Basuras en el camarote de los hermanos Marx

Si el impacto sobre las personas y el medio ambiente no hubiesen sido tan fuertes, el dislate de la gesti¨®n de los residuos urbanos del territorio de Guip¨²zcoa durante los ¨²ltimos a?os dar¨ªa para escribir una corrosiva s¨¢tira social al estilo brechiano o, con m¨¢s humor, a una versi¨®n local del camarote de los hermanos Marx.

Fuerzas pol¨ªticas ampliamente representativas como Ezker Batua y ANV poniendo patas arriba, desde su posici¨®n de poder en la mancomunidad de San Marcos, el andamiaje de gesti¨®n conseguido tras a?os de negociaciones entre la Diputaci¨®n y el resto de las mancomunidades comarcales. El rechazo de esas fuerzas y algunos grupos sociales a poner en marcha una incineradora de ¨²ltima generaci¨®n para todo el territorio haciendo que, tras a?os de disputas, los vecinos locales tengan que seguir soportando el hedor de un vertedero propio del siglo XIX, el de San Marcos. La defensa numantina del poder y autonom¨ªa comarcal en la gesti¨®n de los residuos frente a la Diputaci¨®n foral guipuzcoana, conduciendo por extra?os vericuetos a que hoy d¨ªa una parte de ¨¦stos vayan a Bizkaia, quiz¨¢s ma?ana a ?lava y Navarra.

Una de las met¨¢foras m¨¢s elocuentes de las sociedades modernas es que tras el fulgor de sus logros econ¨®micos y tecnol¨®gicos se adivinan oscuras sombras en forma de monta?as de basura. Se podr¨ªa decir, con una cierta licencia, que ¨¦stas reflejan el inconsciente de nuestra modernidad, aquello que no queremos ver pero est¨¢ ah¨ª condicion¨¢ndonos inexorablemente. As¨ª, en el lado yang de nuestra sociedad postmoderna ser¨ªa tiempo de biotecnolog¨ªa, nanotecnolog¨ªa y ciencias neutr¨®nicas. En el lado yin tendr¨ªamos vertederos impresentables como San Marcos, que los responsables pol¨ªticos no han conseguido cerrar tras a?os de gestiones fallidas.

Los 720.000 hogares existentes en el Pa¨ªs Vasco generan cada uno una tonelada y media de basura cada a?o. Gestionar el lado oscuro de nuestra prosperidad es, sin duda, una labor ingente. Los ayuntamientos y sus mancomunidades tienen encomendada esa gesti¨®n. A la vista de las mareantes cifras que han de manejar, la gesti¨®n acaba con frecuencia en indigesti¨®n, como hemos visto estos a?os en Guip¨²zcoa. Alguien tendr¨¢ que decir que es un sistema ineficaz y obsoleto y que es el Gobierno vasco quien deber¨ªa dirigir, con criterios de pa¨ªs, la gesti¨®n de ese flujo oscuro formado por un mill¨®n de toneladas anuales. M¨¢s que nada para no volver a encontrarnos de nuevo en el camarote de los geniales hermanos.

Antxon Olabe es analista ambiental y socio de Naider.