La campa?a dem¨®crata es ya un duelo
Clinton y Obama luchan por los votos de Edwards tras la retirada del ex senador
Los debates de California, los ¨²ltimos y decisivos antes del supermartes, ser¨¢n ya un duelo cara a cara entre los dos supervivientes de cada partido. Entre los dem¨®cratas, la retirada de John Edwards deja la contienda donde quer¨ªan verla los buenos aficionados, en un mano a mano entre los dos grandes, Hillary Clinton y Barack Obama. Ninguno de los dos saca una neta ventaja de esta nueva situaci¨®n. En el campo republicano, aunque Mike Huckabee sigue formalmente en la carrera, ¨¦sta tiene ya un claro favorito, John McCain, y un meritorio aspirante, Mitt Romney.
La justificaci¨®n para tirar la toalla fue la falta de recursos econ¨®micos
Los dem¨®cratas votar¨¢n pensando qui¨¦n puede ganar a McCain
La justificaci¨®n para tirar la toalla fue la de la falta de recursos econ¨®micos para afrontar la costos¨ªsima campa?a de anuncios televisivos, viajes y contratos de asesores necesarios para el 5 de febrero, cuando m¨¢s de una veintena de Estados acuden a las urnas. Sin dejar de ser cierto, hay una raz¨®n m¨¢s poderosa: despu¨¦s de haber ido perdiendo constantemente votos en cada una de las primarias celebradas hasta ahora, Edwards ha preferido evitar la humillaci¨®n que podr¨ªa suponer el supermartes.
Clinton y Obama, cada uno a su ritmo y a su forma, van lanzados hacia la victoria, y Edwards se hab¨ªa quedado sin sitio, no porque sus ideas o sus propuestas fuesen peores o muy diferentes, que no lo son, sino porque nada puede frenar las fuerzas de la naturaleza.
Edwards, que hab¨ªa insistido m¨¢s que sus rivales en predicar la lucha contra la pobreza, consigui¨® capturar un voto blanco y de clase media baja que desconfiaba de un negro y cre¨ªa a Clinton demasiado a la derecha. Esos electores podr¨ªan ahora terminar aceptando el liderazgo de la senadora por Nueva York. Pero, sobre todo en Iowa, el ya ex candidato se hab¨ªa beneficiado tambi¨¦n del voto puramente anti-Hillary, un grupo considerable de dem¨®cratas que odian a la ex primera dama o no quiere una tercera Administraci¨®n Clinton. Estos votos podr¨ªan caer del lado de Obama.
El efecto Edwards puede, incluso, variar en funci¨®n del Estado. All¨ª donde lo que m¨¢s cuenta es el factor racial -hablamos, por ejemplo, del sur del pa¨ªs- Clinton puede verse favorecida ahora de todo el voto blanco. All¨ª donde es m¨¢s importante el factor ideol¨®gico, Obama puede concentrar todo el voto renovador. En definitiva, no parece que la salida del juego de Edwards pueda tener un impacto decisivo para el 5 de febrero. A menos que ¨¦l mismo haga p¨²blicas sus preferencias.
Otra cosa es lo ocurrido en el bando republicano. El triunfo de John McCain el martes en Florida (36% de los votos) tiene la categor¨ªa de paso del Rubic¨®n. El viejo h¨¦roe de guerra lleg¨® a Florida renacido, pero cuestionado dentro de su propio partido, y sale de all¨ª convertido en el claro favorito a la victoria final.
Eso se debe en gran parte al m¨¦rito de haber sido capaz, en poco m¨¢s de una semana, de destruir a Rudy Giuliani (15%), el famoso ex alcalde de Nueva York, que hab¨ªa renunciado a todas las anteriores primarias para concentrar todo su esfuerzo en Florida. No menos valiosa resulta su victoria sobre Mitt Romney (31%), que hab¨ªa invertido en ese Estado cinco veces m¨¢s que el senador por Arizona y contaba con el importante apoyo de la clase empresarial conservadora, que tiene Florida como su lugar de retiro y descanso.
McCain tiene, a partir de ahora, que ganarse a ese grupo de poder y a otros sectores del Partido Republicano que todav¨ªa se resisten a darle su apoyo. Sin embargo, pragm¨¢tica por excelencia, la derecha norteamericana sabe que McCain es su mejor opci¨®n de victoria en las presidenciales de noviembre y ser¨ªa una gran sorpresa que no se confirmase su denominaci¨®n como candidato dentro de una semana.
Eso influir¨¢ tambi¨¦n en el voto de los dem¨®cratas, que ahora acudir¨¢n a las urnas pensando en qui¨¦n es el mejor para hacer frente a McCain. Parte de la repuesta podr¨ªa salir del debate que esta noche -los republicanos debatieron anoche en la Biblioteca Ronald Reagan, en Simi Valley- sostendr¨¢n Clinton y Obama en el Kodak Theatre, en Hollywood.
Obama llega a California despu¨¦s de varios actos cortejando a los votantes hispanos, m¨¢s valiosos que nunca. Clinton llega despu¨¦s de haber celebrado su victoria en Florida en unas elecciones intrascendentes -lo que aqu¨ª se conoce como un concurso de belleza- puesto que el Partido Dem¨®crata dej¨® a ese Estado sin delegados para la Convenci¨®n por haber violado las reglas sobre las fechas de las primarias. Todos los candidatos se comprometieron a no hacer campa?a en Florida, pero Clinton acudi¨® finalmente a recoger su triunfo mientras su marido, Bill Clinton, pronunciaba m¨ªtines en Illinois y New Jersey.
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