Elijamos una Ms. Europa

Lo primero que har¨¢n los 27 jefes de Gobierno de la Uni¨®n Europea, en cuanto Irlanda ratifique el Tratado de Lisboa, ser¨¢ negociar el nombramiento del primer presidente de la UE, el primer "Mr. Europa", que represente a la Uni¨®n en los foros internacionales... ?Pero, por qu¨¦ hablamos de "un presidente" y un "Mr. Europa" y no de "una presidenta" o una "Ms. Europa"? ?Por qu¨¦ los medios de comunicaci¨®n hablan del brit¨¢nico Tony Blair, el espa?ol Felipe Gonz¨¢lez o el luxemburgu¨¦s Jean Claude Juncker, entre otros posibles candidatos, y nadie alude a la irlandesa Mary Robinson, la sueca Margot Wallstr?m o a la presidenta de Finlandia, Tarja Halonen, tan capacitadas como ellos para ocupar el puesto?

Son muchas las mujeres, como la irlandesa Mary Robinson, que merecer¨ªan ostentar la presidencia de la UE

De hecho, si se miran bien las cosas, ning¨²n candidato es mejor que la irlandesa Mary Robinson, ex presidenta de su pa¨ªs de 1990 a 1997 y ex comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (1997-2002). Desde luego, no es mejor candidato Tony Blair, por mucho que est¨¦ haciendo una intensa campa?a en las principales canciller¨ªas de la UE para lograr el puesto. Blair fue un primer ministro que, en el mejor de los casos, fue enga?ado sobre la capacidad nuclear del r¨¦gimen de Sadam Husein y, en el peor, ocult¨® la realidad a sus compatriotas para poder seguir apoyando la guerra de Irak y la pol¨ªtica de Bush. ?Por qu¨¦ deber¨ªamos ahora olvidar esa parte tan importante de su biograf¨ªa y darle nuestro apoyo para que nos represente en el mundo? Europa no se parece, ni pretende parecerse, a Blair. Para colmo, el ex primer ministro representa a un pa¨ªs, el Reino Unido, que siempre se ha distinguido por poner palos en las ruedas de todo proceso de integraci¨®n europea que no sea estrictamente comercial, y, adem¨¢s, en los ¨²ltimos a?os, ha demostrado muy poco entusiasmo en su desempe?o internacional como enviado especial para Oriente Pr¨®ximo.

Es cierto que Irlanda es el pa¨ªs que m¨¢s ha comprometido el futuro de la UE, con su inicial negativa a respaldar el Tratado de Lisboa, pero tambi¨¦n lo es que Irlanda aprob¨® su adhesi¨®n a la CE, en 1973, por m¨¢s del 80% de los votos y que su maravillosa transformaci¨®n se ha realizado bajo el paraguas europeo. Y, por encima de todo, est¨¢ la personalidad de la propia Mary Robinson, que consigui¨®, en los cinco a?os en los que fue Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el respeto de la mayor¨ªa de los pa¨ªses del mundo.

Robinson no pudo desempe?ar un segundo periodo en la ONU por la animadversi¨®n del Gobierno de Bush, al que critic¨® duramente por el trato que daba a los prisioneros talibanes, tanto en Guant¨¢namo como en otras bases norteamericanas. La ex presidenta irlandesa, una de las pocas voces que critic¨® tambi¨¦n a Rusia, por su sangrienta represi¨®n en Chechenia, advirti¨® desde el primer momento que la respuesta occidental a los ataques terroristas podr¨ªa socavar la protecci¨®n de los derechos humanos en todo el mundo. Alguien podr¨ªa alegar que esas malas relaciones con Estados Unidos dificultar¨ªan su papel como presidenta europea, pero, afortunadamente, los tiempos han cambiado y Robinson se encontr¨® entre las primeras personas a las que Barak Obama condecor¨® con la Medalla de la Libertad, la m¨¢xima distinci¨®n civil norteamericana.

Robinson dar¨ªa una imagen poderosa y atractiva de Europa, incluso para los propios europeos, especialmente para los m¨¢s j¨®venes, interesados en su experiencia humanitaria y su reconocido trabajo en ONG. Una mujer as¨ª, de 65 a?os, con formidable experiencia internacional, car¨¢cter y fama de integridad personal, ser¨ªa capaz de dejar una magn¨ªfica impronta en un puesto, la presidencia de Europa, que est¨¢ mal dise?ado y que tiene un contenido y unas competencias muy ambiguas. En cualquier caso, nunca ser¨ªa peor que Tony Blair, Jean Claude Juncker, Felipe Gonz¨¢lez, Bertie Ahern, Wolfgang Sch¨¹ssel, Guy Verhofstadt, Paavo Lipponen, Carl Bildt, Poul Rasmussen, Jan Peter Balkenende..., es decir que todos los otros posibles candidatos varones.