Los talibanes asaltan en Kabul un hostal lleno de empleados de la ONU
Cinco miembros de la organizaci¨®n, uno de ellos de EE UU, mueren en el ataque

Tratando de demostrar que, frente a la confusi¨®n de sus enemigos, ellos tienen la iniciativa, combatientes talibanes atacaron ayer una pensi¨®n frecuentada por trabajadores expatriados de Naciones Unidas en Kabul y mataron a cinco empleados extranjeros de esa instituci¨®n, dentro de una ofensiva destinada a abortar la segunda vuelta de las elecciones afganas, convocada para el pr¨®ximo d¨ªa 7 de noviembre.
Este ataque, que recuerda tr¨¢gicamente al que en agosto de 2003 puso fin a la actividad de la ONU en Irak, genera enormes dudas sobre el papel que la comunidad internacional puede jugar en la organizaci¨®n de esas elecciones y deja en evidencia la indecisi¨®n de la Administraci¨®n de Barack Obama sobre el rumbo que es preciso tomar en Afganist¨¢n.
La Embajada de Espa?a, que est¨¢ a 250 metros, recibi¨® varios impactos
La operaci¨®n dio comienzo hacia las 5.30 (dos de la madrugada, hora peninsular espa?ola), cuando tres militantes talibanes vestidos de polic¨ªas y provistos de armas autom¨¢ticas y cinturones con explosivos irrumpieron en el hostal Bekhtar, donde se hospedan decenas de empleados extranjeros de la ONU en Kabul. Cinco expatriados, entre ellos uno con pasaporte estadounidense seg¨²n fuentes de su Embajada en Kabul, murieron en la acci¨®n, as¨ª como los miembros del comando suicida, tres afganos integrantes de la seguridad del edificio y un civil de esa misma nacionalidad. Uno de los extranjeros muertos es una mujer a la que se encontr¨® con un tiro en la cabeza. Nueve funcionarios internacionales resultaron heridos, algunos graves.
En el momento del ataque, que se prolong¨® durante cerca de dos horas con intercambio de fuego entre los agresores y los habitantes del hostal, se encontraban en la residencia entre 20 y 25 representantes de la ONU que trabajan en la preparaci¨®n de la segunda vuelta electoral. La Embajada de Espa?a en Kabul, que est¨¢ a 250 metros del hostal, recibi¨® media docena de impactos de bala durante los enfrentamientos, aunque no hubo v¨ªctimas.
Los testigos han relatado las escenas dram¨¢ticas que se vivieron en el edificio, donde algunos de sus ocupantes saltaron por las ventanas para evitar las llamas o se subieron al tejado huyendo de los disparos, mientras que otros intentaban responder con sus propias armas.
Casi de forma simult¨¢nea, otros comandos talibanes dispararon varios cohetes y granadas contra el palacio presidencial y contra el hotel Serena, un cinco estrellas usado por los extranjeros en Kabul, en ambos casos sin causar muertos ni grandes da?os materiales, pero s¨ª p¨¢nico entre la poblaci¨®n. Un portavoz talib¨¢n reivindic¨® las acciones en una llamada a la agencia de noticias Associated Press y advirti¨® que se trata de la primera de una serie de operaciones destinadas a impedir la celebraci¨®n de las elecciones.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, conden¨® el atentado y asegur¨® que "no va a disuadir a la ONU de continuar su trabajo en Afganist¨¢n, sobre todo ayudando al Gobierno y a la poblaci¨®n a sacar adelante la segunda vuelta electoral". El presidente afgano, Hamid Karzai, lo calific¨® de "acto inhumano". En Washington, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, manifest¨® que los talibanes no pueden doblegar con violencia la voluntad de la comunidad internacional.
Pese a todas esas declaraciones, resulta indudable que la misi¨®n en Afganist¨¢n se encuentra en un momento cr¨ªtico y que ya ni siquiera la perspectiva de las elecciones, cuya mera celebraci¨®n resulta ahora dudosa, parece darle sentido a una guerra que Estados Unidos y la OTAN se ven incapaces de ganar.
El golpe de ayer se produce despu¨¦s de una acumulaci¨®n de bajas estadounidenses que han convertido este mes en el m¨¢s mort¨ªfero para las tropas de EE UU desde el comienzo del conflicto.
La demostraci¨®n de fuerza por parte de los talibanes se hace, en fin, cada d¨ªa m¨¢s brutal. Mientras tanto, se sigue a la espera de que Obama decida una nueva estrategia. Ayer el senador republicano John McCain advirti¨® que los aliados y los militares necesitan conocer ya el camino a seguir.
Gibbs repiti¨® ayer que esa estrategia ser¨¢ anunciada "en las pr¨®ximas semanas", pero extraoficialmente se van filtrando algunos detalles. La prensa estadounidense recoge versiones de portavoces de la Administraci¨®n que adelantan que la misi¨®n se va a concentrar a partir de ahora en la protecci¨®n de las principales ciudades de Afganist¨¢n, renunciando al patrullaje en zonas rurales.

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