Percance identitario
Desde que, all¨¢ por 1988, hizo su entrada en el proscenio de la pol¨ªtica catalana, don Alejo Vidal-Quadras Roca se ha ganado a pulso la fama de provocador, de envenenador de la convivencia, de fabricante de crispaci¨®n, ya fuese para extraer de ella r¨¦ditos electorales, o por el mero gusto de hacer da?o, de menospreciar y herir los sentimientos de quienes no piensan como ¨¦l. En tanto que l¨ªder del PP en Catalu?a, tuvo un papel relevant¨ªsimo en la instigaci¨®n y el aprovechamiento pol¨ªtico de la llamada guerra de la lengua de 1993-1996, escarneci¨® la figura hist¨®rica de Prat de la Riba o desde?¨®, por ejemplo, pedir la revisi¨®n del consejo de guerra contra el presidente Llu¨ªs Companys. Luego, ya instalado en el dorado exilio del Parlamento Europeo, ha maniobrado reiteradamente contra el reconocimiento del idioma catal¨¢n por parte de esa instituci¨®n, mientras daba p¨¢bulo y aval a quienes denunciaban una imaginaria persecuci¨®n de la lengua castellana en Catalu?a. En fin, diversas fundaciones inspiradas por ¨¦l acaban de lanzar un proyecto de reforma constitucional que supondr¨ªa el apartheid pol¨ªtico para los partidos nacionalistas perif¨¦ricos y sus votantes.
Vidal-Quadras, martillo de nacionalistas, ha visto en peligro su carrera por una ofensa al sentimiento andalucista
Adornadas al principio con cierta dosis de ingenio dial¨¦ctico, las arrogantes provocaciones del se?or Vidal-Quadras han acabado degenerando -es lo que suele suceder cuando una idea deviene obsesi¨®n enfermiza- en caricaturescas groser¨ªas. As¨ª sucedi¨® el domingo 28 de octubre, durante una tertulia semanal titulada M¨¢s se perdi¨® en Cuba, en la emisora madrile?a Radio Intereconom¨ªa. Conviene aclarar que el presidente de dicho medio es don Julio Ariza Irigoyen, compinche pol¨ªtico de Vidal-Quadras en los ¨²ltimos a?os barceloneses de ¨¦ste; y que la l¨ªnea ideol¨®gico-informativa del Grupo Intereconom¨ªa es tal, que a su lado la Cope parece no la emisora de los obispos, sino la de un noviciado de ursulinas.
Bien, el caso es que, ante unos micr¨®fonos tan propicios y -seg¨²n sus propias palabras- "en el calor de una reuni¨®n desenfadada, espont¨¢nea, humor¨ªstica y un punto iconoclasta", don Alejo y dem¨¢s compadres llevaron su habitual cr¨ªtica antiseparatista al terreno del insulto tabernario: el fundador del nacionalismo vasco, Sabino Arana, era "un psic¨®pata peligroso", y el padre doctrinal del andalucismo, Blas Infante, un "cretino integral", un "subnormal profundo"; "¨¦se, si se llega a presentar a un concurso de bobos, hubiera quedado segundo", dijeron entre risotadas.
Naturalmente, los exabruptos contra el vasco pasaron desapercibidos, porque hace tiempo que Sabino Arana es para el espa?olismo como un monigote de feria al que atizar venga o no a cuento. ?Ah, pero lo de Blas Infante es distinto! Infante simboliza la identidad andaluza, y ¨¦sta goza en la pol¨ªtica y en el imaginario colectivo espa?ol de un papel tan crucial como universalmente celebrado. Por a?adidura, y lejos de corregir con prontitud aquellos ep¨ªtetos injuriosos, Vidal-Quadras se limit¨® a matizar que lo dicho se refer¨ªa a "las actuaciones e ideas pol¨ªticas de un personaje hist¨®rico", el cual, "como todo hombre p¨²blico, est¨¢ sujeto a la controversia" y al juicio de la posteridad. "Como persona y ser humano -aclar¨®- Blas Infante merece mi respeto". Pero en la tertulia del domingo siguiente, 4 de noviembre, volvi¨® a la carga: el autor de El ideal andaluz (1915) era alguien "un poco grotesco", "un personaje un poco estrafalario que nunca consigui¨® ser elegido diputado"; y quienes hab¨ªan salido en su defensa representaban "particularismos etnicistas que imponen una ley del terror absolutamente asfixiante".
A estas alturas, el esc¨¢ndalo en Andaluc¨ªa ya era may¨²sculo. El Partido Andalucista (PA) impuls¨®, en todos los ayuntamientos donde tiene presencia, mociones para expresar una "desautorizaci¨®n n¨ªtida de los insultos" de don Alejo. Los consistorios de la villa natal de Infante, la malague?a Casares, y de la sevillana Coria del R¨ªo (donde vivi¨®) se adelantaron, declarando al pol¨ªtico catal¨¢n persona non grata incluso con los votos del PP local, mientras la c¨²pula popular andaluza, con la vista puesta en la doble cita electoral del 9 de marzo, rechazaba "de la A a la Z" las palabras de Vidal-Quadras. El presidente Chaves exigi¨® explicaciones a Mariano Rajoy, la indignada Fundaci¨®n Blas Infante sugiri¨® una querella contra el lenguaraz europarlamentario, y hasta el diario Abc de Sevilla -al que es dif¨ªcil tachar de poco espa?ol- hizo p¨²blica en un editorial su condena de las descalificaciones. En ese contexto el PSOE, IU y PA presentaron en el Parlamento de Sevilla una proposici¨®n no de ley conjunta, que deb¨ªa votarse ayer, para que la c¨¢mara exprese su "repulsa total" ante los insultos contra Infante y reclame de Vidal-Quadras la renuncia a su esca?o europeo.
Frente a la magnitud de las reacciones, la arrogancia de don Alejo se ha disuelto como un azucarillo. El domingo en la radio, y el pasado martes en las p¨¢ginas del diario La Raz¨®n, nuestro h¨¦roe cant¨® la palinodia, rectific¨® y retir¨® las expresiones a su propio juicio "injuriosas, insultantes y ofensivas" que hab¨ªa proferido contra Blas Infante. M¨¢s vale as¨ª. Pero es bien llamativo que el gran martillo de nacionalistas catalanes y vascos haya visto en peligro su carrera pol¨ªtica no por un choque contra ¨¦stos, sino por una ofensa al difuso sentimiento andalucista. Incluso en materia de identidades agraviadas hay categor¨ªas y clases...
Resulta casi innecesario a?adir que los juicios y calificaciones vertidos en este art¨ªculo sobre el se?or Vidal-Quadras, mi impresi¨®n de que es un sembrador de ciza?a civil con el juicio pol¨ªtico cada vez m¨¢s extraviado, se refieren exclusivamente a su dimensi¨®n de hombre p¨²blico sujeto a la cr¨ªtica. Como persona, el catedr¨¢tico excedente de mi misma Universidad me merece el mismo respeto que a ¨¦l las personas de Blas Infante, Prat de la Riba o Companys.
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