El fin de las supermodelos
Karlie Kloss, Maryna Linchuk, Alla Kostromichova y Daria Strokus. Los nombres de las cuatro primeras modelos del ¨²ltimo desfile de Christian Dior en Par¨ªs. ?No le suenan de nada? Pues seguramente verlas tampoco le ayudar¨ªa a reconocerlas. Las chicas que pueblan hoy los desfiles m¨¢s importantes y las p¨¢ginas m¨¢s prestigiosas son, en general, absolutas desconocidas para el p¨²blico no especializado.
La era de las supermodelos se acab¨® y no ha habido relevo. Ya lo dijo Claudia Schiffer hace dos a?os. La modelo alemana sabe de lo que habla. Ella alcanz¨® una notoriedad mundial en el arranque de los a?os noventa que casi ninguna de sus colegas ha podido igualar despu¨¦s. Seg¨²n Schiffer, s¨®lo en el caso de Gisele B¨¹ndchen se podr¨ªa utilizar el t¨¦rmino top model de una forma similar. Las supermodelos fueron un fen¨®meno ¨²nico gracias al cual Linda Evangelista, Naomi Campbell, Christy Turlington, Eva Herzigova o Cindy Crawford trascendieron el ¨¢mbito de influencia de su profesi¨®n para convertirse en estrellas del mundo del espect¨¢culo. Sal¨ªan con actores, m¨²sicos, deportistas o magos, protagonizaban pel¨ªculas y v¨ªdeos musicales, abr¨ªan cadenas de restaurantes y se forraban con v¨ªdeos de aer¨®bic.
La responsabilidad de la canonizaci¨®n de las 'top' se le atribuye a Versace
"Eran un pu?ado de mujeres que representaban la belleza absoluta de forma universal", opina Nieves ?lvarez. La modelo espa?ola empez¨® a trabajar en 1991 y tuvo ocasi¨®n de conocer el fen¨®meno de primera mano en los desfiles de Azzedine Ala?a en Par¨ªs en los que particip¨®. "Naomi era la fuerza, Christy Turlington, la elegancia? cada una representaba algo. Gustaban a los hombres y a las mujeres. Era un momento en el que el glamour del cine no ten¨ªa el poder de otras ¨¦pocas. Hoy las modelos son mucho m¨¢s ani?adas, an¨®nimas y parecidas entre s¨ª. Gisele es una de las pocas que siguen representando ese canon m¨¢s de mujer".
Precisamente, la modelo brasile?a a la que todos salvan del an¨®nimo destino que aguarda a las modelos en la primera d¨¦cada del siglo XXI, ha expresado su deseo de trabajar menos. A¨²n as¨ª, tras tener su primer hijo a los 29 a?os ha anunciado el lanzamiento de una l¨ªnea de cosm¨¦ticos y ha presentado una nueva colecci¨®n de las chancletas que llevan su nombre. Aunque era raro verla sobre una pasarela desde 2004, no tiene planes de volver a pisarla en breve. ?Una aut¨¦ntica despedida de la ¨²ltima de una estirpe significar¨ªa la desaparici¨®n de la especie? Hasta cierto punto, porque las top models originales siguen en muchos casos en activo. Pasados los 40, Linda Evangelista ha protagonizado anuncios de Prada o L'Or¨¦al y ha sido portada de Vogue. Claudia Schiffer traspasar¨¢ este a?o esa frontera de edad y sigue siendo la imagen de los perfumes de D&G y Alberta Ferretti o de la colecci¨®n de ropa y complementos de Salvatore Ferragamo. Igual que Naomi Campbell, a la que la edici¨®n rusa de Vogue ha dedicado un n¨²mero monogr¨¢fico para conmemorar su 25? aniversario en los quioscos.
