Los 'traidores' de Hitler ser¨¢n rehabilitados
Alemania anular¨¢ las condenas de los soldados del Ej¨¦rcito que conspiraron contra el nazismo
Pocos d¨ªas antes del 70? aniversario de la invasi¨®n de Polonia en septiembre de 1939, el pr¨®ximo 26 de agosto, el Bundestag [C¨¢mara baja del Parlamento] alem¨¢n rehabilitar¨¢ por fin a los llamados traidores de guerra: los soldados de la Wehrmacht acusados de haber favorecido al enemigo y perjudicado a las propias tropas. Los nacionalsocialistas equiparaban con ese t¨¦rmino la solidaridad con jud¨ªos acosados, la resistencia pol¨ªtica, los comentarios negativos sobre Hitler en un diario o las posturas cr¨ªticas con la guerra de miembros del Ej¨¦rcito.
Los sectores m¨¢s conservadores del pa¨ªs han esgrimido siempre la presunta puesta en peligro de los compa?eros de armas para rechazar cualquier intento parlamentario de revocar los fallos. Pero el an¨¢lisis de sentencias conservadas no ha sacado a la luz caso alguno con esas caracter¨ªsticas. En el libro Das letzte Tabu , publicado en 2007, un equipo de investigadores liderado por el historiador Wolfram Wette analiza 33 juicios por "traici¨®n de guerra" contra m¨¢s de 60 soldados. La conclusi¨®n: no exist¨ªa delito colectivo. "El ¨²nico rasgo com¨²n de todos estos casos es la aplicaci¨®n indiscriminada de la pena de muerte", explica Wette.
La presi¨®n p¨²blica oblig¨® a los partidos a rehabilitar a los militares desertores
El Rote Kapelle fue un gran grupo de oposici¨®n al f¨¹hrer durante la guerra
Los militares opositores son las ¨²ltimas v¨ªctimas a las que se repara
De los 30.000 condenados por la justicia militar nazi, se ejecut¨® a 20.000
El 22 de diciembre de 1942, el teniente de las fuerzas a¨¦reas Harro Schulze-Boysen, el tirador Kurt Schumacher, as¨ª como el operador de radio Horst Heilmann mueren como traidores de guerra en la horca de la prisi¨®n Berl¨ªn-Ploetzensee. Junto a estos militares se ejecuta tambi¨¦n a varios civiles: tres mujeres -una de ellas la esposa del teniente Libertas Schulze-Boysen- y tres hombres son guillotinados, Otros dos hombres, ahorcados. La justicia nazi aplica un t¨¦rmino distinto para el supuesto crimen de los civiles, se trata de "alta traici¨®n". Pertenec¨ªan al grupo de resistencia Rote Kapelle, nombre que acu?¨® el Gobierno de Hitler para un conjunto de diversos c¨ªrculos de oposici¨®n. Desde agosto de 1942 hasta marzo de 1943 el Reichskriegsgericht
[el Tribunal Supremo Militar] y el Volksgerichtshof condenan a muerte a m¨¢s de 60 de los alrededor de 150 miembros ubicados en Berl¨ªn. Fue uno de los grupos de resistencia m¨¢s numerosos del III Reich y sus objetivos comunes radicaban en conseguir el fin inmediato de la guerra y la restituci¨®n de los derechos humanos.
Gracias a Harro Schulze-Boysen, la Rote Kapelle ten¨ªa acceso a documentos secretos de la Wehrmacht: intentaba pasar esas informaciones a representantes de las embajadas norteamericana y sovi¨¦tica. La labor de los activistas, provenientes de todos los estratos sociales, inclu¨ªa la ayuda a ciudadanos amenazados por los nazis tanto como a trabajadores forzados. Asimismo, la documentaci¨®n de cr¨ªmenes violentos de los alemanes en las zonas ocupadas y la difusi¨®n de panfletos antibelicistas. Esas actividades constitu¨ªan infracciones inaceptables para "una jurisdicci¨®n el¨¢stica, sostenida por jueces autorizados por Hitler a endurecer la ley", precisa el historiador militar Manfred Messerschmidt. Los trabajos de este autor fueron fundamentales para que en 1995 el Tribunal Supremo pudiera sentenciar que los magistrados del r¨¦gimen nazi "deber¨ªan haber respondido de prevaricaci¨®n y comisi¨®n de cr¨ªmenes capitales".
Los traidores de guerra representan los ¨²ltimos damnificados por la justicia militar del III Reich a la espera de una absoluci¨®n simb¨®lica, pues ninguno de ellos la vivir¨¢. "Anular las sentencias de manera global significa revocar tambi¨¦n los fallos leg¨ªtimos. As¨ª se deslegitima a los jueces y se les califica como criminales", responde tajante Norbert Geis, diputado del ala m¨¢s tradicionalista de la b¨¢vara Uni¨®n Social Cristiana (CSU) y miembro de la Comisi¨®n de Derecho del Bundestag. Esa objeci¨®n no convence, sin embargo, al experto Wolfram Wette: "No es que se desacredite a los jueces, es que est¨¢n deslegitimados".
