Un Zinemaldia vivido a pie de calle

Diez minutos observando la entrada del Kursaal resultan m¨¢s que suficientes para ver que el espect¨¢culo del Zinemaldia, reci¨¦n concluido, ha estado m¨¢s all¨¢ de las sesiones de fotos, las ruedas de prensa, los pases de las pel¨ªculas de la Secci¨®n Oficial o las recepciones del estrellato cinematogr¨¢fico en el Hotel Maria Cristina. La actriz Naomi Watts dio ayer el toque de glamour, pero los verdaderos protagonistas han sido, a lo largo de toda la semana, los ciudadanos que se colaban frente al panel del festival en el Kursaal para posar despu¨¦s de que los actores se retirasen y los que han tratado de mantener su rutina en una ciudad trastocada por completo, para bien o para mal, por el s¨¦ptimo arte.

"Pablo Pineda se merec¨ªa ganar la Concha de Plata", apuntaba un joven

Ayer, quiz¨¢s por el buen tiempo, los surfistas volvieron a pasar frente al Kursaal, y los ciclistas retomaron su rutina de censurar a golpe de timbrazo a los viandantes que invaden el estrecho bidegorri de la zona. Tampoco faltaba el extranjero de turno, que esta vez daba el toque circense con un monociclo.

El p¨²blico, las personas que rodean y apoyan el festival suponen el factor imprescindible, tal y como recalc¨® Mikel Olaciregui, m¨¢ximo responsable del Zinemaldia, a este peri¨®dico al principio del certamen. Los espectadores ven filmes, pero tambi¨¦n leen las cr¨ªticas y opinan sin reparos. Y ello a pesar de que, pocas horas despu¨¦s de que se conociese el palmar¨¦s oficial, de los comentarios en los aleda?os del Kursaal se desprend¨ªa que quien hubiese ganado es lo de menos.

As¨ª lo apuntaban Miguel y Ana, una pareja de treinta?eros donostiarras que hab¨ªan olvidado el Zinemaldia por un momento para centrarse en el simulacro de rescate que se realizaba en el r¨ªo Urumea. "Pablo Pineda [galardonado con la Concha de Plata al mejor actor] se lo merec¨ªa", comentaba ¨¦l. Algunos admit¨ªan que el largometraje El secreto de sus ojos, dirigido por Juan Jos¨¦ Campanella y protagonizado por Ricardo Dar¨ªn, deber¨ªa de haber recibido uno de los premios, pero quitaban hierro a los galardones. La mayor¨ªa opinaba que lo importante son los nueve d¨ªas de cine, vividos con intensidad pese al recorte en una jornada por la crisis.

Otros a?os ha habido m¨¢s an¨¦cdotas por durar diez d¨ªas, comentaban trabajadores de la organizaci¨®n. Aunque habr¨¢ que esperar unos d¨ªas al balance oficial, Olaciregui ya adelanta que se han superado todas las expectativas [ver entrevista en la p¨¢gina 8 de este cuadernillo].

El Zinemaldia ech¨® el cierre tras el ¨²ltimo pase: a medianoche se proyectaba la pel¨ªcula ganadora del premio del p¨²blico,el largometraje Precious. A partir de entonces, la normalidad. La alfombra roja que ayer por la ma?ana reparaban por en¨¦sima vez se plegar¨¢ hoy y la terraza del Kursaal, donde ayer mismo segu¨ªan las sesiones de fotos, vuelve a ser lugar de lectura y paseo para cientos de personas.

Al final, cualquier ciudadano es el verdadero protagonista del Zinemaldia, desde un matrimonio mayor donostiarra que no se pierde ni un pase de la Secci¨®n Oficial desde hace a?os hasta un nutrido grupo del Jurado Joven que arrastra ojeras por haberse entretenido m¨¢s de la cuenta tras una de las sesiones golfas.

M¨¢s informaci¨®n en p¨¢ginas 44 y 45