Las piruetas del 'pop up'
En los libros desplegables la imaginaci¨®n se impone. Abecedarios, aeroplanos, inventos y juegos visuales adquieren protagonismo en una curiosa propuesta literaria que, sin renunciar a su objetivo de difundir a los grandes cl¨¢sicos de la literatura infantil y juvenil, tambi¨¦n se aproxima al mundo del arte.
Los actuales pop ups, herederos de los Toy book, Toilet book, y libros m¨®viles, tienen una deuda impagable con los creadores del siglo XIX, personajes y editoriales ya m¨ªticos como Lothar Meggendorfer, Ernest Nister, Dean and Son y Tuck and Sons. Su experiencia en la manipulaci¨®n del papel hizo posible la aparici¨®n, un siglo m¨¢s tarde, de figuras de la talla de Robert Sabuda, David A. Carter, David Hawcock, Sam Ita o Marion Bataille, maestros del g¨¦nero.
Entre la magia y la ingenier¨ªa. Robert Sabuda, m¨¢ximo representante del dise?o del pop up en el ¨¢mbito internacional, presenta cada a?o nuevas ofertas en una sucesi¨®n de trabajos casi inagotable. En esta ocasi¨®n le toca el turno a Las cr¨®nicas de Narnia. La obra de C. S. Lewis, que edita Destino, adquiere as¨ª profundidad y permite admirar en tres dimensiones algunas de las im¨¢genes m¨¢s conocidas de la obra del escritor irland¨¦s. Las siete dobles p¨¢ginas que componen el volumen, que se inicia con la aparici¨®n del le¨®n Aslan, reflejan cada uno de los episodios que forman las cr¨®nicas, reproduciendo las aventuras con gran minuciosidad. Sabuda es tambi¨¦n responsable de la adaptaci¨®n en 3D de otras obras intemporales como Alicia en el pa¨ªs de las maravillas, de Lewis Carroll, o El maravilloso mago de Oz, de L. Frank Baum, cuyas reediciones emprende K¨®kinos cada temporada. El talento de uno de sus antiguos colaboradores, Sam Ita, queda patente en 20.000 leguas de viaje submarino, que contin¨²a la trayectoria iniciada con Moby Dick que publica SM. La uni¨®n del pop up y el c¨®mic, "genial", en palabras de Sabuda, resulta novedosa e impactante. El dibujo compite con complejas estructuras de las que surgen submarinos y monstruos gigantescos que se integran en la historieta y la enriquecen.
Arte y Renacimiento. Tras Titanic, best seller de 2007, David Hawcok se plante¨® reproducir en papel El cuaderno perdido. Leonardo da Vinci. El ¨¢lbum re¨²ne algunos de los inventos del genio del Renacimiento: m¨¢quinas voladoras, dise?os arquitect¨®nicos y un barco con grandes palas que impulsaban su movimiento y que giran ante los ojos at¨®nitos del lector. Su editorial, Montena, presenta otra obra impecable: Las hadas flores. Rincones secretos, basada en el texto y las ilustraciones de Cicely Mary Barker. Flores, setas, gnomos y hadas se elevan del plano, mientras que cuadernillos y hologramas ayudan a recrear el fant¨¢stico mundo imaginado por la reconocida autora de los a?os veinte. La firma de Hawcok avala tambi¨¦n Monstruos de los abismos, de MacMillan, una caja de sorpresas que deja vislumbrar el aspecto de seres tan extra?os como el pez v¨ªbora, o el pez pel¨ªcano, desconocidos habitantes de los fondos abisales, y La casa y el jard¨ªn de Maisy, de Serres, libro-carrusel con figuras troqueladas del famoso personaje de Lucy Cousins. Arte en estado puro es el que ofrece Kveta Pacovsk¨¢ en Hasta el infinito, de Faktor¨ªa K de Libros, una idea sugerente que, rompiendo los m¨¢rgenes del pop up, crea im¨¢genes vanguardistas en las que el color y la imaginaci¨®n de la artista checa juegan con los espacios y los vac¨ªos. Tan interesantes como los dibujos son los textos de la ilustradora, premio Andersen 1992, que define a las letras como "la arquitectura del placer" y aconseja tocar cada elemento y observar a trav¨¦s de las aberturas que perforan cada p¨¢gina.
Un toque imaginativo. Kees Moerbeek, otro de los grandes de la manipulaci¨®n del papel, sorprende con sus ingeniosos libros-cascada, que edita Pirueta. Peque?os cuadraditos de papel se agrupan para ayudar a los m¨¢s peque?os a ver y leer cuentos cl¨¢sicos como Los tres cerditos, o historias de miedo en La peque?a caja de los horrores. La casa de los inventos, de Robert Crowther, de Molino, se aparta de la funci¨®n fundamentalmente l¨²dica del desplegable para convertirse en divulgador del proceso de creaci¨®n de objetos cotidianos que en su d¨ªa ayudaron a mejorar el nivel de vida de toda una generaci¨®n. Llamativo resulta, asimismo, el trabajo de Emma Thomson en El viaje en globo de las hadas, de Beascoa, con su opci¨®n de transformarse en m¨®vil; quien, a su vez, presenta bajo el mismo sello El secreto de Grafita, una historia llena de encanto protagonizada por juguetes. Acetatos transparentes e im¨¢genes tridimensionales son los recursos que emplea MacMillan para abrir una espectacular ventana a la vida marina en Oc¨¦anos, que muestra la belleza que encierran los arrecifes de coral y los bosques de kelp, mientras que K¨®kinos en 24 ping¨¹inos para Navidad opta por un calendario de Adviento con dibujos de Jo?lle Jolivet. Los juegos de papel dan lugar a una divertida y alocada aventura, en El rally del miedo, de Chris Mould, que edita Timun Mas. Los corredores, con coches troquelados, participar¨¢n en una disparatada carrera a trav¨¦s de la curva del infierno, el t¨²nel de la telara?a o el cerro del esqueleto, hasta llegar a la sorpresa final. Sorpresas aguardan tambi¨¦n tras las ventanas con lentes de aumento de Un regalo para Papa Noel, de la misma editorial, con texto de David Wood e ilustraciones de Dana Kubick.
El dise?o nacional. Combel, con tres de las m¨¢s brillantes creaciones de David A. Carter en su cat¨¢logo: Un punto rojo, El 2 azul y 600 puntos negros, apuesta ahora por los libros "hechos en casa". As¨ª surgen Mira Mira, de ?ngels Navarro, un laberinto de ilusiones ¨®pticas, que resulta todo un despliegue de imaginaci¨®n y color, al que la autora, con un amplio curr¨ªculo en la realizaci¨®n de juegos de ingenio, define como: "un pop up modesto, de una belleza minimalista simple", o Los Reyes Magos de Oriente, ¨®pera prima de Merc¨¨ Canals y Llu¨ªs Farr¨¦. Dentro de esta misma l¨ªnea se enmarca la nueva colecci¨®n de arte, de Patricia Geis, cuyos dos primeros t¨ªtulos, La Mona Lisa y Calder, se distribuir¨¢n este mismo mes en las librer¨ªas. "Quer¨ªamos que los ni?os pudieran ver arte, como esculturas o instalaciones, en toda su dimensi¨®n. Que un pato de Calder se pudiera balancear o Leonardo da Vinci pudiera liberar a un pajarito", comenta la ilustradora y dise?adora, que en la actualidad trabaja en el desarrollo de los dos pr¨®ximos tomos, cuyos nombres el editor guarda celosamente. -
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