La "traici¨®n de guerra" constaba ya en el C¨®digo Penal Militar de 1872. En 1934, Hitler decidi¨® generalizar la pena de muerte para los supuestos traidores en el Ej¨¦rcito, aunque la ley de 1872 s¨®lo la preve¨ªa para casos precisos. Se eliminaron todas las definiciones concretas, as¨ª que se conserv¨® ¨²nicamente el p¨¢rrafo 57, que exig¨ªa la pena capital.
En 1998 el Gobierno de CDU/CSU y FDP aprob¨® la llamada Ley para la Anulaci¨®n de los Fallos Injustos Nacionalsocialistas contra las personas "condenadas por razones pol¨ªticas, militares, racistas, religiosas e ideol¨®gicas". La coalici¨®n excluy¨® de manera consciente a los desertores y traidores, argumentando que no quer¨ªa poner en la picota al resto de los veteranos. Pero la opini¨®n p¨²blica que antes hab¨ªa tachado de cobardes a los desertores, objetores de conciencia y traidores, ya hab¨ªa cambiado gracias a exposiciones sobre los cr¨ªmenes del Ej¨¦rcito alem¨¢n de 1939 a 1945, adem¨¢s de testigos como Ludwig Baumann, desertor de la Wehrmacht y presidente de la Asociaci¨®n Federal de V¨ªctimas de la Justicia Militar del R¨¦gimen Nazi, organismo que cuenta con el asesoramiento de expertos en la materia como Wette y Messerschmidt.
De los 30.000 condenados a muerte por la justicia militar nazi, 20.000 fueron ejecutados y Baumann quer¨ªa recuperar la dignidad de todos ellos, no s¨®lo la suya. La creciente presi¨®n p¨²blica llev¨® al Gobierno de SPD y Los Verdes a anular tambi¨¦n, en 2002, las sentencias contra los desertores, los objetores de conciencia, as¨ª como los homosexuales, con los votos en contra de CDU/CSU y FDP.Pero a¨²n quedaban fuera los traidores de guerra. En 2006, la ministra de Justicia Brigitte Zypries (SPD) escribi¨® a Baumann que no se les pod¨ªa incluir en la ley de 1998 puesto que no se pod¨ªa descartar que perjudicaran a otros soldados alemanes. Los compar¨® adem¨¢s con militares que maltrataron a sus subordinados, con saqueadores y con profanadores de cad¨¢veres. A Baumann aquella carta le "escandaliz¨®": "No todos los soldados alemanes eran asesinos, evidentemente. Todos serv¨ªan, sin embargo, en los ej¨¦rcitos que perpetraron una guerra de exterminio y de agresi¨®n. Me parece incre¨ªble que se valore m¨¢s el posible peligro para los soldados alemanes que la salvaci¨®n de millones de presos en los campos de concentraci¨®n, de civiles e incluso de los mismos soldados".
Baumann se dirigi¨® entonces al partido Die Linke [la Izquierda] donde encontr¨® apoyo para su ¨²ltima lucha. Sesi¨®n tras sesi¨®n, durante m¨¢s de tres a?os, el diputado Jan Korte (Die Linke) propon¨ªa, en la Comisi¨®n de Derecho, un proyecto de ley para rehabilitar a los traidores de guerra. A principios de 2009 la ministra de Justicia pidi¨® un informe sobre la legitimidad del p¨¢rrafo 57 al ex juez del Constitucional Hans Hugo Klein, af¨ªn a la CDU. ?ste concluy¨® de forma inequ¨ªvoca que el art¨ªculo era "incompatible con los principios de un Estado de derecho" ya que ¨²nicamente establec¨ªa la pena de muerte sin tener en cuenta la gravedad de cada caso.
Pero los pol¨ªticos a¨²n tardaron varios meses en ponerse de acuerdo. Hasta finales de junio, Jan Korte y varios diputados de Los Verdes y del SPD consiguieron las firmas de m¨¢s de 160 diputados de diversos partidos para un proyecto de ley conjunto. Como la CDU sigui¨® con su actitud de bloqueo, una parte del SPD abandon¨® por fin su resistencia a rehabilitar a los traidores de guerra con Die Linke y Los Verdes. Esto llev¨® a la CDU a cambiar de rumbo, para no quedarse sola en la oposici¨®n a una ley mayoritariamente apoyada por la poblaci¨®n. Pero en lugar de sumarse al proyecto de ley conjunto, propuesto por Die Linke, cre¨® otro igual con el SPD, compa?ero de coalici¨®n de Gobierno. "No importa qui¨¦n haya escrito la ley. Lo que importa es la se?al que da 64 a?os despu¨¦s de la guerra", afirma Jan Korte.
Ahora s¨®lo queda por incluir a los verdugos en la recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica. Ninguno de los magistrados fue condenado por los juzgados alemanes despu¨¦s de la guerra. "Habr¨ªa que revisar el papel de los jueces en la posguerra. Muchos lograron puestos importantes en tribunales desde los cuales rechazaron todas las peticiones de indemnizaci¨®n de las v¨ªctimas", subraya Messerschmidt.
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