Meses antes de Hiroshima

La historia reciente es el mejor lugar para conocer de primera mano lo peor del hombre, sin sufrirlo; y conocer lo peor del hombre, la ¨²nica manera de proteger el futuro. "No existe en el mundo nada que no alcance a todo lo dem¨¢s", dice el escritor holand¨¦s Jeroen Brouwers, protagonista apenas disimulado de la novela autobiogr¨¢fica Rojo reposado y de su versi¨®n esc¨¦nica, donde nos habla de intimidades cuya etiolog¨ªa vamos entendiendo a medida que relata su ni?ez en el monstruoso campo de concentraci¨®n japon¨¦s de Tjideng, en Yakarta.

Parte de lo que nos cuenta en pijama ser¨ªa insufrible si Dirk Roofthouft, su int¨¦rprete, no nos lo dijera al o¨ªdo, como si cada uno de nosotros estuviera a solas con ¨¦l, y sin hacer un gesto, en la quietud, con la distancia que media entre los 41 a?os que tiene su personaje y los seis que ten¨ªa cuando fue liberado, d¨ªas despu¨¦s de Hiroshima. El texto de Brouwers hace luz y da respuestas: corre suave, en la traducci¨®n de Julio Grande Morales. Si fuera de autor anglosaj¨®n, ya estar¨ªa en nuestras librer¨ªas. Roofthouft lo dice en un castellano admirable, que aprendi¨® trabajando en una producci¨®n andaluza: parece que no act¨²a. ?Qu¨¦ dif¨ªcil es eso! Guy Cassiers, el director, lo sigue con un ca?¨®n de luz, para acerc¨¢rnoslo, y proyecta su imagen distorsionada: por momentos, parece el enemigo nip¨®n. ?ste es uno de los raros montajes teatrales donde la imagen filmada no ilustra, ni distrae, ni se come al actor: lo refuerza y se funde con ¨¦l.