Enc¨ªclica contundente

El Vaticano dio a conocer la tercera enc¨ªclica de Benedicto XVI, Caritas in veritate, la v¨ªspera de la cumbre del G-8 en L'Aquila y dos d¨ªas antes de su encuentro con el presidente Obama. El momento elegido no fue indiferente: el documento recoge la posici¨®n papal sobre la crisis econ¨®mica y sus efectos sobre los m¨¢s desfavorecidos. En lo fundamental, Benedicto XVI reafirma y pone al d¨ªa los principios de doctrina social establecidos en el Concilio Vaticano II, donde el joven Ratzinger particip¨® en la elaboraci¨®n de las bases teol¨®gicas que guiaron aquel s¨ªnodo decisivo.

El lenguaje con el que Benedicto XVI se refiere a los problemas econ¨®micos y a sus posibles remedios es de una claridad y una contundencia infrecuentes para los usos del Vaticano. El Papa no s¨®lo hace menci¨®n de los valores ¨¦ticos que deben guiar la gesti¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica, sino que se pronuncia a favor de un papel activo del Estado. Los objetivos, e incluso los instrumentos, aparecen enunciados con id¨¦ntica precisi¨®n: para conseguir el desarme, la seguridad alimentaria, la salvaguardia del medio ambiente o la regulaci¨®n de los flujos migratorios, establece la enc¨ªclica, es necesaria una autoridad pol¨ªtica mundial que se atenga a los principios de solidaridad y subsidiariedad. Y tambi¨¦n las cr¨ªticas a las instituciones est¨¢n expresadas sin rodeos: a los sindicatos de los pa¨ªses ricos les reprocha su falta de atenci¨®n a las consecuencias de sus decisiones sobre el Tercer Mundo, y a los organismos internacionales consagrados al desarrollo el hecho de que "los pobres sirvan para mantener viva la vida dispendiosa de los aparatos burocr¨¢ticos".

El ¨¦nfasis papal en subrayar los elementos de continuidad con el Vaticano II ha llevado a ver esta enc¨ªclica como un inesperado giro a la izquierda de la Iglesia, interpretaci¨®n desmentida por sus portavoces. Para el Papa, la doctrina social s¨®lo tiene sentido si se desarrolla en el seno de la verdad ¨²nica. Con Caritas in veritate, Ratzinger ha querido, sin duda, afirmar el compromiso de la Iglesia con quienes m¨¢s est¨¢n padeciendo los efectos de la crisis; pero pretende sobre todo distinguir este compromiso del que mantienen fuerzas pol¨ªticas o sociales que proponen soluciones parecidas a las suyas, s¨®lo que al margen de cualquier preocupaci¨®n trascendente. La enc¨ªclica no es el documento de un reformador social, sino de un te¨®logo que busca en la actual crisis econ¨®mica un terreno para reafirmar su fe.