Un regalo de Navidad
EN ALG?N momento, Bob Dylan y la gente que lleva su carrera decidieron que hab¨ªa que orde?ar mejor a la vaca. Advirtieron que el car¨¢cter ic¨®nico del personaje no se correspond¨ªa con sus ventas. Y decidieron poner remedio aplicando las t¨¦cnicas de la moderna mercadotecnia discogr¨¢fica. Desde hace unos a?os, hemos visto con cierto asombro que recurren a todos esos trucos: los discos que se venden ¨²nicamente en ciertos establecimientos, las tiradas limitadas con temas extra, el pacto con Apple, su participaci¨®n en publicidad extramusical, las remezclas a la moda.
Nada de ello deber¨ªa sorprender a alguien que siga el mundo de la m¨²sica: son jugadas habituales. Aunque quiz¨¢s exageraron cuando requirieron a los fans que mandaran sus temas preferidos, supuestamente para ayudar a confeccionar Dylan (Columbia). Puro parip¨¦, me temo. En las 51 canciones incluidas, faltan indiscutibles favoritas como Visions of Johanna, I want you o Love minus zero y, s¨ª, sobran canciones menores cuya principal virtud es representar ciertas ¨¦pocas/grabaciones de corta inspiraci¨®n.
En verdad, Dylan no est¨¢ destinada a los dylan¨®filos sino al p¨²blico en general, que ha o¨ªdo campanas sobre el personaje pero no sabe d¨®nde encontrar un buen resumen de su carrera (aunque los hab¨ªa, ciertamente). Los fieles se pueden escandalizar de la frivolidad del librito, que hurta informaci¨®n sobre los acompa?antes y las sesiones, un descuido no compensado por la inclusi¨®n de fotos o portadas raras. Empaquetado en una caja-joyero, Dylan se revela como objeto para regalo, jugada comercial que -parece ser- est¨¢ funcionando espl¨¦ndidamente.
Para los consumidores serios, el recordatorio de que esta m¨¢quina no para: el 30 de octubre se publica un DVD, The other side of the mirror-Bob Dylan at the Newport Folk Festival 1963-1965, que reune las filmaciones -en blanco y negro- del documentalista Murray Lerner durante esos tres a?os cruciales. Ante nuestros ojos se desarrolla una extraordinaria metamorfosis: del folknik intenso, el peso del mundo sobre sus espaldas, al rockero altivo, aparentemente imperturbable ante el bobalic¨®n esc¨¢ndalo de los puristas por su electrificaci¨®n. ?Mucho drama!
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