El Bar?a es una apisonadora
El equipo de Xavi Pascual abruma al Olympiacos con una formidable lecci¨®n de juego colectivo y conquista en Par¨ªs su segunda Euroliga
El Barcelona se hizo justicia en Par¨ªs. Donde hab¨ªa ca¨ªdo dos veces en su incesante b¨²squeda de la corona europea durante casi tres d¨¦cadas, escasamente retribuida con el t¨ªtulo alcanzado al calor del Palau Sant Jordi y de Bodiroga en 2003, por fin despleg¨® toda la belleza y precisi¨®n con la que, hoy por hoy, s¨®lo el conjunto barcelonista es capaz de dotar al juego. Brillante Navarro -elegido adem¨¢s el mejor jugador de la final, el primer espa?ol en conseguirlo-, fantasioso Ricky Rubio, imponente Fran V¨¢zquez, supremo Mickeal y as¨ª hasta el ¨²ltimo jugador porque s¨®lo con una exhibici¨®n colectiva tan impresionante se puede destrozar a un equipo tan lujoso y repleto de figuras como el Olympiacos. La victoria dignific¨® el juego, el de un equipo solidario en todas las facetas, prol¨ªfico en ataque, generoso en defensa, r¨¢pido en la transici¨®n, paciente y preciso en el movimiento del bal¨®n. Gan¨® el Barcelona, el juego bonito, el buen baloncesto. Y Par¨ªs fue una fiesta.
El conjunto azulgrana fue prol¨ªfico en ataque, generoso en defensa, r¨¢pido y paciente
En siete minutos, el Olympiacos ya se vio obligado al desagradable ejercicio de bregar simplemente por mantenerse en el partido. V¨¢zquez puso cuatro tapones casi consecutivos que causaron estragos y sacaron del partido al colosal Schortsanitis y desesperaron a Kleiza y Bouroussis. Mickeal se mov¨ªa como una culebra para sacar ventaja de su emparejamiento con Childress y se convirti¨® en el ¨²ltimo destinatario del remolino de pases con los que el Bar?a reblandec¨ªa la defensa griega. Teodosic no pod¨ªa con la velocidad de Ricky, ni Penn con la constante movilidad y amenaza de Navarro.
El carrusel de cambios no vari¨® el panorama. El Barcelona aline¨® a diez jugadores hasta el descanso, nueve de ellos anotaron y todos cumplieron con la misi¨®n que se les encomend¨®. Sada, que no hab¨ªa jugado ni un solo minuto en la semifinal, se encarg¨® de reducir los ya previsibles da?os de Papaloukas. A¨²n as¨ª, fue Papaloukas, con sus penetraciones a canastas, uno de los pocos que acert¨® a mantener ligeramente a flote a los suyos, junto al recio p¨ªvot Bouroussis. La diferencia fue aumentando hasta los 14 puntos, 46-32, entre otras cosas porque cuando el Olympiacos quiso cerrar la puerta de la cocina para evitar canastas f¨¢ciles cerca de su aro los artilleros del Barcelona le endosaron siete triples. Eso fue hasta el descanso, despu¨¦s suma y sigue.
Los griegos no pudieron tirar por la v¨ªa del cuerpo a cuerpo y ensuciar el partido porque los ¨¢rbitros marcaron pronto la l¨ªnea y el Barcelona no entr¨® al trapo. Todo le sali¨® a pedir de boca a Xavi Pascual, que parec¨ªa tener la gu¨ªa de ruta del partido por mano. Pero Giannakis, fuera por estrategia o porque Teodosic no estaba al 100% aquejado de unos problemas intestinales, le dio unos minutos a Beverly, un base estadounidense que apenas hab¨ªa alineado durante toda la temporada. Beverly presion¨® como un poseso a Ricky y rob¨® dos balones que, unidos a un mal tiro de Ndong y un triple fallado por Navarro, desestabilizaron por momentos al Barcelona. Tres minutos le cost¨® sumar su primera canasta en el segundo periodo. El Olympiacos se acerc¨® a cinco puntos (52-47) pero eso fue todo. Sada, Ndong y Navarro volvieron a la carga con los triples que conced¨ªa la cerrada defensa griega. No fallaron. Navarro estaba en vena de aciertos, anot¨® 21 puntos, Mickeal 14, el Barcelona sum¨® hasta 12 triples y ocho tapones. Colosal.
Giannakis volvi¨® a recurrir a Beverly, esta vez para detener a Navarro. Misi¨®n imposible. Volvi¨® la diferencia de 14 puntos (64-50) con la que se asom¨® al ¨²ltimo cuarto. Al Barcelona, con el viento a favor, le bastaba con mantener la velocidad de crucero o simplemente regular. Hizo lo primero con dos robos de bal¨®n de Morris y Basile, subi¨® la diferencia a 16, a 19 (71-52). La suerte estaba echada. El Barcelona era campe¨®n y Par¨ªs, una fiesta.
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