Hiddink desmitifica a Holanda
Una magn¨ªfica Rusia, liderada por Arshavin, derriba al equipo de Van Basten, que se hundi¨® en el tiempo extra
Un pariente pr¨®ximo, que vendr¨ªa a ser como el t¨ªo de la familia y de nombre Guus Hiddink acab¨® con la fiesta de Holanda. Nadie como Hiddink, un trotamundos experto en optimizar recursos y desmitificar a los rivales m¨¢s pomposos, para descifrar a la selecci¨®n de su disc¨ªpulo, Marco van Basten, la de su propio pa¨ªs, la misma que ha llenado Suiza de color naranja. El triunfo de Rusia fue tan rotundo como sorprendente si se tiene en cuenta c¨®mo ven¨ªa jugando Holanda y la goleada sufrida ante Espa?a. La diferencia se llama sobre todo Arshavin, un futbolista que responde como ninguno a su zamarra, la del n¨²mero 10.
Hist¨®ricamente, en cambio, la derrota de Holanda se sit¨²a muy en la l¨ªnea de la tradici¨®n oranje, capaz de ganar a Italia y Francia, los dos finalistas del ¨²ltimo Mundial, para despu¨¦s perder con Rusia. Los rusos sometieron a los holandeses a una tunda may¨²scula durante el partido y en la pr¨®rroga, a todas horas y con el mismo plan ante un contrario que cambi¨® repetidamente de camisa y nunca se encontr¨® a gusto. Ya se sabe, por lo dem¨¢s, que Holanda es tan bonita como delicada. Lozana con la lluvia, se marchit¨® a la que lleg¨® el calor y le cambiaron el c¨¦sped, un asunto m¨¢s serio que cualquier rival.
Fue una tunda may¨²scula. Durante el partido y en la pr¨®rroga
Los pusil¨¢nimes 'oranje' cedieron en cuanto tuvieron el marcador en contra
Los rusos jugaron con el manual de instrucciones de Hiddink, satisfecho con su papel de traidor. Trampearon muy bien el encuentro, anudaron a los oranje en la medular, tomaron la pelota y alcanzaron el ¨¢rea cuando llevaron la iniciativa y cuando actuaron a la contra. El suyo fue un futbol coral estupendo por din¨¢mico, veloz y preciosista y, sobre todo, por respeto a las leyes naturales del juego de equipo y a la tradici¨®n futbol¨ªstica, que atribuye al 10 un papel esencial. Ashavin estuvo magistral en la direcci¨®n y ejecuci¨®n del partido.
La pusil¨¢nime Holanda, como es costumbre, cedi¨® a la que tuvo que jugar con el marcador en contra, en cuanto le llevaron la contraria. A Van Basten de poco le sirvi¨® retomar el hilo de los partidos contra Italia y Francia y presentar la misma formaci¨®n, presidida por un medio defensivo como Engelaar en vez de un extremo de la velocidad de Robben. M¨¢s que una cuesti¨®n de prudencia, intentaba recuperar las mejores sensaciones a partir de una puesta en escena que se supone seria y equilibrada para un equipo con una tendencia natural a desbocarse sin reparar en el rival. A Rusia, adem¨¢s, no se la pod¨ªa afrontar de cualquier manera porque tiene mucha trampa y a¨²n m¨¢s peligro, especialmente a trav¨¦s de sus medios y sus delanteros.
Apretaron los rusos en la divisoria, bien puestos y tensos, y Holanda se qued¨® enganchada a su portero, expuesta a los tiros de media distancia de Kolodin, al pase desequilibrante de Arshavin, a los desmarques y centros cruzados desde las dos bandas. Desenganchados Sneijder y Van der Vaart, Van Nistelrooy apenas interven¨ªa y no hab¨ªa noticias de la salidas de Gio desde el carril izquierdo. A ras de suelo, la pelota rondaba el ¨¢rea de Van der Sar, atento y resolutivo ante la presi¨®n y anticipaci¨®n del contrario, frente al poder¨ªo del zar Arshavin.
A Akinfeev s¨®lo le destemplaba la zurda de Van der Vaart, que percut¨ªa con malicia en los golpes francos, mal defendidos por Rusia y nunca punteados por los delanteros oranje. A falta de velocidad y lucidez, Holanda apelaba a la paciencia. No desbordaba ni combinaba, sino que circulaba lenta y poco despierta, como si prefiriera desplegarse a la contra que llevar la iniciativa. Desbravada y poco agresiva con el bal¨®n, tampoco ten¨ªa transici¨®n. Puesto que la suerte del partido parec¨ªa depender m¨¢s de una jugada que del juego, Van Basten movi¨® piezas tras el descanso para agitar la contienda. Procedi¨® tan r¨¢pidamente, sin embargo, que su equipo se carg¨® de tarjetas, se enred¨® de mala manera en el costado derecho y tom¨® un gol de manual en un centro de Semak rematado en el primer palo por Pavlyuchenko.
Holanda no supo jugar en contra del marcador. M¨¢s reconocible que nunca, porque acab¨® por recuperar su versi¨®n original, con un volante y delanteros-extremos por todas partes, Van Persie y Afellay a la cabeza, s¨®lo consigui¨® forzar la pr¨®rroga por las manos de Van der Sar y la cabeza de Van Nistelrooy. A Holanda la redimieron el portero y el ariete, sus jugadores m¨¢s veteranos, superados como quedaron los j¨®venes. Sneijder puso la comba en una falta y Van Nilstelrooy remat¨® a la red tal y como estaba anunciado por la incapacidad de Rusia para responder a las jugadas de estrategia.
La pr¨®rroga, sin embargo, aument¨® tanto las virtudes de Rusia como los defectos de Holanda, desvertebrada y desnortada, y subray¨® especialmente la jerarqu¨ªa de Arshavin, que le puso el punto y final al encuentro con un tercer gol. El equipo de Hiddink tuvo hasta cinco remates antes de alcanzar la red por dos veces y evitar el mal trago de los penaltis. Ni siquiera la fatiga rest¨® lucidez a Rusia en la ejecuci¨®n. Abatido Van der Sar, Holanda firm¨® la rendici¨®n ante Hiddink con Van Basten a la cabeza. Holanda dur¨® en Suiza lo que tard¨® en salir el sol.
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