"A muchas las veo m¨¢s guapas ahora que antes. No me extra?ar¨ªa que siguieran trabajando dentro de 10 a?os. Eran muy listas y por eso siguen ah¨ª. Dirigen una empresa que son ellas mismas.", apunta ?lvarez. "Yo nunca percib¨ª rivalidad entre ellas. Se las ve¨ªa como una pi?a. Sab¨ªan lo que ten¨ªan entre manos. Despu¨¦s de todo, este fen¨®meno lo hab¨ªan creado ellas". Es cierto que las top models, las supermodelos, o como se prefiera llamarlas, fueron el producto de un momento y un lugar muy concretos. Aunque el t¨¦rmino se utiliza desde los a?os cuarenta, antes de ellas, s¨®lo maniqu¨ªes puntuales (piensen en Twiggy) consegu¨ªan hacerse un hueco en el imaginario colectivo. No hay en la historia de la moda precedentes de un grupo de mujeres que salten de la pasarela para meterse en tromba -y de la mano- en los salones del mundo a la hora de cenar. En ese sentido, el milagro es probablemente irrepetible.
Al final de la d¨¦cada de los ochenta, la moda no era todav¨ªa el abrumador y corporativo negocio millonario que es hoy. Tampoco se trataba ya del artesanal reducto de la elegancia de los a?os dorados de la alta costura. Con el auge de la cultura del videoclip y del culto al cuerpo, a la industria de la est¨¦tica se le abr¨ªan infinitas posibilidades. Era como un adolescente, con todo su potencial por disfrutar. Y todos lo aprovecharon. Los dise?adores, las revistas, los fot¨®grafos. Pero, tal vez, m¨¢s que nadie, aquellas espl¨¦ndidas campeonas de la belleza. "En aquella ¨¦poca todo era mucho m¨¢s divertido", recuerda Didier Fernandez, que fue -y sigue siendo- el agente de Linda Evangelista. "Esta industria gozaba de m¨¢s libertad, no era un mercado global, sino peque?as empresas familiares a las que todos contribu¨ªamos. Con las gigantescas multinacionales de ahora ya no hay excitaci¨®n. En Par¨ªs yo estaba siempre en el backstage y era una fiesta. Hab¨ªa excentricidad, personalidad? Lo pas¨¢bamos bien. Ahora parece un banco. Tan estructurado y organizado".
Con la democratizaci¨®n de la moda llegaron tambi¨¦n el dinero y una generaci¨®n de dise?adores dispuestos a romper esquemas y trasladar a su negocio los usos y costumbres propios de la industria del espect¨¢culo. Buena parte de la responsabilidad en la canonizaci¨®n de las top se le atribuye al italiano Gianni Versace, que foment¨® su imagen de grupo al unirlas en sus desfiles. Richard Avedon cre¨® para ¨¦l emblem¨¢ticas estampas de grupo que inmortalizaron el retablo. "Hoy hay un mercado que da imagen, el de marcas como Prada y Gucci. Ah¨ª no hay mucho dinero, pero s¨ª estatus", explica Ram¨®n Carmena, director de la divisi¨®n femenina de la agencia espa?ola Traffic. "Es el que permite luego pedir mucho m¨¢s cach¨¦ por la publicidad de cosm¨¦ticos o productos de consumo masivo, que es donde est¨¢ la gran facturaci¨®n. En los noventa las cosas eran distintas. Las firmas de lujo daban prestigio, pero tambi¨¦n pagaban mucho. Versace o Dolce & Gabbana desembolsaban cifras astron¨®micas. Ahora han bajado las tarifas para las modelos y, en cambio, gastan m¨¢s en el fot¨®grafo o en el director de arte".
El cambio en el modelo de negocio podr¨ªa explicar en parte por qu¨¦ no se ha podido replicar ese pante¨®n de diosas reconocibles por el gran p¨²blico, pero hay m¨¢s razones. A finales de abril, en una conferencia celebrada en la Universidad de Harvard para discutir la responsabilidad de la industria de la moda en los trastornos alimenticios, Anna Wintour apel¨® a esta espinosa cuesti¨®n como motivo. Seg¨²n la directora de la edici¨®n estadounidense de Vogue, el abrazo generalizado de un canon de belleza escu¨¢lido y ani?ado hace dif¨ªcil que las chicas puedan seguir trabajando al llegar a una edad m¨ªnimamente adulta y, por tanto, no tienen ocasi¨®n de desarrollar una personalidad p¨²blica. Eso provoca que las portadas de las revistas y los lucrativos contratos cosm¨¦ticos acaben en manos de actrices y cantantes, mucho m¨¢s carism¨¢ticas.
