Franco deja de ser un secreto
35 a?os despu¨¦s de la muerte del dictador, las copias de sus documentos son de acceso libre en el Centro de la Memoria Hist¨®rica de Salamanca
Los papeles de Franco ya est¨¢n en un archivo p¨²blico. Cualquiera puede consultarlos en el Centro Documental de la Memoria Hist¨®rica, en Salamanca, que recibi¨® en octubre los rollos de microfilme que hab¨ªan permanecido guardados seis a?os en la caja de seguridad del Ministerio de Cultura. Ocultos, como si quemasen. Son copias de 27.490 documentos (m¨¢s de 100.000 p¨¢ginas) pertenecientes a la Fundaci¨®n Francisco Franco, que ha custodiado los originales con hermetismo y sin las garant¨ªas de acceso de un archivo p¨²blico. Desde la muerte del dictador, los papeles permanecieron hasta los a?os ochenta en casa de su viuda, Carmen Polo. Fue ella quien invit¨® al historiador medievalista Luis Su¨¢rez Fern¨¢ndez a examinarlos. "Descubr¨ª una documentaci¨®n desordenada y valiosa, que me cost¨® cinco a?os ordenar, pero no tuve ning¨²n monopolio. Procur¨¦ ayudar a muchas personas", explic¨® a este diario. Su¨¢rez, que exigi¨® trabajar con fotocopias "para evitar problemas", public¨® el resultado de su investigaci¨®n en Franco y su tiempo, revisado y corregido en Franco. Cr¨®nica de un tiempo. Adem¨¢s, supervis¨® la publicaci¨®n de seis vol¨²menes con documentos hasta 1942. "Luego el proyecto se par¨® por falta de dinero", indic¨®. Lo cierto es que historiadores como Paul Preston, autor de una celebrada biograf¨ªa sobre Franco, no tuvieron acceso al material de la fundaci¨®n, que abarca desde 1938 a 1976. Incluso Javier Tusell recurri¨® a Luis Su¨¢rez para acceder a papeles sobre el atentado de Carrero Blanco. Tras la ayuda de 150.841,22 euros concedida por el Ministerio de Cultura entre 2000 y 2003 para digitalizar los papeles, la Fundaci¨®n Francisco Franco entreg¨® a cambio una copia a la Administraci¨®n que, parad¨®jicamente, permaneci¨® guardada en la caja de seguridad ministerial. EL PA?S ha seleccionado algunos documentos interesantes que ya son accesibles en Salamanca.
"No se excluye que la CIA haya pagado a los que tramaban matar a Castro"
Los microfilmes se han guardado en la caja de seguridad de Cultura seis a?os
Ha desaparecido el documento sobre las cuentas que figuraba en el fondo
Los mon¨¢rquicos "desean la violencia para derrocar el r¨¦gimen"
El embajador en Berl¨ªn alert¨® sobre las atrocidades contra los jud¨ªos
"A las reuniones llevan a las esposas para impedir que la polic¨ªa les detenga"
Guerra Civil Casado se confiesa
Se conservan las conclusiones escritas el 17 de noviembre de 1936 por Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, al tribunal popular que lo conden¨® a muerte en Alicante, en las que se declara ajeno a la organizaci¨®n del golpe militar de julio y defiende la inocencia de su hermano Miguel y su cu?ada Margarita Larios, juzgados en el mismo proceso. Franco tambi¨¦n conserv¨® la carta que le envi¨® el coronel Segismundo Casado en la que justifica su golpe contra el Gobierno de Juan Negr¨ªn, partidario de resistir el empuje de los sublevados, en 1939: "La necesidad urgente de asfixiar un golpe comunista, que de haber triunfado hubiera desplegado un r¨¦gimen de terror sin precedentes y de otro lado el deseo de satisfacer los anhelos pacifistas del pueblo me impulsaron a derribar a un gobierno abigarrado con todos los vicios pol¨ªticos imaginables". Casado expresa su temor por la deriva: "Me preocupa la reacci¨®n que pueda experimentarse y la posibilidad de que desahuciado el Consejo de Defensa se creara un estado ca¨®tico, que retrasar¨ªa extraordinariamente la obra de reconstrucci¨®n de Espa?a".
Entre los documentos se incluyen algunos militares como los planos de la secci¨®n de informaci¨®n del ej¨¦rcito sublevado, que identifica los objetivos (dep¨®sitos de material, f¨¢bricas, cuarteles o sedes pol¨ªticas) para bombardear en ciudades catalanas.
