Rafael Ferro, autor de los ¨¦xitos de Julio Iglesias o Karina
Para el gran p¨²blico era un perfecto desconocido, pero Rafael Ferro Garc¨ªa (Madrid, 1943) gozaba de gran respeto entre los profesionales de la m¨²sica mel¨®dica como compositor, director musical y arreglista de Julio Iglesias. Era miembro de la Sociedad General de Autores (SGAE) desde 1960 y ten¨ªa registradas m¨¢s de 300 canciones; entre ellas, El ba¨²l de los recuerdos (Karina), Me olvid¨¦ de vivir (Julio Iglesias) o Volver¨¢s, de Mocedades. Falleci¨® el 27 de junio en su casa de Villajoyosa (Alicante), por un fallo cardiaco, a los 67 a?os.
Era un arreglista elegante, discreto y eficaz, de los que colocaba siempre la voz del artista en primer plano. "Sab¨ªa hacer las cosas sencillas y comerciales, con adornos efectivos que no llamaran en exceso la atenci¨®n", le glosaba ayer el cantante, compositor y amigo Juan Erasmo Mochi, con quien compuso docenas de obras en los a?os sesenta. Los dos "abandonaban mujeres e hijos" y se encerraban dos o tres semanas en un chalet que Ferro pose¨ªa en Alpedrete, en la sierra madrile?a. Cada vez que acababan una canci¨®n, lo celebraban con un partidillo de tenis. "Yo era muy popular gracias al programa Escala en Hi-Fi, as¨ª que toda la chiquiller¨ªa del pueblo iba a los partidos y hac¨ªa de recogepelotas", rememoraba Mochi.
A principios de los setenta, cuando Julio Iglesias fich¨® por la discogr¨¢fica CBS, Ferro se convirti¨® por contrato en su director musical, de giras y grabaciones. Poco despu¨¦s se incorpor¨® a ese equipo Ram¨®n Arcusa, del D¨²o Din¨¢mico. Ferro fij¨® la residencia en Miami -all¨ª nacieron sus dos hijas, fruto de su matrimonio con Helga, de origen dan¨¦s- y se mantuvo como fiel aliado de Iglesias hasta su fallecimiento. De hecho, fue en un reciente concierto de Julio en Dallas cuando sufri¨® un primer amago de infarto. Padec¨ªa hipertensi¨®n cong¨¦nita y vio oportuno viajar unos d¨ªas a Alicante para descansar, pero le sorprendi¨® la muerte.
Mochi le recuerda como un hombre vitalista, "vacil¨®n y capaz de re¨ªrse de todo". Su car¨¢cter extrovertido le cost¨® un serio disgusto a mediados de los ochenta cuando, en un control rutinario de extranjer¨ªa en el aeropuerto de Miami, empez¨® a hacer comentarios jocosos sobre la polic¨ªa sin sospechar que el agente entend¨ªa el castellano. Lo devolvieron a Espa?a con un sello de "persona non grata" en el pasaporte. "Julio tuvo que interceder ante su amigo Ronald Reagan, entonces presidente de EE UU, para que le concedieran la residencia a Rafael y eliminasen la indicaci¨®n del pasaporte", relataba ayer su amigo.
Ferro y Mochi hab¨ªan reeditado hace poco su vieja sociedad musical. Quedaron una tarde en Madrid para comprobar si a¨²n quedaba qu¨ªmica creativa entre ellos y en pocas horas remataron tres nuevas piezas. La m¨¢s prometedora tiene un t¨ªtulo que hoy suena premonitorio: Maldita la hora. "No nos dio tiempo a pensar en qu¨¦ int¨¦rprete ser¨ªa el m¨¢s indicado para ponerle voz", se lamentaba Mochi, "pero espero encontrar a alguien que la convierta en el mejor homenaje a Rafael tras su desaparici¨®n".
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