Para Didier Fern¨¢ndez, en cambio, fueron las revistas y los dise?adores los que dejaron de apoyar a las modelos. Hartos de sus caprichos de diva, de sus cach¨¦s y de que se les prestara m¨¢s atenci¨®n a ellas que a la ropa, promovieron maniqu¨ªes m¨¢s f¨¢ciles de controlar. Y de reemplazar. "Las top crearon mucha frustraci¨®n y molestaron a mucha gente. Yo lo vi de cerca", admite el agente de Linda Evangelista. "Hoy hay much¨ªsimas modelos", observa Maurilio Carnino, de MTC Casting Inc, director de casting que trabaja con Custo Barcelona, Davidelfin o Sophie Theallet. "Hay una tendencia a preferir una cara desconocida para dar m¨¢s valor a la prenda. La carrera de modelo se ha vuelto m¨¢s corta y menos lucrativa". "Antes duraban m¨¢s", confirma Ram¨®n Carmena. "Hay chicas de 16 a?os que abren el desfile de Marc Jacobs y a los 17 ya no trabajan. La oferta es muy amplia y todo va mucho m¨¢s r¨¢pido. Cada vez hay modelos m¨¢s j¨®venes y que acaban antes".
"Algunas consiguen longevidad y otras no", matiza Didier Fernandez. "Lo que s¨ª es cierto es que hoy hasta mi portero es top model. Por la cantidad de chicas que hay, las carreras se acortan. Yo jam¨¢s digo que soy agente, porque todo el mundo tiene una sobrina, una prima o una amiga a la que deber¨ªa representar". "Son ni?as que se hacen famosas con 16 a?os, pero ese look dura dos a?os, no hay forma de mantenerlo al acabar la adolescencia. Yo desfil¨¦ durante mucho tiempo. Ahora me ser¨ªa imposible durar tanto", argumenta ?lvarez. La modelo analiza: "Pero es un modelo de mujer que no cala en la calle. Nadie se siente atra¨ªdo por estas chicas. Ni siquiera las recuerda. Por eso se eligen actrices en las portadas. A la gente le gusta tener ilusiones y sue?os. Llevamos varios a?os hablando de la vuelta de las curvas, pero luego los desfiles son m¨¢s p¨¢lidos y l¨¢nguidos que nunca. El ¨²ltimo de Louis Vuitton propon¨ªa una mujer m¨¢s exuberante. ?Y qu¨¦ alegr¨ªa daba verlo! Espero que no se quede en una an¨¦cdota".
Ese desfile de Marc Jacobs para Louis Vuitton cerr¨® el calendario internacional de presentaciones de las colecciones del pr¨®ximo oto?o-invierno. Ratific¨® la defensa de un canon de belleza m¨¢s adulto, formado y variado, en el cual el sector est¨¢ embarcado desde el arranque de este a?o. Laetitia Casta o Elle McPherson fueron algunas de las modelos que volvieron a la pasarela para la ocasi¨®n. Jacobs se sum¨® a Stuart Vevers (en Loewe) o Miuccia Prada en el rescate de cuerpos in¨¦ditos en las pasarelas en los ¨²ltimos a?os. Curiosamente, muchas de esas sinuosas anatom¨ªas pertenecen a chicas que amasan aut¨¦nticas fortunas trabajando en un mercado m¨¢s comercial. En especial, aquellas que consiguen amarrar alguno de los lucrativos contratos de los ¨¢ngeles de la firma de lencer¨ªa estadounidenses Victoria's Secret. Entre las 10 modelos que m¨¢s ganaron en 2009, seg¨²n la revista Forbes, hay varios de esos casos. La alemana Heidi Klum o las brasile?as Adriana Lima y Alessandra Ambrosio no aparecen en las publicidades de prestigio ni en las portadas que dan estatus. Sin embargo, ocupan el segundo, el cuarto y el quinto lugar de esa lista.