II Guerra Mundial
"Liquidaci¨®n de jud¨ªos"
"Contin¨²a la liquidaci¨®n en masa de jud¨ªos, no s¨®lo los que a¨²n viv¨ªan de los tres millones y medio que resid¨ªan en Polonia, sino los tra¨ªdos de Austria, Checoslovaquia, B¨¦lgica, Holanda, Noruega, Francia y Yugoslavia; un lugar hasta ahora ignorado llamado Tremblinka [sic], ha adquirido la l¨²gubre reputaci¨®n de ser el elegido para estas matanzas terribles", escribe el embajador Gin¨¦s Vidal en un escrito reservado dirigido al ministro de Asuntos Exteriores sin fechar. En la carta informa de la resistencia polaca contra los ocupantes nazis y de su efecto en la Gestapo: "Antes, cuando ca¨ªa asesinado de vez en cuando alg¨²n alem¨¢n, se adoptaba en el acto la providencia de ahorcar o fusilar a 40 o 50 polacos; hoy, despu¨¦s de la sangrienta y encarnizada r¨¦plica de las repetidas organizaciones y de la hasta ahora infructuosa acci¨®n intentada contra ellas, la Gestapo se limita a efectuar detenciones en cierto n¨²mero, entre el cual suelen figurar no pocos inocentes". De la conocida entrevista entre Hitler y Franco en Hendaya hay informaci¨®n sobre la trastienda: el colosal enfado del embajador, excluido de este encuentro y de otros mantenidos entre el ministro Serrano Su?er y el F¨¹hrer. El diplom¨¢tico, indignado, escribe ¨¦l mismo a m¨¢quina un "cap¨ªtulo de quejas" sobre Serrano Su?er para ser entregado en exclusiva a Franco. "Al ir a entrar en el despacho [de Hitler] detr¨¢s del ministro, no le fue permitido hacerlo manifest¨¢ndosele que se hab¨ªa acordado un cambio en el protocolo (...) El embajador ignora lo que se trat¨® en la entrevista". Curiosa resulta la nota de diciembre de 1940, donde se detalla la visita de una comisi¨®n alemana al Campo de Gibraltar para estudiar un "ataque al Pe?¨®n por el frente de Levante, utilizando para ello fuerzas alpinas".
Monarqu¨ªa Los esp¨ªas de don Juan
La desconfianza enturbi¨® siempre las relaciones entre Franco y don Juan, cuyas idas y venidas eran escrutadas por el entorno del r¨¦gimen. As¨ª ocurre con la comida que organiza en mayo de 1958 el Instituto Espa?ol en Nueva York en honor del conde de Barcelona y el Pr¨ªncipe. En un mensaje "estrictamente confidencial", el embajador ante la ONU Jos¨¦ F¨¦lix de Lequerica cuenta el ambiente y las conversaciones. "La ¨²nica falla en relaci¨®n con la visita del conde de Barcelona y Don Juan Carlos ha sido su negativa -la del Pr¨ªncipe, mejor dicho- a visitar las Naciones Unidas, a donde yo le hab¨ªa invitado (...) En rigor pod¨ªa no ir ¨¦l, como no ha ido a otros sitios. Pero ?qu¨¦ inconveniente hab¨ªa para una visita tur¨ªstica del Pr¨ªncipe, joven estudiante, deseoso de conocer la exterioridad de una instituci¨®n establecida en Nueva York?".
Otro embajador de hiperactiva pluma era el de Lisboa, dada la cercan¨ªa a la residencia de don Juan. El 4 de julio de 1958 escribe a Franco a prop¨®sito del entorno mon¨¢rquico: "Como todos ellos son extremistas y desean el camino de la violencia para derrocar al r¨¦gimen, naturalmente, mi persona les produce una irritaci¨®n verdaderamente extraordinaria". Tambi¨¦n la Falange era toda o¨ªdos: lo cosechado se plasmaba en un Bolet¨ªn de actividades mon¨¢rquicas.
Estados Unidos Kennedy, ben¨¦volo
Siempre vitales, las relaciones con Estados Unidos se pueden rastrear en numerosos documentos. Hay telegramas y cartas de 1952 del embajador Lequerica informando sobre personas y obst¨¢culos que torpedean el acuerdo entre ambos pa¨ªses (bases a cambio de ayuda econ¨®mica) como el respeto a la libertad religiosa (exigencia protestante) y la antipat¨ªa del presidente Truman hacia la dictadura franquista. Nada que ver con la actitud que muestra el presidente Eisenhower en marzo de 1960, tras su visita a Espa?a. Su com¨²n frente anticomunista pesa m¨¢s que la falta de libertades espa?ola. "Comparto su opini¨®n de que la ofensiva comunista no es hoy exclusivamente militar, sino principalmente pol¨ªtica y econ¨®mica (...) Tenemos que continuar en nuestra pol¨ªtica de seguridad colectiva y medidas con ella relacionadas para contener la expansi¨®n comunista", le escribe a Franco.
