Romanos bajo el agua de Fenosa
La bajada del nivel del pantano de Bande saca a la luz nuevos restos arqueol¨®gicos
Aqu¨ª, en el lugar de Porto Quintela, herido de muerte desde que en 1949 el agua inund¨® el valle carg¨¢ndose aldeas y restos antiqu¨ªsimos, se suele decir que los romanos eran tipos previsibles, unos individuos bastante cuadriculados que hoy apenas dan sorpresas a quienes los estudian. Pero esta semana, en cuanto los arque¨®logos llegaron a esta parte de Bande, descubrieron algo que no hab¨ªan sospechado desde que en el 75 el catedr¨¢tico de la Universidad de Santiago Antonio Rodr¨ªguez Colmenero se instal¨® en una tienda de campa?a y empez¨® a apartar el limo.
Colmenero, que a sus 70 a?os sigue peleando por conseguir fondos para costear las excavaciones, destap¨® aquel primer verano un tramo de muralla sin saber a¨²n que con su pala inauguraba la exploraci¨®n del campamento romano m¨¢s grande de Galicia y "mejor conservado de Espa?a gracias al agua". Despu¨¦s de 33 a?os, la escasez de medios ha permitido sacar a la luz poco m¨¢s de un cuarto de la superficie total (2,3 hect¨¢reas) del destacamento militar. Pero como las centurias romanas eran pr¨¢cticas y poco imaginativas, como todos los campamentos del Imperio segu¨ªan el mismo patr¨®n y hasta pon¨ªan los mismos nombres a sus calles trazadas con tiral¨ªneas, el actual director de las excavaciones, Santiago Ferrer, sabe por adelantado lo que va a aparecer dentro de la muralla en los pr¨®ximos 60 o 70 a?os. Las temporadas que, al ritmo actual, y gracias a las ayudas que manda la Uni¨®n Europea (m¨¢s sensible a las historias de romanos que las dem¨¢s Administraciones), pueda durar la excavaci¨®n.
El pueblo que citaba Ptolomeo fue m¨¢s grande de lo que hasta ahora se supon¨ªa
Los nudistas se meten en el agua a 48 grados de las antiguas ba?eras termales
Extramuros, y algo m¨¢s adentrada en la presa de As Conchas, tambi¨¦n se ha recuperado la canaba, la casa de servicios en la que se alojaban los civiles que acompa?aban a los 480 militares que vivieron en el lugar desde el a?o 75, mientras en Roma les daba tiempo a gobernar a seis emperadores, de Vespasiano a Adriano. Ferrer cuenta que en la c¨¢naba viv¨ªan "los taberneros y las prostitutas", y pasados los a?os, cuando march¨® el ej¨¦rcito, algunos de ¨¦stos seguramente se quedaron para siempre en Bande. "Es raro que a¨²n no hayamos encontrado tumbas, pero por aqu¨ª tienen que estar".
Este invierno result¨® que el agua del embalse de Fenosa, que sumerge peri¨®dicamente las excavaciones y vuelve a descubrirlas cuando baja el nivel para que los arque¨®logos retomen la tarea un par de meses, adelant¨® bastante trabajo por su cuenta. El vaiv¨¦n del fluido elemento lami¨® por primera vez en todos estos a?os una parte del pueblo que en los primeros siglos de la era fue creciendo en torno a la mansio, la imponente posada oficial del Imperio que fue construida a la vera de la V¨ªa Nova que un¨ªa Astorga y Braga. El agua ha descubierto a los arque¨®logos los cimientos de nuevas casas junto a esta mansi¨®n de enormes sillares ya excavada. El pueblo, que Ptolomeo citaba en el siglo II como una civitas, era m¨¢s grande de lo que los historiadores imaginaban. H¨²medas y reblandecidas por el reciente descenso de las aguas, se amontonan en la orilla las tejas rotas de las casas romanas.
La posada se levant¨® cuando los soldados del campamento concluyeron la misi¨®n por la que se hab¨ªan instalado all¨ª medio siglo antes: la construcci¨®n de la calzada. Los legionarios abandonaron el campamento, la III Cohorte de la Legion VII G¨¦mina, pero la mansio fue el germen de una nueva poblaci¨®n en aquel lugar que era conocido por entonces como Aquis Querquennis, el lugar de las aguas termales de los Querquenos, esa raza ind¨ªgena que habitaba Ourense desde A Limia hasta O Xur¨¦s y O Entrimo y dej¨® cientos de vestigios en sus castros. Vestigios tales como esculturas de guerreros y un enorme falo de piedra que fue hallado en el r¨ªo por Colmenero y el grupo Larouco, el colectivo que lucha por salvar estas piedras.
Hasta noviembre, aunque llueva, Ferrer y sus ocho ayudantes recuperar¨¢n m¨¢s muralla, la parte final de los horrea o graneros, un tramo de la V¨ªa Decumana y quiz¨¢s el principio de unos barracones de soldados a¨²n sin explorar. Ahora y todo el a?o, Colmenero continuar¨¢ con sus planes para el ¨²nico centro de interpretaci¨®n viaria sobre el Imperio Romano que hay en el mundo. Un poco m¨¢s all¨¢, donde estaba la casa de ba?os calientes, los nudistas seguir¨¢n sumergidos aunque nieve en unas ba?eras musgosas que la leyenda ha convertido en sarc¨®fagos romanos. El agua est¨¢ a 48 grados. La tierra bufa y sale vapor.
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