?Indica eso un cierto divorcio entre la industria y el inter¨¦s general? "Los n¨²meros de Forbes no son exactos", zanja Didier Fernandez. Su agencia, DNA Models, representa a dos mujeres de esa enumeraci¨®n: Natalia Vodianova y la holandesa Doutzen Kroes, que presta su imagen a Victoria's Secret y a L'Or¨¦al. "En cualquier caso, es cierto que Victoria's Secret es una de las empresas que m¨¢s pagan. Cuanto m¨¢s amplia es la difusi¨®n de un producto m¨¢s se cobra por anunciarlo". "Victoria's Secret es una lanzadera para una modelo", opina Ram¨®n Carmena. "A ra¨ªz de ser seleccionada para su desfile, el cach¨¦ de Clara Alonso [modelo espa?ola que ¨¦l representa] se triplic¨®. Adem¨¢s, la repercusi¨®n medi¨¢tica hizo que otros clientes se fijaran en ella y que gente que antes no la quer¨ªa la contratara".
La ¨²nica modelo que ha conseguido aunar todos los intereses y palos -que ha compaginado el prestigio con los ingresos millonarios- jam¨¢s ha sido imagen de esa firma. Se trata de Kate Moss. Su caso, una vez m¨¢s, resulta singular. Cuando la brit¨¢nica apareci¨® en escena -en 1990- era la ant¨ªtesis de las atl¨¦ticas beldades que reinaban en la ¨¦poca. Flaca, bajita y desgarbada, fue una de las causantes de la edad de hielo de las supermodelos, ya que consigui¨® que sus compa?eras parecieran seres de otra era. "Cuando lleg¨® Kate Moss se empez¨® a buscar un look m¨¢s andr¨®gino. Yo incluso me cort¨¦ el pelo y quise afearme", confiesa Nieves ?lvarez. "Hubo un momento en el que quise dejarlo. Es duro porque pasas de ser guap¨ªsima a ser descartada por cl¨¢sica. Ella romp¨ªa con todos los c¨¢nones, pero ha sabido evolucionar y su fotogenia y capacidad de reinventarse son ¨²nicas".
Al final, la antimodelo ha sido la ¨²nica capaz de seguir la estela de carreras longevas y altamente diversificadas. A los 36 a?os -todav¨ªa en activo y reconvertida en dise?adora para Topshop o Longchamp y en musa de artistas como Lucian Freud- representa la supervivencia de un esquema que, en parte, ella misma contribuy¨® a desterrar. "Eso de las top siempre fue un invento", argumenta Didier Fernandez. "Para m¨ª, s¨®lo hay tres categor¨ªas de modelos: buenas, normales y malas. Una mala no tiene futuro alguno. Una normal har¨¢ dinero y trabajar¨¢ un tiempo. Una buena trasciende tendencias y ¨¦pocas. Son mujeres interesantes, est¨¢n interesadas en lo que hacen y duran. Esta es la ¨²nica industria en la que se puede ser una estrella a la primera. ?Qu¨¦ ha pasado con el trabajo, con aprender y crecer? Es como decir que un doctor es un genio tras su primera operaci¨®n".
En la conferencia de Harvard tambi¨¦n particip¨® el dise?ador estadounidense Michael Kors, quien expres¨® su preocupaci¨®n por la excesiva juventud de las chicas. "Estamos hablando de ni?as, y las presiones que soportan son horrendas". La paradoja hip¨®crita es que se disfraza de adultas a adolescentes -la mayor¨ªa de las pasarelas internacionales no permiten que desfilen menores de 16 a?os- para vender productos a mujeres hechas y derechas a las que se ofrece un modelo est¨¦tico imposible de alcanzar. Para romper este ciclo de lo absurdo, Anna Wintour traslad¨® una petici¨®n a los dise?adores: "Que reviertan la tiran¨ªa de los muestrarios de ropa diminutos que apenas le sirven a una chica de 13 a?os en plena pubertad".
