Matthew Simmons, el alarmista del petr¨®leo
Difundi¨® la idea de que la producci¨®n del 'oro negro' se acercaba a un inminente final y analiz¨® las consecuencias
Cuando hac¨ªa falta recurrir a una opini¨®n fiable sobre los intereses que se mueven en el sector petrolero, Matthew Simmons era la persona a la que hab¨ªa que escuchar. El inversor, uno de los mejores conocedores del mercado energ¨¦tico, muy cr¨ªtico con BP por la gesti¨®n del vertido en el golfo de M¨¦xico, muri¨® de un ataque al coraz¨®n el 8 de agosto en North Haven, Maine. Ten¨ªa 67 a?os.
Su an¨¢lisis profundo y provocador de la realidad energ¨¦tica que se vive dentro y fuera de EE UU le convirti¨® en una figura constante ante las c¨¢maras de las grandes cadenas de televisi¨®n financiera. Fue uno de los grandes promotores de la teor¨ªa que clama que la producci¨®n de crudo est¨¢ llegando a su punto m¨¢ximo, lo que significa que las reservas del oro l¨ªquido se agotan.
Propuso detonar una bomba nuclear para sellar el vertido del golfo de M¨¦xico
El reputado inversor presidi¨® la firma financiera Simmons & Company International, que fund¨® en 1974 en Houston. Le gustaba retar la l¨ªnea de opini¨®n general. Y tras un viaje a Arabia Saud¨ª, expuso en su libro Ocaso en el desierto (2005), y de una forma alarmista, las implicaciones para la econom¨ªa mundial de que la Tierra se quede sin petr¨®leo. Dos a?os despu¨¦s cre¨® el Ocean Energy Institute, para explorar las oportunidades de abastecimiento energ¨¦tico en el medio marino.
A diferencia de otros inversores, su visi¨®n era siempre a largo plazo. Y gracias a su conocimiento, desde dentro de la industria, ten¨ªa una facilidad especial para ver las tendencias de un mercado donde el incremento continuo de la demanda superar¨¢ inevitablemente la capacidad de suministro. Cuando eso suceda, advirti¨® en la Offshore Technology Conference, llegar¨¢n los problemas reales.
Ese mismo foro ten¨ªa lugar hace dos meses en Houston, la capital mundial petrolera, mientras en alta mar cobraba dimensi¨®n la cat¨¢strofe medioambiental de BP. Desde el primer momento cuestion¨® las cifras que se estaban dando del vertido de crudo y augur¨® la quiebra de la compa?¨ªa. Y para controvertida, su sugerencia para tapar el pozo: detonar una bomba nuclear.
Sus comentarios, de los que Simmons & Company se distanci¨® enseguida, llevaron a BP a romper relaciones con la firma financiera. Poco despu¨¦s, el banquero anunciaba que se retiraba por completo del negocio en Houston para dedicarse de lleno al think tank en Maine. No tuvo otra opci¨®n, aunque ¨¦l mismo declar¨® en una entrevista que ese paso le permitir¨ªa dedicarse plenamente a una nueva fase en su carrera.
A trav¨¦s de ese instituto, que empezaba ahora a despegar, canaliz¨® fondos para invertir en proyectos orientados a las energ¨ªas renovables, como la e¨®lica. Matthew Simmons, que durante un tiempo asesor¨® al ex presidente George Bush en materia energ¨¦tica, pensaba sacar la compa?¨ªa a Bolsa este a?o, para as¨ª recaudar fondos con los apoyar su ambici¨®n.
Sus teor¨ªas no eran aceptadas por todos sus pares. De hecho, se consideraba de los pocos en la industria con ideas para hacer frente al reto del pico en el suministro. Pero nadie le niega su capacidad de hacer pensar a muchos m¨¢s all¨¢ del hoy y del ma?ana. Y, sobre todo, su intensa labor por sensibilizar al p¨²blico con libros, discursos y entrevistas en la idea de que las reservas de petr¨®leo no son infinitas.

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