Imponer la paz en Palestina
El 23 de septiembre de 2009, el International Herald Tribune publicaba una reveladora vi?eta: rodeado de una multitud que agita pancartas y exige, entre otras demandas, "Haz la paz en Oriente Medio", Obama proclama: "Yes, we can, pero nos llevar¨¢ alg¨²n tiempo". Y tanto. Netanyahu -que s¨®lo quiere una paz dictada seg¨²n sus propios t¨¦rminos y que, absurda y temerariamente, no desea que se concrete un Estado palestino- ha arreciado en sus provocaciones, antes, durante y despu¨¦s de la reuni¨®n en Washington (24-03-2010) con el presidente norteamericano.
No detener la continua construcci¨®n de colonias en los territorios palestinos ocupados, Jerusal¨¦n Este incluido, y no desmantelar al menos parte de las ya construidas, equivale a oponerse a la creaci¨®n de un Estado palestino viable y soberano y a buscar la confrontaci¨®n violenta, pues s¨®lo una paz justa y equitativa (no ficticia y unilateral) puede evitarla.
Si Israel sigue con sus provocaciones, Obama debe detener la ayuda militar que le da Estados Unidos
Netanyahu no tiene la menor intenci¨®n de propiciar la paz y el Estado palestino
No obstante, el primer ministro israel¨ª es coherente con su propia ideolog¨ªa, declaraciones y acciones. Lo sorprendente de lo que est¨¢ ocurriendo, ha ocurrido y seguir¨¢ pasando mientras Estados Unidos y la Uni¨®n Europea no tomen medidas, es extra?arse de ello. Netanyahu simplemente est¨¢ acelerando el proceso, no de paz, sino de confrontaci¨®n, que inici¨® durante su primer gobierno de hace casi tres lustros. En 1997 autoriz¨® la creaci¨®n del asentamiento de Har Homa, construido en tierra robada a los palestinos, con lo que provoc¨® una nueva Intifada, escasos a?os despu¨¦s de que ambas partes acordaran en Oslo buscar la paz.
Adem¨¢s, Netanyahu es fiel y firme sucesor del gran halc¨®n Ariel Sharon, quien en 2003 proclam¨® su oposici¨®n a discutir el futuro de Jerusal¨¦n y se manifest¨® contrario a un Estado palestino viable, al que estaba dispuesto a conceder "algunos atributos de soberan¨ªa" sobre una entidad que no sobrepasar¨ªa el 45% de Cisjordania y Gaza. Es conveniente recordar que los palestinos -avalados por la comunidad internacional- aceptaron en Madrid en 1991 y en Oslo poco despu¨¦s reclamar su Estado sobre tan s¨®lo el 20% del territorio de la Palestina hist¨®rica. Sobre ese 20% Sharon exig¨ªa adem¨¢s una sustancial rebaja.
A lo largo de su mandato, Sharon sigui¨® publicando su cat¨¢logo de intenciones: "Debe quedar muy claro que nunca regresaremos a las fronteras de 1967" (01-08-2003). "El objetivo de la Hoja de Ruta de lograr un Estado palestino, viable y soberano a lo largo de las fronteras de 1967 no ser¨¢ otorgado a los palestinos aunque cese toda la violencia" (01-09-2003). Como se sabe, el fin de la violencia palestina contra la ocupaci¨®n era prerrequisito para que los israel¨ªesaceptaran sentarse a negociar. Pues ni eso.
