Noche de pillaje en la ciudad sin ley
Soldados congole?os saquean Goma ante el vac¨ªo de poder en el este del pa¨ªs
Al amanecer, los camiones de la ONU empezaron a moverse. Un convoy con productos de primera necesidad entraba al fin en esta ciudad asediada. Por primera vez en d¨ªas no se o¨ªa el tableteo de las armas. Los cascos azules patrullaban por Goma. La crisis parec¨ªa calmarse.
Los rebeldes, que han rodeado esta ciudad estrat¨¦gica del este de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo y han vuelto a meter a toda la regi¨®n en una espiral de violencia e incertidumbre, parecen estar respetando el alto el fuego que ellos mismos proclamaron la noche del mi¨¦rcoles.
"Hoy no ha habido lucha", dice el coronel Samba Talla, de la Misi¨®n de Naciones Unidas para Congo (Monuc). "Todos los beligerantes est¨¢n respetando el alto el fuego".
Los soldados gubernamentales que hab¨ªan huido despavoridos ante el avance rebelde regresaron a la ciudad en la noche del mi¨¦rcoles. Cargaban fusiles en la espalda. Parec¨ªan agotados. Pero hablaban de forma contundente: "Ahora tenemos el control", asegura Jon¨¢s Padiri, uno de estos soldados. Quiz¨¢ tiene raz¨®n. Pero poca gente conf¨ªa en ellos. La noche del mi¨¦rcoles, con el vac¨ªo creado por soldados huyendo en desbandada y los rebeldes en las puertas de la ciudad, algunos elementos del Ej¨¦rcito sembraron el terror entre los habitantes de Goma.
Ayer eran visibles los sangrientos efectos de la noche de caos. Como el cuerpo de un chico de 17 a?os llamado Merci. Sus familiares contaban que una banda de soldados perfectamente uniformados entraron en su casa y pistola en mano le ordenaron que metiera todas sus posesiones -ropa, comida, muebles- en un cami¨®n. Como protest¨®, le pegaron un tiro.
En la puerta de al lado, dos mujeres muertas, tambi¨¦n por la acci¨®n de soldados fuera de s¨ª. En todo el barrio hay cad¨¢veres. En total, hay al menos nueve muertos. Nadie tiene respuestas. "No se resistieron", cuenta un familiar de las mujeres asesinadas. "Dieron todo su dinero, pero las mataron igualmente".
Los soldados congole?os tienen fama de probar sus armas contra los civiles y huir ante el primer signo de amenaza real. Cada vez que una ciudad cambia de manos hay saqueos, pillaje, violaciones y asesinatos. Es el sino desde la ¨¦poca de Mobutu.
La ONU negociaba ayer con el l¨ªder rebelde Laurent Nkunda la prolongaci¨®n del alto el fuego y la Monuc desplazar¨¢ a la zona a m¨¢s efectivos que tiene desplegados en el pa¨ªs. Nkunda detuvo temporalmente su ofensiva con el argumento de que no quiere provocar da?os a civiles y reiter¨® que lucha s¨®lo para proteger a los tutsis de los hutus radicales que huyeron de Ruanda tras el genocidio de la primavera de 1994, y que siguen organizados en esta zona del este del Congo fronteriza con Ruanda.
Una de las principales preocupaciones ahora es atender a los miles de desplazados que han huido de la violencia (m¨¢s de 220.000 desde agosto). Muchos duermen a la intemperie, sin comida y con hijos gravemente enfermos. Las ONG no dan abasto.
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