Tres a?os despu¨¦s, con Kennedy en la Casa Blanca, las relaciones no se enturbian. El embajador de entonces, Antonio Garrigues, relata as¨ª una cena "informal e ¨ªntima" con el clan: "El presidente se dirigi¨® a m¨ª y me dijo: 'Bueno, ahora Espa?a es un pa¨ªs rico, creo que est¨¢n ustedes ya en los 1.300 millones de reservas; son mucho m¨¢s ricos que nosotros. Yo creo que no van a tener m¨¢s remedio que hacernos un Plan Marshall para los Estados Unidos'. Todos nos echamos a re¨ªr y naturalmente expliqu¨¦ en ese mismo tono ligero lo pobres que ¨¦ramos". Ya sin gui?os jocosos, Kennedy se mostr¨® "muy complacido" por la mejor¨ªa econ¨®mica espa?ola, pero preocupado por "el problema de la sucesi¨®n tanto en Espa?a como en Portugal" y por el futuro de Am¨¦rica Latina. El embajador invita a visitar Espa?a a Robert Kennedy, mano derecha de su hermano. Con Nixon, se estrechan m¨¢s las relaciones. El 17 de agosto de 1971, env¨ªa un mensaje personal a Franco para anticiparle las fulminantes medidas anticrisis que anunciar¨¢ horas despu¨¦s y que impactar¨¢n sobre Espa?a. Congelaci¨®n de salarios y precios, bajada de impuestos, suspensi¨®n de la convertibilidad del d¨®lar en oro y sobrecarga temporal sobre las importaciones. "Reconozco que estas medidas afectar¨¢n a Espa?a a la vez que son vitales para nosotros", escribe.
Am¨¦rica Latina Chapuza contra Castro
Con el sello de reservado se pueden leer las cartas enviadas por personal diplom¨¢tico desde La Habana informando sobre la conspiraci¨®n descubierta en marzo de 1966 para asesinar a Fidel Castro. "Los detalles rocambolescos de la trama hacen ver que es una obra puramente amateur. Esto parece indicar que la CIA (aunque la CIA tampoco es quiz¨¢s una organizaci¨®n que trabaja a la perfecci¨®n) no ha participado directamente en este complot, lo cual no excluye que haya utilizado y pagado los servicios de las personas complicadas", relata el encargado de negocios en una carta dirigida al ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Mar¨ªa Castiella.
Rendido admirador de Franco se confiesa Juan Domingo Per¨®n en una carta fechada en Buenos Aires el 5 de noviembre de 1947, tras su visita a Espa?a: "Cierto, ciert¨ªsimo es, mi querido general, que la Argentina ha sabido comprender la epopeya de Espa?a en el punto y hora que vos supiste devolverle la grandeza a que secularmente estaba acostumbrada. Cierto que, a pesar de la nefasta propaganda dirigida por los enemigos de todo lo que es com¨²n y amado por nuestros pueblos, la verdad de Espa?a triunfa por la raz¨®n que ilumin¨® el brillo de vuestra espada". "?Pido a Dios que nuestras patrias no salgan jam¨¢s de los derroteros de su com¨²n destino!", rogaba Per¨®n.
Oposici¨®n interna La polic¨ªa no es tonta
A Enrique Tierno Galv¨¢n no le quitaban ojo. Un informe del 2 de agosto de 1961 detalla sus reuniones con otros opositores antes de partir para una estancia de ocho meses en Estados Unidos durante la que espera entrevistarse con el presidente Kennedy para insistirle que Espa?a sufre "una dictadura militar que suprime toda libertad". "A todas las reuniones llevaban a algunas de las esposas de los invitados para impedir que la polic¨ªa les detuviera bajo pretexto de acto pol¨ªtico clandestino". En otro informe de la Direcci¨®n General de Seguridad de 1965 se detalla la asamblea en la que participan el periodista Emilio Romero, entonces director de Pueblo, y el sindicalista Marcelino Camacho con trabajadores metal¨²rgicos. Romero, para evitar problemas, se present¨® voluntariamente ante la polic¨ªa para dar su versi¨®n de la reuni¨®n y aclarar que "su actividad se desarrolla dentro del r¨¦gimen".
Cada rinc¨®n, vigilado. Cada protesta, reprimida. Incluso las no estrictamente pol¨ªticas como el boicot celebrado en Algeciras en 1961 por el abusivo precio de los cines de verano y la mala calidad de los filmes, que desemboc¨® en enfrentamientos violentos entre el p¨²blico y la polic¨ªa. Y tambi¨¦n eso, seg¨²n los ojos del r¨¦gimen, acababa al servicio de los otros: "La situaci¨®n ha sido aprovechada posteriormente por elementos hostiles".
Babelia
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