De la calle a la galer¨ªa
'Graffiteros' como El Mister se abren camino m¨¢s all¨¢ del arte urbano
Empez¨®, como todos los graffiteros, haciendo tags con amigos. Nada de dibujos, s¨®lo la firma para marcar territorio. Primero en Sabadell y luego en Barcelona. Estampaba paredes y trenes con su nombre o el del grupo con el que se mov¨ªa: Las Ovejas Negras, 1980... En la capital catalana entr¨® en contacto con dos colectivos que han dejado huella: Art Attack Artists (AAA) y Down Town Yonkis (DTY). Pero la permisividad es historia y toca reinventarse porque el bombardeo a base de tags se ha vuelto demasiado peligroso y a la m¨ªnima cae una multa.
El Mister, seud¨®nimo de Ernesto La Mela, ha dejado el spray para pasarse a la serigraf¨ªa despu¨¦s de realizar portadas para grupos de la escena alternativa catalana como los Za! y carteles para las sesiones Boombox de la sala Apolo. Su trayectoria es paradigm¨¢tica porque en Barcelona se ha producido un ¨¦xodo de graffiteros a la b¨²squeda de otros lugares en los que puedan trabajar sin problemas. Aunque espacios cl¨¢sicos como las Tres Chimeneas de Sant Adri¨¤ del Bes¨°s, en el extrarradio, mantienen milagrosamente su esplendor y est¨¢n llenas de joyas que son iconos para la escena graffitera nacional.
Una parte de los nuevos trabajos de El Mister se exhibe hasta el 25 de noviembre en la galer¨ªa barcelonesa Welldone, del barrio de Gr¨¤cia. El local es tambi¨¦n el taller de otro graffitero, elDone, que ha evolucionado hacia la pintura y el arte digital tras unos a?os noventa protagonizados por el skate y los peinados brocha. Adem¨¢s, elDone forma parte del grupo de graffiteros afincado en Barcelona que en diciembre expondr¨¢ sus obras en la londinense The Smithfield Gallery.
Aunque cada vez son m¨¢s los que practican la abstracci¨®n, las ilustraciones de El Mister tienen una clara influencia -que reconoce sin tapujos- del c¨®mic underground estadounidense. Del hist¨®rico Crumb y todos los que vinieron detr¨¢s de ¨¦l. Como ocurre recurrentemente en este ¨¢mbito del arte callejero, es autodidacta, si bien la t¨¦cnica de la serigraf¨ªa la aprendi¨® en un cursillo que le entusiasm¨® porque "no te ven¨ªan con rollos te¨®ricos". La palabra artista le da un poco de alergia, porque cree que se debe reservar para Rembrandt, Vel¨¢zquez... Incluso le gusta atacar en sus obras a los que presumen de serlo con altivez. Lo hace con unos dibujos a l¨¢piz sobre papeles que luego arruga a lo bestia y en los que los personajes principales son ratas y otros bichos del malvivir.
En las serigraf¨ªas, en cambio, predomina un imaginario musical que prescinde de la dictadura comercial del mercado. "Cuando empec¨¦ a buscar mi propio estilo descubr¨ª que me apasionaba la est¨¦tica del rock psicod¨¦lico. Utilizar un lenguaje cercano al c¨®mic me permite contar una historia. En realidad son como vi?etas", explica El Mister. Pero no es lo ¨²nico que le motiva, porque en ocasiones sus l¨¢minas se parecen a tatuajes como los que pueblan sus brazos.
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