Previamente, Sharon se hab¨ªa encargado de mostrar su acendrado esp¨ªritu humanitario hacia el pueblo que ocupaba: "Los palestinos deben sufrir mucho m¨¢s hasta que sepan que no obtendr¨¢n nada mediante el terrorismo" (04-03-2002). Pero la guinda definitivamente aclaratoria de la Administraci¨®n Sharon sobre el "proceso de paz" la puso Dov Weisglass, hombre de la m¨¢xima confianza de Sharon y responsable de las relaciones con Estados Unidos. Ante la incredulidad del periodista de Haaretz que le entrevist¨® en 2004, manifest¨® lo siguiente: "El significado de lo que acordamos con los americanos es la congelaci¨®n del proceso pol¨ªtico. Y cuando se congela este proceso, se impide el establecimiento de un Estado palestino y la discusi¨®n sobre los refugiados, las fronteras y Jerusal¨¦n. Todo el paquete conocido como Estado Palestino ha sido eliminado de nuestra agenda indefinidamente. Los palestinos tendr¨¢n su Estado cuando se conviertan en finlandeses".
Tras lo que he descrito, ?cabe suponer que el actual primer ministro de Israel, consecuente sucesor de Sharon, tiene intenci¨®n de propiciar una paz justa y equitativa y un Estado palestino viable y soberano?
Yo no lo creo. Y ello supone una seria amenaza para la paz y estabilidad de la regi¨®n. Implica una afrenta de graves consecuencias para la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos, al menos para los Estados Unidos de Barack Obama, quien en junio de 2009 dict¨® una ilusionante conferencia en El Cairo en pro de la reconciliaci¨®n de su pa¨ªs con el mundo ¨¢rabe e isl¨¢mico a trav¨¦s de la resoluci¨®n del conflicto israelo-palestino.
Afortunadamente, Washington ha reaccionado positivamente ante las provocaciones del Gobierno israel¨ª. Y a todos los niveles. El general Petraeus, m¨¢ximo responsable militar, ha manifestado que el conflicto supone una amenaza para los intereses de EE UU y que "fomenta el sentimiento antiamericano, debido a la percepci¨®n de favoritismo hacia Israel por parte de EE UU". Significativamente, el general a?ade que "la indignaci¨®n a prop¨®sito de la cuesti¨®n palestina ayuda a Al Qaeda a reclutar adeptos". Pero incluso el vicepresidente Biden, orgulloso de autoproclamarse sionista, ha llegado a decir que "nuestros soldados est¨¢n en peligro" a causa del conflicto.
Es asimismo un golpe bajo para la Uni¨®n Europea, que lleva d¨¦cadas apoyando la creaci¨®n de un Estado palestino y contribuyendo financieramente al bienestar de aquellos que hoy no tienen Estado, pero s¨ª la perspectiva del mismo. Y es una amenaza para el propio Israel y su poblaci¨®n (de la cual una quinta parte es de origen palestino), pues a medio plazo la situaci¨®n podr¨ªa estallar violentamente.
As¨ª las cosas, ?qu¨¦ hacer y qui¨¦n las puede hacer? La Alta Representante de la pol¨ªtica exterior de la UE, Ashton, acaba de decir que "no podemos imponer la paz". Yo opino que se puede y se debe hacer. Por razones ¨¦ticas y pol¨ªticas. Imponer la paz no significa acosar a Israel militarmente. Significa que -en caso de que Israel no cambie inmediata y radicalmente su pol¨ªtica- el ¨²nico que lo puede hacer, Washington, (con apoyo decidido de la UE) convoque una reuni¨®n urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y patrocine una resoluci¨®n que obligue a Israel a cambiar. Y adem¨¢s, como hizo George Bush padre hace dos d¨¦cadas, amenace con detener la ingente ayuda militar que regularmente le proporciona.
?nicamente algo de esta naturaleza frenar¨¢ el creciente odio de los musulmanes hacia Israel y Occidente, musulmanes que considerar¨¢n de nuevo el discurso cairota de Obama. Ello evitar¨¢ que un ni?o palestino (que ha visto morir desangrados a muchos compa?eros) preguntado qu¨¦ quiere ser de mayor, conteste no que desea ser ingeniero, m¨¦dico o bombero, sino m¨¢rtir.
Emilio Men¨¦ndez del Valle es embajador de Espa?a y eurodiputado socialista.
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