Las mejores modelos de la ¨²ltima generaci¨®n, chicas como Daria Werbowy, Raquel Zimmermann o Lara Stone, son ya veintea?eras, pero no consiguen ser reconocidas por el gran p¨²blico como s¨ª hicieron Kate Moss o Gisele B¨¹ndchen. "Para aparecer en la prensa ahora tienes que hacer algo decadente y bochornoso. Drogarte o acostarte con alguien y correr a contarlo", reflexiona Fernandez. "Si observas a esos famosos de quinta que est¨¢n todo el d¨ªa en los medios de comunicaci¨®n, te das cuenta de que no es por nada que hagan, sino por su conducta escandalosa. La moda ha cambiado, s¨ª. Pero la prensa tambi¨¦n. En 15 a?os se ha extendido el virus del cortar y pegar, de la informaci¨®n que se transmite sin contrastar. Hay demasiado ruido y no hay espacio para historias que no sean escandalosas. Angelina Jolie manipula a los medios para conducir su atenci¨®n hacia lo que le parece importante, pero las modelos no tienen ese poder para usar a la prensa y no acabar siendo v¨ªctimas de sus abusos". En parecidos t¨¦rminos lo ve Maurilio Carnino: "Todo est¨¢ accesible al momento. Se informa tanto de cualquier cosa, que es como si no se informara de nada. As¨ª es mucho m¨¢s dif¨ªcil destacar".
Se ha abusado tanto del t¨¦rmino supermodelo, que ha quedado desvirtuado y banalizado. ?Qu¨¦ es una top? ?Una modelo muy conocida? ?Una que gana mucho dinero? ?La que triunfa en un reality show televisivo? ?Ninguna y todas las anteriores? En todo caso, la dificultad para replicar el misterioso caso de las maniqu¨ªes saca a la luz algunas de las cuestiones menos hermosas del sistema de la moda contempor¨¢nea.
La sucesora
Gisele B¨¹ndchen. Brasile?a, de 29 a?os, se dio a conocer a finales de los noventa. Se la considera, junto a Kate Moss, la ¨²nica heredera del fen¨®meno top modelde alcance global.
Este abril, tras dar a la luz a su primer hijo, Benjamin Rein, reaparec¨ªa en la portada de Vogue. El d¨ªa 8 presentaba en Par¨ªs una nueva colecci¨®n de sus chancletas Ipanema. Pero la rapidez de su retorno era equ¨ªvoca. La modelo que m¨¢s dinero gan¨® en 2009, seg¨²n Forbes (25 millones de d¨®lares), ha anunciado que no quiere volver a la pasarela. ?mbito que, de todas formas, ten¨ªa aparcado desde 2004.
Cuento de moda
Natalia Vodianova. Su ani?ada belleza sigue intacta a los 28 a?os. Ocho a?os despu¨¦s de que esta rusa encandilara al dise?ador Tom Ford.
Su historia es de cuento: la delicada vendedora de fruta en un puesto callejero en Rusia que rein¨® en las pasarelas de Par¨ªs y se cas¨® con un noble brit¨¢nico. Ese cl¨ªmax narrativo sucedi¨® en 2001; hoy, Vodianova es madre de tres hijos y est¨¢ en otro tr¨¢nsito: a modelo polifac¨¦tica. Ha creado una fundaci¨®n que ayuda a ni?os en su pa¨ªs y dise?a una colecci¨®n de ropa interior para Etam.
La chica de hoy
Lara Stone. A los 26 a?os, esta holandesa representa el triunfo de un canon de belleza m¨¢s voluptuoso.
