Por qu¨¦ perdemos las primarias

Hace casi 12 a?os pas¨¦ una de las primeras confrontaciones de primarias que mi partido (PSOE) tuvo. Hoy d¨ªa a¨²n quedan algunas heridas pendientes de cicatrizar. Era y sigo siendo, a pesar de todo, un firme defensor de las primarias: creo que es el m¨¦todo m¨¢s natural y democr¨¢tico para elegir a quien se juzgue con capacidad, con preparaci¨®n, con fuerza e ilusi¨®n para representar y defender los ideales de un partido, sea el que sea, como presidente, diputado o alcalde.

Pero este sistema, como todo, necesita organizaci¨®n y reglas de juego, porque su ausencia es lo que produce roces y heridas, no puede haber dirigismos externos, ni posicionamientos previos y p¨²blicos de altas instancias, esto no es una campa?a electoral propiamente dicha, es un proceso totalmente interno y as¨¦ptico, y como tal debe regularse para que no haya trabas en los censos ni en el uso de sedes de las agrupaciones.

Que se regulen, pues, las elecciones primarias a presidentes, a diputados, a senadores y alcaldes. Que se regulen las listas abiertas, que se le d¨¦ la voz y el voto a las bases como reclam¨¢bamos en el 34? Congreso. Porque mientras no se abran los partidos pol¨ªticos, mientras no se reconozca la madurez de los militantes para elegir a quienes quieran que est¨¦n en sus listas electorales, seguiremos perdiendo la credibilidad de los electores, sobre todo de los m¨¢s j¨®venes. Y, entonces, todos perderemos las primarias.