"Todo da asco, pero ?qu¨¦ hacemos?"
Inquilinos de un edificio de M¨¢laga viven en condiciones insalubres
Cruzar el umbral del n¨²mero 3 de la calle Mariscal de M¨¢laga es entrar en un mundo aparte. El estado de abandono del bloque es estridente desde fuera en contraste con los nuevos edificios que han mejorado notablemente el aspecto de esta zona de antiguos arrabales, junto al r¨ªo. La fachada est¨¢ llena de desconchones, muchos balcones tienen los cristales rotos y los postigos desencajados. Si no fuera por la ropa tendida cuesta creer que hay vida dentro.
Y una vez dentro, resulta imposible creerlo. Y describirlo. Hay un hedor insoportable. Por eso en casa de Naima est¨¢ prohibido abrir las ventanas, tiene miedo a que su hija de seis a?os pueda coger una infecci¨®n. Las dos ventanas, la de la peque?a cocinita y la del dormitorio dan a sendos patios interiores, y en los dos hay basura y objetos amontonados. "Todo da asco, pero ?qu¨¦ vas a hacer?, no hay sitios donde ir por 300 euros", lamenta Naima. "tengo miedo a que un d¨ªa salgamos ardiendo, como alguien tire una colilla o algo".
Inquilinos con contrato conviven con ocupas sin atenci¨®n del due?o
Si raramente hay que abrir la ventana, Naima se coloca una mascarilla. Al mirar para arriba se ven ropas viejas y trapos colgados de las tuber¨ªas y de los balcones. Algunos tienen excrementos, lo que provoca el mal olor y la proliferaci¨®n de insectos, arrojados, seg¨²n Naima, por gente que se ha metido a vivir en los pisos desocupados. Al cerrar la ventana se?ala al techo de la cocina, sus grietas, y exclama: "Cualquier d¨ªa se nos viene abajo, por eso siempre le digo a mi hija que no est¨¦ aqu¨ª".
Naima es una de las seis familias que paga alquiler en este bloque que el Ayuntamiento de M¨¢laga va a poner en venta forzosa por el incumplimiento de su propietario de los fines sociales a los que est¨¢ debido, unas m¨ªnimas condiciones de habitabilidad, salubridad y seguridad.
Todos se quejan de que Jes¨²s Jim¨¦nez Astorga hace o¨ªdos sordos a sus quejas y necesidades. Enrique, que vive en la tercera planta, se queja de que ¨¦l mismo se ofreci¨® a pintar la habitaci¨®n abandonada contigua a su casa que se quem¨® hace un a?o, pero quer¨ªa que el due?o le comprara la pintura. El propietario dividi¨® algunas viviendas en su d¨ªa para ponerlas en alquiler. Enrique, su esposa y su hijo de seis a?os viven amenazados por una enorme mancha de humedad en el techo de una habitaci¨®n que antes o despu¨¦s se vendr¨¢ abajo. El ventanuco del ba?o tambi¨¦n est¨¢ siempre cerrado, da a un patio por el que andan a sus anchas las ratas y unas cucarachas "enormes".
Enrique paga 342 euros, cuatro menos que Carmen, que vive dos plantas m¨¢s arriba con su marido, una hija de 25 a?os y un hijo de cinco. S¨®lo tienen dos habitaciones, y un ¨²nico ropero, pero sin puertas. Hay d¨ªas que el agua no llega a su planta y ahora est¨¢ indignada porque la gestor¨ªa le reclama una deuda de 1.097 euros por agua y 125 del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) cuando en el contrato de alquiler queda especificado que ambos est¨¢n incluidos en la renta.
Carmen acusa al propietario: "Quiere que nos aburramos, que nos hartemos y que nos vayamos", y dice que hace unos meses ofreci¨® a los vecinos alojarlos en otro inmuble para reparar el de calle Mariscal. "Pero si aqu¨ª hay conejos (ratas) all¨ª hay cocodrilos, y no hay ni agua ni luz".
Jes¨²s Jim¨¦nez Astorga tambi¨¦n tiene sus quejas y dice ser v¨ªctima de "una farsa y un aut¨¦ntico atraco". Argumenta que en noviembre de 2006 pidi¨® licencia al Ayuntamiento para acometer la rehabilitaci¨®n, y que este a¨²n no se la ha dado y que no puede hacer nada porque el edificio "se ha llenado de ocupas" y el juzgado no atiende sus denuncias. Los pisos vac¨ªos del n¨²mero 3 est¨¢n habitados indebidamente, en su mayor¨ªa por gitanos, que tienen agua y luz gratis, pero seg¨²n el defensor del ciudadano de la provincia, Francisco Guti¨¦rrez, ha sido el due?o quien ha propiciado la llegada de ocupas, incluso dice que quit¨® las puertas de la calle.
"Es algo que est¨¢ en el manual del acoso inmobiliario", afirma. Jim¨¦nez Astorga, que apostilla a cada afirmaci¨®n que la puede demostrtar, dice que con la actual situaci¨®n pierde casi 20.000 euros mensuales, c¨¢lculo sustentado en la hip¨®tesis de alquilar 40 pisos a 450 euros.

En venta por incumplir
"No me creer¨¦ nada hasta que no me lleven a una casa en condiciones". Carmen, una de las inquilinas legales del n¨²mero 3 de calle Mariscal, no tiene mucha fe en la medida pionera que el Ayuntamiento de M¨¢laga ha anunciado contra el acoso inmobiliario.
El consejo de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU), tiene previsto adoptar hoy una de las medidas m¨¢s dr¨¢sticas que prev¨¦ la Ley de Ordenaci¨®n Urban¨ªstica de Andaluc¨ªa (LOUA) contra quienes no cumplen la funci¨®n social de la propiedad inmobiliaria: la expropiaci¨®n. Pero el consistorio no se quedar¨¢ con el inmueble, sino que lo pone en venta forzosa, que es procedimiento de subasta p¨²blica. Con un precio de salida de 2,4 millones de euros, quien quiera pujar tiene que comprometerse con los inquilinos con contrato a realojarlos en el edificio una vez rehabilitado y buscarle hospedaje mientras duran las obras.
El nuevo propietario podr¨¢ construir nuevas viviendas, pero teniendo en cuenta que el edificio tiene protecci¨®n y deber¨¢ conservar la fachada y otros elementos.
Seg¨²n el Ayuntamiento, el propietario ha incumplido numerosos requerimientos hecho desde hace 11 a?os para que hiciera obras de reforma, e incluso ha obstaculizado las inspecciones. Ayer mismo hubo una nueva inspecci¨®n sanitaria.
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