan deseados podr¨ªan estar tan s¨®lo a unos kil¨®metros. Quiz¨¢s en la misma ciudad de quien los busca. Haci¨¦ndose mayores en silencio, protegidos por un manto de opacidad sobre su presente y su futuro. Sigue habiendo ni?os sin hogar en Espa?a, aunque la adopci¨®n internacional sea el principal referente: desde 1996, los espa?oles han hecho hijos suyos a 35.000 peque?os nacidos en el extranjero. S¨®lo en 2005 llegaron 5.541. En los ¨²ltimos a?os otras familias vienen adoptando a unos 800 ni?os sin necesidad de atravesar la frontera. En 2005 algunos menos, 691. Los t¨¦cnicos de Asuntos Sociales estiman, sin embargo, que alrededor de un 10% de todos los menores protegidos (33.000 en 2005), "podr¨ªan ser adoptables o entrar en una situaci¨®n de acogimiento preadoptivo". Es decir, m¨¢s del triple de los que realmente se proh¨ªjan.

La inestabilidad marca el desarrollo personal de los peque?os que est¨¢n en centros

Muchas familias acaban con ni?os mayores de lo que deseaban

Ambas v¨ªas, la nacional y la internacional, coexisten. De cada diez ni?os adoptados, apenas dos son de procedencia nacional. Los abandonos han descendido dr¨¢sticamente, pero a¨²n hay ni?os que crecen solos.

En el extranjero la geograf¨ªa de la orfandad y de la miseria es m¨¢s amplia. Pero no todas las familias tienen posibilidad de prohijar a beb¨¦s. La mayor¨ªa de los pa¨ªses da prioridad a la adopci¨®n nacional. China autoriza la adopci¨®n de menores, a menudo ni?as, entre uno y dos a?os. Pero los requisitos exigidos a los futuros padres, se han endurecido.

-"Quisi¨¦ramos un beb¨¦ o un ni?o lo m¨¢s peque?o posible".

Esta frase se repite en la primera fase de la adopci¨®n internacional. Pronto, los futuros padres comprenden que no hay tantos beb¨¦s, pero s¨ª otros muchos ni?os que necesitan una familia.

?Un beb¨¦ o un hijo? Los beb¨¦s, en Espa?a y en el extranjero, constituyen una minor¨ªa. Al final, muchas familias que acuden a la adopci¨®n internacional asumen ni?os de m¨¢s edad de la prevista. En 2004, vinieron 81 ni?os mayores de 9 a?os. En la Comunidad de Madrid, un 18% de los peque?os venidos del extranjero en 2006 ten¨ªa entre 4 y 6 a?os y un 5% entre 7 y 11. Uno de cada cien, adem¨¢s, sobrepasaba los 12 a?os. Ni?os de esa edad encuentran dificultades para ser adoptados en Espa?a. "?Hay que ir siempre tan lejos?", pregunta el catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Evolutiva de la universidad de Sevilla Jes¨²s Palacios, autor de diferentes estudios sobre adopci¨®n.

?Por qu¨¦ hay familias dispuestas a viajar a otro continente y hacerse cargo de ni?os de seis o m¨¢s a?os que pueden encontrar en su pa¨ªs? Por un lado, porque esperan hasta el final que les concedan un ni?o peque?o y por otro, porque la cercan¨ªa de la familia biol¨®gica es disuasoria, y m¨¢s si un juez frena un proceso preadoptivo como ha ocurrido con la ni?a Piedad de Canarias. O el m¨¢s conocido de Diego, el Ni?o del Royo. Alguna familia ya se ha planteado devolver al ni?o antes de verse envuelta en un culebr¨®n judicial.

Alrededor de 30.000 ni?os est¨¢n tutelados en Espa?a por los organismos p¨²blicos. Asuntos Sociales desgrana as¨ª su situaci¨®n: en 2005, 14.617 estaban en acogimiento residencial, es decir, en centros de protecci¨®n de menores. Un n¨²mero algo superior, 15.893, viv¨ªa con parientes (abuelos, t¨ªos) o con familias ajenas en r¨¦gimen de acogimiento familiar administrativo (con el consentimiento de sus padres biol¨®gicos). Otros pocos, 2.822, en acogimiento familiar judicial (con la oposici¨®n de los progenitores).

S¨®lo una minor¨ªa es adoptable. El portavoz de Asuntos Sociales elude dar una cifra concreta: "Resulta imposible, ya que la situaci¨®n de estos ni?os experimenta variaciones continuamente en funci¨®n de decisiones personales de la familia biol¨®gica".

"M¨¢s del 80% vuelve con sus padres biol¨®gicos o mantiene v¨ªnculos con ellos", admite el responsable de los servicios sociales de una comunidad aut¨®noma. S¨®lo si los padres reenuncian al ni?o o ha sido apartado de ¨¦l por razones graves, ¨¦ste puede darse en adopci¨®n. Los menores de tres a?os se adoptan de inmediato, ya que hay listas de espera. Una familia que aspire a prohijar a un beb¨¦ nacional debe asumir que puede esperar hasta 8 a?os. Los m¨¢s mayores se entregan en acogimiento preadoptivo. Pasado un tiempo, si hay apego con la nueva familia, la administraci¨®n propone la adopci¨®n y el juez dicta la sentencia con la nueva filiaci¨®n. La adopci¨®n es irrevocable.

Entre medias hay ni?os en tierra de nadie. Su situaci¨®n permanece inalterable en los centros de acogida, donde su estancia deber¨ªa ser temporal. Sus afectos se construyen a salto de mata. Las vacilaciones de sus padres biol¨®gicos y las discrepancias legales forjan su ni?ez y adolescencia.

"El sistema procura que el ni?o vuelva con su familia original si ¨¦sta se recupera",

reconoce el responsable de servicios sociales de una comunidad aut¨®noma. Hay padres que necesitan tiempo, lo que no tiene un ni?o. Pero a veces "el reencuentro no se produce", se?ala la misma fuente. El chaval que entr¨® en un centro con unas deportivas del n¨²mero 31, gasta ya unas del 35. "Dos o tres a?os son cruciales para quienes s¨®lo ha vivido cinco o seis", afirma Mar Calvo, abogada de DAGA (Defensa, Asesoramiento y garant¨ªas en la adopci¨®n y el acogimiento).

Calvo atribuye a un desajuste t¨¦cnico y legislativo las discrepancias entre servicios sociales y jueces. Aunque en 1987 y 1996 se introdujeron cambios en el C¨®digo Civil relativos al acogimiento y la adopci¨®n, "ninguna reforma de protecci¨®n de menores ha modificado la patria potestad", afirma. "Las comunidades aut¨®nomas tienen competencias plenas para protegerlos. Pero s¨®lo los jueces tienen capacidad para integrarlos jur¨ªdicamente en una nueva familia. Y a veces las cosas chirr¨ªan. Habr¨ªa que regular la norma para que el ni?o sea el sujeto de derechos y no la familia biol¨®gica", sostiene.