Moraira y X¨¤bia se llenan de polvo y zanjas por obras interminables
Comerciantes y turistas, perjudicados por el retraso en finalizar los trabajos
El para¨ªso est¨¢ de obras. Y amenazan con eternizarse. Dos de los enclaves m¨¢s emblem¨¢ticos e La Marina Alta, por su valor tur¨ªstico y paisaj¨ªstico, como son el casco antiguo de X¨¤bia o el acceso a la playa de El Portet de Moraira, llevan meses e incluso a?os soportando zanjas, polvo y ruidos a causa de los problemas financieros de las empresas y de adjudicaciones muy pol¨¦micas por parte de los ayuntamientos para peatonalizar calles o construir aparcamientos.
Los comerciantes afirman que las ventas del Senillar han ca¨ªdo un 70%
El centro de X¨¤bia lleva aislado m¨¢s de dos a?os por las diferentes obras
Alain Darrieulat es un ciudadano franc¨¦s que gestiona un restaurante en Moraira, en el t¨¦rmino de Teulada. Su vida cambi¨® cuando el alcalde, Jos¨¦ Ciscar, del PP, decidi¨® aprobar un ambicioso plan de urbanizaci¨®n en el Senillar, el paseo donde se encuentra su establecimiento, pr¨¢cticamente en primera l¨ªnea de playa. El proyecto recoge la construcci¨®n de dos aparcamientos subterr¨¢neos de 426 plazas cubiertos por un gran espacio peatonal con zona verde y tres fuentes con espect¨¢culo de luz y de agua. Las obras se adjudicaron en enero de 2007 a la empresa Grupo Real por 10 millones de euros, si bien no comenzaron hasta octubre de ese a?o. Entonces fueron suprimidos el antiguo aparcamiento de 250 plazas, el arbolado y el mobiliario urbano y se abri¨® una gran zanja para iniciar la nueva construcci¨®n.
Ah¨ª comenzaron los problemas. Las dificultades financieras obligaron a la mercantil a paralizar las obras. Y durante meses lo ¨²nico que les ha quedado a Darrieulat y a los vecinos del entorno delante de sus establecimientos es un gran boquete que les separa del resto del mundo y les llena de polvo las sillas y mesas de su terraza. Entre tanto, el Ayuntamiento aprob¨® en un pleno en abril de 2008 una modificaci¨®n en el contrato de la obra que mejoraba las prestaciones para Grupo Real, al aumentar la explotaci¨®n del aparcamiento de 38 a 40 a?os y al incrementar el presupuesto hasta los 12,5 millones de euros.
Mientras, las ventas de los comerciantes y restaurantes del Senillar de Moraira han descendido en estos ¨²ltimos ocho meses un 70%, afirman los afectados. Los propietarios se han unido en una plataforma de la que Darrieulat es presidente y que exige al Ayuntamiento soluciones. Al menos durante estos d¨ªas el Consistorio ha ordenado a la empresa tapar la gran zanja para que la zona sea accesible durante los meses de verano. Pero para la plataforma vecinal esa medida no es suficiente. Exigen compensaciones econ¨®micas por los perjuicios y muestran su inquietud por el futuro porque no saben si las obras se reanudar¨¢n alg¨²n d¨ªa. "Estamos en una crisis econ¨®mica muy fuerte. Y es muy dif¨ªcil que esta empresa o cualquier otra tengan capacidad suficiente para reanudar las obras", explica con amargura Darrieulat. El regidor asegura que est¨¢ en permanente di¨¢logo con los afectados, con los que se reuni¨® en abril, y a los que ha eximido del pago de las tasas de ocupaci¨®n p¨²blica para compensar la situaci¨®n que padecen.
Pero Moraira no es una excepci¨®n. Desde hace m¨¢s de dos a?os, X¨¤bia es una ciudad tomada por las obras. Su casco antiguo, un magn¨ªfico complejo de casas se?oriales construido alrededor de la iglesia-fortaleza g¨®tica de Sant Bertomeu, ofrece un aspecto desolador. Pasarelas de hierro para acceder a los comercios sobre calzadas destripadas. Amasijos de cables el¨¦ctricos amontonados en las aceras. Camareros que pasan el d¨ªa retirando sillas de las terrazas para que pasen las excavadoras. Una sucesi¨®n infinita de zanjas que parecen trincheras. Obreros convertidos en vigilantes que obligan a los transe¨²ntes a dar un rodeo inmenso para llegar a sus casas. Esa es la X¨¤bia de hoy.
As¨ª dos largos a?os, desde que en 2006 comenzara un ambicioso proyecto apoyado por la Uni¨®n Europea que ascend¨ªa a 20 millones de euros para rehabilitar el casco antiguo, primer reclamo tur¨ªstico de la poblaci¨®n. Pero la primera adjudicataria, Generala, fue un fiasco. En marzo de 2007, cuando se cumpli¨® el plazo de 14 meses para concluir las obras, ¨¦stas apenas se hab¨ªan ejecutado en un 30% y la mercantil exig¨ªa dos millones de euros para seguir. El alcalde, Eduardo Monfort, del BNV, decidi¨® rescindir el contrato con Generala, y adjudicar al proyecto a una nueva empresa.
Ahora, las obras avanzan a buen ritmo. Pero ya han perdido los comerciantes y restaurantes de la zona, que dicen haber visto reducidos sus beneficios en un 80%. Y tambi¨¦n ha salido malparada la imagen tur¨ªstica de la poblaci¨®n. Har¨¢ falta tiempo para volver a atraer visitantes a las calles hist¨®ricas de X¨¤bia.
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