Campeonas invisibles
Las espa?olas han dado un gran salto en el deporte, pero distan mucho de recibir la misma atenci¨®n que los hombres - El negocio es la clave
El deporte parec¨ªa cosa de hombres, pero las mujeres, como en todos los ¨¢mbitos de la sociedad, se han ido incorporando poco a poco a este mundo masculino, entren¨¢ndose con la misma intensidad que los chicos, compitiendo al m¨¢s alto nivel y ganando. Las estrellas femeninas, sin embargo, se cuentan con los dedos de la mano. Arantxa S¨¢nchez Vicario fue la ¨²ltima, y casi la ¨²nica, capaz de sentar a media Espa?a ante el televisor. Las que han venido despu¨¦s no han tenido ese impacto. Pero ?se puede competir con un Nadal, un Gasol, un Alonso?
Por ahora, no. Y la raz¨®n no es ¨²nica. Para empezar, aunque cada vez m¨¢s ni?as hacen deporte, todav¨ªa son minor¨ªa y son muchas menos las que dan el salto al deporte de competici¨®n. "Yo no hablar¨ªa de discriminaci¨®n, sino de retraso", afirma Benilde V¨¢zquez, profesora de la Facultad de Ciencias de la Actividad F¨ªsica y del Deporte miembro de la Comisi¨®n Mujer y Deporte del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol; "el deporte es un reflejo de la sociedad y, como tal, repite sus estereotipos".
El 90% de las retransmisiones son de competiciones masculinas
El tenis, con un circuito profesional fuerte, es una excepci¨®n
Las becas ADO a los atletas ol¨ªmpicos no distinguen entre sexos
La diferencia est¨¢ en el patrocinio. A ellas les cuesta vivir de su modalidad
Esos estereotipos dicen que los ni?os hacen deporte y las ni?as, no. Pero est¨¢n cambiando. Gracias en parte a mujeres como Laia Sanz. "Mi padre nos educ¨® de la misma forma a mi hermano y a m¨ª. No le puso a ¨¦l una moto y a m¨ª me dio una barbie...". Y a ella le iban las motos. Se subi¨® a una con cuatro a?os y a los 23 tiene ocho campeonatos del mundo de trial, m¨¢s que ning¨²n otro espa?ol. La catalana, como la mayor¨ªa de las deportistas espa?olas de ¨¦lite, no se siente discriminada, ni en los entrenamientos ni en competici¨®n. Y eso que el suyo es un deporte muy masculino, de esos en los que hace no tanto las chicas parec¨ªan extraterrestres. "Soy un caso un poco especial porque tambi¨¦n compito en el mundial masculino y no noto ning¨²n rechazo. Soy una m¨¢s. Nos conocemos todos y est¨¢n acostumbrados", asegura.
Lo que s¨ª nota es algo m¨¢s sutil. "Cuando empec¨¦, llamaba mucho la atenci¨®n porque era una chica", contin¨²a. "Ten¨ªa m¨¢s repercusi¨®n y no me cost¨® encontrar equipo. Pero ahora...". Ahora, cuando es la motorista con m¨¢s mundiales en su especialidad, son muchos m¨¢s los que se acuerdan de su colega Jordi Tarr¨¦s, siete veces campe¨®n, que de ella. Y muchos lo que conocen de Laia Sanz es su precocidad, lo ex¨®tico de su caso, m¨¢s que sus ¨¦xitos. Por eso ella est¨¢ convencida de que de ser hombre ganar¨ªa m¨¢s dinero y recibir¨ªa m¨¢s atenci¨®n.
Es una queja com¨²n entre las atletas. "Tenemos la sensaci¨®n de que debemos demostrar mucho m¨¢s para que se nos reconozca", resume Montserrat Poza, capitana de la selecci¨®n espa?ola de rugby y enrolada en un equipo de la Primera Divisi¨®n francesa, que le paga casa y viajes pero no un sueldo. Poza se gana la vida como profesora de educaci¨®n f¨ªsica.
Cuando logran atenci¨®n, como Mayte Mart¨ªnez, bronce mundial en 800m, les queda cierto resquemor: "Las becas son iguales, pero para nosotras es mucho m¨¢s dif¨ªcil conseguir patrocinios. Una atleta en Espa?a en igualdad de condiciones y de resultados siempre gana menos que un hombre".
Hasta aqu¨ª las quejas. Ahora, una dosis de realidad en palabras de Amaya Valdemoro, la ¨²nica espa?ola con un anillo de la NBA: "Hay que tener los pies en el suelo. El deporte es un negocio y hoy por hoy el deporte femenino no genera el mismo dinero que el masculino, as¨ª que no podemos exigir lo mismo". Quiz¨¢s con una excepci¨®n. El tenis. Con un circuito profesional fuerte, las campeonas han conseguido cobrar lo mismo que los hombres en los grandes torneos, aunque este avance se logr¨® s¨®lo hace un par de a?os.
Otro ejemplo es el baloncesto norteamericano. La WNBA, la hermana de la NBA, cont¨® desde el principio con contratos televisivos, con el apoyo de la potent¨ªsima organizaci¨®n masculina y con patrocinadores, explica Valdemoro, quien subraya que "en Estados Unidos valoran much¨ªsimo el trabajo de las mujeres. No van a los partidos esperando que machaquen la canasta...".
