Gracias, Miguel R¨ªos, aqu¨ª te esperamos para cuando quieras
El veterano m¨²sico se despide de Madrid ante 18.000 espectadores
Pasemos por alto, aunque no deje de ser cierto, eso de que "los viejos rockeros nunca mueren". Tambi¨¦n lo de que Miguel R¨ªos es lo mejor que le ha pasado al rock and roll en Espa?a. Ajust¨¦monos al presente. Viendo lo que ocurri¨® anoche en el Palacio de los Deportes no hace falta tirar demasiado de t¨®picos ni recurrir a la nostalgia para decir que Miguel R¨ªos, a sus 66 a?os, da su ¨²ltima vuelta al ruedo -asegura que es su ¨²ltima gira- siendo un gigante todopoderoso sobre un escenario.
Anoche lo demostr¨® desde el minuto uno. Tras la introducci¨®n instrumental Los marginados del rock apareci¨® Miguel de negro, con chupa de cuero, patillas largas, moviendo las caderas con cara de felicidad y abri¨® con la reciente Memorias de la carretera. Luego ocurri¨®: cant¨® Bienvenidos y los 18.000 hijos del rock and roll se pudieron a sus pies. Desde Massiel que no par¨® de bailar desde la primera fila hasta la ministra de Cultura, ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, que acudi¨® con la ex ministra del Igualdad, Bibiana A¨ªdo. Era ella quiz¨¢ de las m¨¢s j¨®venes del p¨²blico, que no bajaba de la treintena y donde abundaba la cincuentena (que vivieron la ¨¦poca m¨¢s sesenta de Miguel) y cuarentena (que a?oraba su ¨¦xito en los ochenta). Como Luis Miguel Flores, de 42 a?os que avisaba antes del concierto. "Igual se me escapa alguna l¨¢grima. Que el segundo concierto de mi vida fue el de Miguel R¨ªos cuando yo ten¨ªa 15 a?os. El primero fue de los Stones".
El Miguel R¨ªos de 2010 sigue haciendo un rock generoso e intemporal
"Ni cuando so?aba despierto pod¨ªa so?ar esta noche", dijo el rockero
Nada tiene que envidiar el granadino a Mick y Keith. Los tres juegan en la misma liga. Miguel demostr¨® ayer que se va en un momento espectacular. Est¨¢ incre¨ªble de voz, tiene una buena banda de rock and roll y un repertorio que quita el hipo. Anoche tir¨® de sus grandes ¨¦xitos de todas las ¨¦pocas para firmar un conciertazo. Ejemplo: suena la reivindicativa Antinuclear y hay dos explosiones en el escenario, que ponen a todo el mundo de pie y suben la temperatura rockera antes de que suene Nueva Ola, que cant¨® con quej¨ªo flamenco.
"Ni cuando so?aba despierto pod¨ªa so?ar lo de esta noche", dijo Miguel tras la quinta de las casi 30 canciones (dos horas y media) que toc¨® ayer. "Sois de puta madre", recalc¨® antes de atacar la emocionante En el ¨¢ngulo muerto, junto a su paisano Lapido, ex 091, y el blues que le dedic¨® a Madrid, Cosas que le debo a Madrid. En ese momento en las pantallas aparece una imagen del cantante en el a?o 1970 y se hace dif¨ªcil encontrar las diferencias. Otro de los momentos emocionantes de la noche fue el Vuelvo a Granada, que conserva una magia pop que ya le gustar¨ªa a cualquier grupo independiente de nuevo cu?o. Igual de emocionante fue la aparici¨®n de la magn¨¦tica Ana Bel¨¦n para cantar en El r¨ªo.
Para hacer Un caballo llamado muerte -contra la hero¨ªna-, Miguel invit¨® a su hija L¨²a. La veintea?era ha querido hacer su carrera musical sin enchufes, pero ayer el encuentro se hac¨ªa necesario. Y claro, a pap¨¢ se le ca¨ªa la baba. A ella, tambi¨¦n.
Como al p¨²blico cuando en la parte final del concierto son¨® A?o 2000, El blues del autob¨²s, Al sur de Granada, con Amaral; Santa Luc¨ªa, con Carlos Tarque, de M Clan, y el Maneras de vivir con el gran Rosendo, al que Miguel R¨ªos deja solo al frente del trono del rock espa?ol. Antes de marcharse dej¨® marcados a fuego varios cl¨¢sicos: el S¨¢bado a la noche, de Moris; Mueve tus caderas de Burning, y el emocionant¨ªsimo Bye, bye, R¨ªos con todos los invitados sobre el escenario. Por su puesto se despidi¨® con todo el p¨²blico de pie, con el Himno a la alegr¨ªa.
Porque Miguel se ha pasado media vida contestando a periodistas sobre cu¨¢ndo iba a jubilarse. Y ahora que medio lo hace todos le preguntan por qu¨¦. Dice ¨¦l que porque quiere. Que necesita hacer cosas distintas a lo que ¨¦l mismo invent¨® en Espa?a: las grandes giras. Dice en el libro-disco de EL PA?S no se siente identificado con el triunfo del marketing en la m¨²sica actual y quiere "dejar un buen recuerdo a la afici¨®n". Pero viendo lo de ayer, no pasar¨ªa nada si un d¨ªa se levanta con ganas otra vez de hacerlo todo a lo grande. Por lo pronto, hoy repite haza?a en el mismo sitio y a la misma hora. El Miguel R¨ªos de 2010 sigue facturando rock musculoso sin barriga, generoso, duro e intemporal. Y sobre todo se despide de Madrid con nivelazo. En un gran momento. As¨ª que aqu¨ª te esperamos, Miguel. Vuelve cuando y como quieras.
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