Suceder a Madonna en la publicidad de Louis Vuitton y un n¨²mero de Vogue Par¨ªs ¨ªntegramente dedicado a ella (en febrero de 2009) son algunos de los argumentos de su candidatura a modelo m¨¢s cotizada del momento. Ha sido un ¨¦xito tard¨ªo, ya que lleva m¨¢s de una d¨¦cada trabajando. S¨®lo a partir de 2006, la industria empez¨® a apreciar sus dientes separados y sus curvas. Queda por ver si asienta su estrellato.
La leyenda indomable
Naomi Campbell. La brit¨¢nica, de 39 a?os, ha demostrado tanta belleza como car¨¢cter a lo largo de su carrera.
A los 16 a?os empez¨® a trabajar con Azzedine -Papa- Ala?a. Y, a pesar de pol¨¦micas y turbulencias, no ha parado. El ¨²ltimo ejemplo -un cuarto de siglo despu¨¦s- es el n¨²mero de abril de Vogue Rusia. Para celebrar su aniversario, la cabecera publica un monogr¨¢fico sobre la diva. La mujer que se rebel¨® contra el impenetrable destino de esfinge de las maniqu¨ªes revelando una personalidad explosiva.
Cerebral y visceral
Claudia Schiffer. Rein¨® en los noventa. Imagen de L'Or¨¦al y Ferragamo a los 39 a?os.
Fue la novia de Mickey Mouse en un anuncio de Fanta y un remedo de Brigitte Bardot en la campa?a de Guess. Coquete¨® con lo masivo, que no le priv¨® de ¨¦xitos de alta costura, gracias a un valioso aliado: Karl Lagerfeld. En 1992 era considerada la modelo mejor pagada y pronto se reencarn¨® en empresaria, con calendarios, v¨ªdeos y una fallida cadena de restaurantes.
Eternamente 'sexy'
Eva Herzigova. A los 37 a?os, esta modelo checa sigue explotando la popularidad de su sex appeal.
Hace ya 20 primaveras que su escote conmocion¨® al mundo en un anuncio de Wonderbra. En este tiempo, y sin necesidad de estreno cinematogr¨¢fico alguno, Herzigova ha sabido alternar con elegancia la alfombra roja y la pasarela. Y sigue trabajando con fluidez: apareci¨® en el desfile de esta primavera de Herm¨¨s y comparte con Claudia y Naomi la campa?a del primer perfume de D&G.
La favorita de los gur¨²s
Daria Werbowy. Canadiense, de 26 a?os. Salt¨® ala fama gracias a Miuccia Prada y a Steven Meisel.
El contrato que firm¨® con Lanc?me en 2004 le otorg¨® el cach¨¦ definitivo de top model. Fue la r¨²brica de una ascensi¨®n de manual. Entre 2003 y 2005 fue imagen de Prada, protagoniz¨® tres portadas de Vogue Italia en un solo a?o y bati¨® el r¨¦cord de abrir y cerrar desfiles (aparecer la primera y la ¨²ltima, el mayor honor sobre una pasarela) en una sola temporada. Su escasa notoriedad fuera de la industria explica que -a pesar de ser la favorita de esta- modelos como Heidi Klum o Adriana Lima ganen m¨¢s que ella, seg¨²n Forbes.
Orgullosa veterana
Linda Evangelista. A los 44 a?os es el rostro de L'Or¨¦al.
El dispensador de t¨®picos sobre las top models originales le otorga a Linda Evangelista el de la versatilidad. Y es posible que sea cierto tras casi 25 a?os de carrera. Su fichaje por L'Or¨¦al en 2007 y la publicidad de Prada del a?o siguiente cimentaron la tesis del retorno de las supermodelos de los noventa. Didier Fern¨¢ndez, su agente, se rebela tambi¨¦n contra ese lugar com¨²n. "Estar hablando siempre de su vuelta es rid¨ªculo. ?D¨®nde se supone que se mete entretanto? Ella es modelo, le gusta su profesi¨®n y, a diferencia de otras, nunca ha querido dedicarse a otra cosa".
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