"Son dos horas de reconquista de la ciudad"

Pertenezco a ese peque?o grupo de personas que aprovecha los d¨ªas de f¨²tbol para disfrutar del vac¨ªo urbano que se produce con dicho acontecimiento deportivo. Son unas tardes donde se respira un ambiente especial e ins¨®lito con la desertizaci¨®n de las calles. Algo importante parece estar pasando al otro lado, en los infinitos mundos del interior donde cada pantalla de televisi¨®n se transforma en el ¨²nico centro de atenci¨®n. Millones de personas quedan desconectadas del exterior.

De vez en cuando, el silencio de las calles se rompe con un zumbido de voces confusas o con un atronador "goool". Unos segundos despu¨¦s, el silencio se instala de nuevo. Son casi dos horas de reconquista de la ciudad. Pero hoy llego antes a casa y el partido todav¨ªa no ha terminado. He pasado al otro lado de la realidad y en pocos minutos me veo envuelto, como uno m¨¢s, en la fiebre del f¨²tbol. En este contexto, afloran la m¨¢s variada gama de emociones. Se desatan todas las pasiones, nobles e innobles. Este deporte puede ser un buen term¨®metro que mide los comportamientos c¨ªvicos de colectivos y sociedades de gran parte del mundo.