Los bandazos de la lengua
La Xunta de Feij¨®o es la primera que legisla para desproteger el gallego en medio de constantes vaivenes en su pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica
La supresi¨®n del examen en gallego de las oposiciones a la Administraci¨®n auton¨®mica ha supuesto la primera medida desprotectora de la lengua propia de Galicia aprobada en el Parlamento. Los votos de los diputados del PP lo hicieron posible. Y a pesar de que Alberto N¨²?ez Feij¨®o no ha cumplido su promesa electoral de derogar el Decreto do Ensino del bipartito en los cien primeros d¨ªas de su mandato, s¨ª lo har¨¢ para el curso 2010-2011. Los populares han enarbolado la bandera de una pretendida "libertad ling¨¹¨ªstica", recogida de la asociaci¨®n viguesa Galicia Biling¨¹e. Justifican as¨ª, entre otras actuaciones, la renuncia a la norma educativa de 2007, redactada a partir de un Plan de Normalizaci¨®n consensuado pol¨ªticamente hace cinco a?os y que cont¨® con el acuerdo inicial del Grupo Parlamentario Popular.
Pero la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica defendida por el PP est¨¢ lejos de seguir una l¨ªnea uniforme. Tampoco coherente. Su ¨²nica continuidad, hasta el momento, reside en los bandazos, coronados por el fichaje del socioling¨¹ista Anxo Lorenzo, af¨ªn al PSdeG y defensor del decreto bipartito, como secretario general de Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica. En febrero de este a?o, la plana mayor del ahora partido gubernamental desfilaba con Galicia Biling¨¹e exigiendo educaci¨®n separada por idiomas y Feij¨®o le aseguraba al locutor Federico Jim¨¦nez Losantos que la protesta entraba en los planteamientos del PP gallego. Corina Porro incluso hablaba del peligro que, por causa de la gobernanza ling¨¹¨ªstica de socialistas y nacionalistas, corr¨ªan "las libertades individuales".
Sin embargo, el 10 de junio y sin previo aviso, la situaci¨®n ya era distinta. El n¨²mero tres de los conservadores, Antonio Rodr¨ªguez Miranda, proclamaba en O H¨®rreo: "Nuestro partido no coincide con Galicia Biling¨¹e". Los cuatro meses transcurridos hab¨ªan resultado movidos. La campa?a electoral del PP tens¨® la cuerda al m¨¢ximo. Feij¨®o clamaba contra "la imposici¨®n ling¨¹¨ªstica", promet¨ªa "libertad" y olvidaba su anterior defensa de una ense?anza "50% en gallego, 50% en castellano". "Los ni?os aprender¨¢n en el idioma que quieran los padres", explic¨® en entrevista a este diario, "meter¨¦ una casilla en el sobre de matr¨ªcula para que los padres elijan el idioma de las asignaturas troncales". Y sin renunciar a ese discurso, que tambi¨¦n rompi¨® la hist¨®rica cautela del PP sobre el gallego, se alz¨® con la victoria el 1 de marzo.
Entonces algunas cosas cambiaron. Galicia Biling¨¹e no tard¨® en reaparecer para advertir de su "vigilancia" sobre el nuevo Gobierno. Pero los vigueses hab¨ªan dejado de ser interlocutor privilegiado y Feij¨®o iniciaba una huida hacia adelante. Si en su investidura parlamentaria anunciaba que "la finalidad del nuevo decreto ser¨¢ el respeto a los derechos individuales de las familias y los alumnos" y no el cumplimiento de Estatuto y Lei de Normalizaci¨®n, con la llegada de Anxo Lorenzo a la Xunta ofrec¨ªa "consenso" a la oposici¨®n. "Hay que recuperar la convivencia pac¨ªfica entre el gallego y el castellano", dijo, sin mencionar que hab¨ªa sido su partido el primero en apuntarse a la ruptura. Cuando Feij¨®o se expres¨® al fin en esos t¨¦rminos, hasta la prudent¨ªsima Real Academia Galega ya se hab¨ªa manifestado en p¨²blico contra la involuci¨®n en las pol¨ªticas de normalizaci¨®n.
Con Anxo Lorenzo en San Caetano, y la paz firmada con las instituciones galleguistas -Academia y Consello da Cultura-, casi 50.000 personas salieron a la calle en Santiago, convocados por A Mesa en una de las mayores movilizaciones que recuerda Galicia, detr¨¢s de la pancarta O galego, a nosa columna vertebral. Desde la Xunta lo intepretaron como "un intento de apropiaci¨®n de lo que es de todos". Al tiempo, comenzaba a operar el doble discurso: mientras Feij¨®o abraza el mantra "galleguista" del "biling¨¹ismo cordial", su conselleiro de Educaci¨®n, de quien ahora depende Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica, se lanza a cuestionar el Plan de Normalizaci¨®n y la Lei de 1983, aprobados por consenso con Ejecutivos del PP.
Pero si algo ha conseguido la deriva de los populares es clamor en su contra. Oposici¨®n, sindicatos, los departamentos de filolog¨ªa de las tres universidades, asociaciones de padres de colegios p¨²blicos, directores de institutos o equipos de normalizaci¨®n han emitido comunicados contrarios a las medidas ling¨¹¨ªsticas adoptadas hasta el momento por la Xunta.
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