Pero esto son excepciones. El deporte femenino es ajeno al gran p¨²blico. El c¨ªrculo es casi perfecto. Menos atenci¨®n medi¨¢tica. Menos patrocinadores. Menos dinero. Menos recursos para mejorar. En ese c¨ªrculo hay, sin embargo, una gran diferencia entre las deportistas individuales, que en su mayor¨ªa viven de las becas, y las que compiten en deportes de equipo. Las becas ADO, el sueldo de la mayor¨ªa de los atletas no profesionales, son igualitarias desde su creaci¨®n al calor de Barcelona 1992 y dependen de los resultados. As¨ª que un triunfo masculino es id¨¦ntico a uno femenino.
Pero los equipos de chicas "venden menos", como constata Marisol Casado, presidenta de la Federaci¨®n Internacional de Triatl¨®n y de la comisi¨®n Mujer y Deporte del COE; "y la mayor¨ªa tienen grandes problemas para encontrar patrocinadores".
Nadie sabe d¨®nde empieza el c¨ªrculo vicioso. En la escuela, pero tambi¨¦n en competici¨®n: s¨®lo el 18% de los federados son mujeres (unos tres millones). Muchas se quedan en el camino. "Son muy pocas las que pueden vivir de su deporte", asegura V¨¢zquez.
Las chicas tampoco ven deporte femenino en televisi¨®n, lo que podr¨ªa incrementar el n¨²mero de seguidoras y de potenciales practicantes. Un estudio del Consejo Audiovisual de Andaluc¨ªa asegura que m¨¢s del 90% de las retransmisiones deportivas tienen como protagonistas a hombres. Los espectadores no se distinguen en funci¨®n del sexo.
Algunos dicen que es l¨®gico, que las chicas dan menos espect¨¢culo, que no pueden competir de t¨² a t¨² con los hombres, que est¨¢n en la cuarta divisi¨®n, que no aguantan cinco sets... "Las pruebas femeninas son un poco m¨¢s f¨¢ciles", reconoce Sanz, que no tiene pr¨¢cticamente rivales entre su sexo pero no ha ganado ning¨²n mundial mixto. Pero ¨¦sa no es toda la explicaci¨®n, dicen ellas.
Para Mayte Mart¨ªnez "la mayor diferencia est¨¢ en el tratamiento que dan los medios de comunicaci¨®n. Para que una mujer sea noticia tiene que ganar o lesionarse". Y para Elena G¨®mez, primera campeona mundial de gimnasia en 2002, ya retirada, "el problema no tiene tanto que ver con el sexo como con el tipo de deporte que haces".
El f¨²tbol lo acapara todo. O casi. El automovilismo de Alonso, el baloncesto de Gasol, el tenis de Nadal y el motociclismo tambi¨¦n tienen su hueco. Todos son deportes-negocio. Eso no quiere decir que Elena G¨®mez no lograra hacerse un hueco en los peri¨®dicos en su d¨ªa. Tambi¨¦n lo han tenido Marta Dom¨ªnguez, Gemma Mengual, Mireia Belmonte, Edurne Pasaban, Carla Su¨¢rez...
Que no se vean tanto, que no dominen las transmisiones, que no muevan tanto dinero como los hombres, no quiere decir que no est¨¦n ah¨ª. Las espa?olas han llegado m¨¢s tarde al deporte, pero ya han ganado una treintena de medallas ol¨ªmpicas, en la hierba de Wimbledon, Roland Garros y el US Open y han triunfado en atletismo, nataci¨®n, gimnasia, baloncesto, balonmano, yudo, vela... Como los hombres. Y cada vez son m¨¢s competitivas. Si en Se¨²l 1988 s¨®lo eran 31 de los 229 ol¨ªmpicos espa?oles, en Pek¨ªn este verano ya supon¨ªan el 42,6%.
A pesar de ello, "el deporte es un invento de hombres", como dice Marisol Casado, y esas palabras van mucho m¨¢s all¨¢ del campo de juego. El peso de las directivas en las federaciones es del 10% y el de las mujeres que ocupan puestos t¨¦cnicos, el 12%. "Esa falta de representaci¨®n explica por qu¨¦ no se tratan sus problemas, y no es por mala fe de los directivos", asegura Benilde V¨¢zquez.
Para intentar cambiar esas cifras, el CSD ha lanzado un Manifiesto por la Igualdad, que ya han suscrito m¨¢s de 320 deportistas. Entre ellas est¨¢n algunas de las mejores, como Marta Dom¨ªnguez, Mayte Mart¨ªnez, Edurne Pasaban, Andrea Fuentes o Teresa Perales. Antes, la ley de igualdad alent¨® el trabajo de las federaciones, que reciben subvenciones si incluyen programas espec¨ªficos para desarrollar el deporte de mujeres. El a?o pasado lo hicieron 31, y la convocatoria de este a?o se espera m¨¢s numerosa.
Entre los objetivos de estas medidas est¨¢ que m¨¢s ni?as hagan deporte, pero tambi¨¦n que proliferen entrenadoras, jueces, periodistas especializadas, directivas... Y que los patrocinadores se animen a invertir para que el deporte femenino compita en igualdad.
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