Una turba quema vivos a 30 mujeres y ni?os en una iglesia de Kenia

Decenas de mujeres y ni?os que se hab¨ªan refugiado en una iglesia de Eldoret, al oeste de Kenia, fueron quemados vivos por una turba que prendi¨® el templo ayud¨¢ndose de bidones de gasolina. Pueden ser m¨¢s de 30 los muertos. Se trata del peor incidente desde que el domingo estallaran disturbios en protesta por la pol¨¦mica victoria del presidente Mwai Kibaki en los comicios del 27 de diciembre, que la oposici¨®n considera fraudulentos.

En Nairobi, milicias tribales recorren los suburbios en busca de enemigos. Desde esos barrios marginales, la ola de violencia comienza a extenderse por un pa¨ªs considerado hasta ahora estable y tranquilo y que vive de las divisas del turismo. Cerca de 250 personas han perdido la vida en las ¨²ltimas 48 horas.

Los observadores de la Uni¨®n Europea aseguran que existen claras evidencias de que el resultado de las elecciones presidenciales fue manipulado y exigen una investigaci¨®n oficial. El Gobierno de Estados Unidos, que en un primer momento hab¨ªa felicitado al presunto ganador, ha retirado el parabi¨¦n y se ha sumado a la petici¨®n europea.

El Gobierno de Kenia no parece de momento optar por la v¨ªa del di¨¢logo que le exige su antigua metr¨®poli, el Reino Unido, sino por la de la mano duda. Ha advertido de que reprimir¨¢ sin contemplaciones cualquier acto que ponga en peligro la ley y el orden. La oposici¨®n ha convocado una manifestaci¨®n para el jueves en Nairobi, que ya ha sido prohibida. El celo ha llevado al ministro de Seguridad Interior a prohibir las coberturas en directo de los incidentes por parte de las televisiones porque, a su juicio, favorecen la propagaci¨®n de los disturbios.

Muchos kenianos se sintieron estafados el domingo cuando el presidente Kibaki se declar¨® vencedor por un estrecho margen cuando las encuestas previas y los primeros escrutinios auguraban la victoria del l¨ªder opositor, Raila Odinga.

Las denuncias de fraude est¨¢n alimentadas adem¨¢s con el hecho de que la oposici¨®n obtuvo la mayor¨ªa de los esca?os en el nuevo Parlamento. Hubo adem¨¢s denuncias de inexplicables demoras en el recuento oficial y numerosas irregularidades. Un ejemplo: en uno de los distritos vot¨® el 115% de los inscritos, es decir, un 15% m¨¢s de los reales.

Choques en los suburbios

A pesar de que los suburbios siguen en pie de guerra, el centro de Nairobi recobr¨® ayer la apariencia de una cierta calma: gasolineras abiertas y pocos soldados en las esquinas. La raz¨®n es que la mayor¨ªa de los antidisturbios est¨¢n concentrados en sofocar la violencia en los barrios, donde pandillas de j¨®venes, peligrosamente divididos por tribus que han despertado a la llamada de viejos odios, han levantado barricadas, quemado autom¨®viles y atacado comercios.

El presidente Kibaki es de etnia kikuyu, la m¨¢s numerosa del pa¨ªs, a la que pertenecen un 22% de los kenianos, y que ha dominado la pol¨ªtica y la econom¨ªa desde la independencia en 1963. Odinga, el eterno opositor, es lua, cuenta con el apoyo de los suyos y de otras tribus marginadas estos a?os que reclaman su cuota de poder. La situaci¨®n es potencialmente explosiva.

El lunes, grupos de j¨®venes armados de la tribu lua pararon durante horas a los automovilistas que pasaban por sus ¨¢reas para identificar a los ocupantes. Si eran kikuyos, algo que puede averiguarse solo por el nombre escrito en el carn¨¦, eran a menudo apaleados.

Las luchas m¨¢s intensas se han producido en el oeste de Kenia, la plaza fuerte de Odinga, donde una mezcla de gamberrismo, protesta pol¨ªtica y violencia ¨¦tnica ha costado la vida a decenas de personas. La situaci¨®n es especialmente grave en Kisumu, donde se han producido saqueos. Las autoridades policiales han impuesto un estricto toque de queda: nadie puede salir de sus casas al caer la noche ni moverse en grupos superiores a dos personas durante el d¨ªa.