V¨ªa libre para los estudios de Medicina en la Cat¨®lica

La Universidad Cat¨®lica San Vicente M¨¢rtir de Valencia tiene v¨ªa libre para implantar Medicina. La agencia nacional de evaluaci¨®n (Aneca) ha emitido un informe favorable sobre el proyecto de carrera despu¨¦s de que el centro propiedad del arzobispado haya subsanado las deficiencias en materia de convenios con hospitales y personal que tumbaron repetidamente la solicitud hace medio a?o. El veredicto de la Aneca, que todav¨ªa no ha sido comunicado oficialmente a la universidad privada, pasar¨¢ ahora al Consejo de Universidades, donde ser¨¢ aprobado con toda probabilidad.

Terminar¨¢ as¨ª el nudo de un culebr¨®n cuyo primer episodio se escribi¨® hace casi dos a?os, con la decisi¨®n del Gobierno de Francisco Camps de conceder la Facultad de Medicina a la Cat¨®lica en plena moratoria para la creaci¨®n de carreras, vigente en Espa?a durante la reforma del sistema de t¨ªtulos para adaptarlos al Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior. El Consell intent¨®, sin ¨¦xito, que los organismos estatales hicieran una excepci¨®n a esa moratoria con la Cat¨®lica.

Sigue en el aire, sin embargo, el futuro de los alumnos de la versi¨®n no oficial de Medicina puesta en marcha por la universidad.

El segundo asalto en la lucha por conseguir los estudios de Salud lleg¨® a mediados de a?o. Una vez concluida la moratoria, la Cat¨®lica pudo, como el resto de universidades espa?olas, solicitar nuevas carreras (que ya no se llaman licenciaturas, ni diplomaturas ni ingenier¨ªas, sino grados, en la terminolog¨ªa del proceso de Bolonia). La universidad privada pidi¨® ocho titulaciones, cuatro de ellas de nueva creaci¨®n. Aneca, sin embargo, solo dio el visto bueno a la mitad, en primera instancia, y a otra m¨¢s en el periodo de recursos. Medicina no fue una de ellas.

El rechazo se debi¨® a la carencia de elementos esenciales en la solicitud -n¨²mero de profesores, detalle de su distribuci¨®n por especialidades, convenios con los hospitales para realizar pr¨¢cticas-, pero el arzobispo Agust¨ªn Garc¨ªa-Gasco y, en menor medida, el Consell enfocaron la negativa como una "persecuci¨®n" del Gobierno hacia la instituci¨®n.

La intervenci¨®n del Ejecutivo en el caso ha sido, sin embargo, m¨ªnima. La agencia estatal evaluadora (como insiste en criticar el movimiento anti-Bolonia) es un ¨®rgano aut¨®nomo de car¨¢cter t¨¦cnico. Y las comisiones que juzgan las solicitudes de carreras est¨¢n integradas por profesores de universidades p¨²blicas y privadas: analizan las peticiones y resuelven si cumplen los requisitos o no. El siguiente escal¨®n, el Consejo Universidades, lo forman, a su vez, los rectores de toda Espa?a, y hasta ahora ha seguido al pie de la letra los dict¨¢menes t¨¦cnicos que recibe de esas comisiones.

Presiones a la Aneca

No es aventurado decir, en cambio, que la Aneca ha sido presionada en los ¨²ltimos meses. Pero no por el Gobierno para negar Medicina a la Cat¨®lica, como ha sugerido la universidad. La presi¨®n ha llegado m¨¢s bien de lo que, forzando los t¨¦rminos, puede llamarse bando contrario: la gran masa de universidades p¨²blicas espa?olas, que solo tiene 18 meses para transformar las carreras actuales (licenciaturas, diplomaturas...) en grados adaptados a Europa. El tiempo apremia, las exigencias de la Aneca son prolijas, y las p¨²blicas temen no llegar a tiempo para 2010, a?o l¨ªmite para la transici¨®n.

La ofensiva ha logrado que en vez de reunirse pocas veces al a?o, la Aneca funcione como una ventanilla siempre preparada para revisar una misma solicitud: basta con ir corrigiendo errores y no presentar chapuzas para que la agencia al final diga s¨ª.