El Somorrostro recupera su historia
El Ayuntamiento de Barcelona se?alizar¨¢ los principales espacios de barracas
"?Que c¨®mo era la vida all¨ª? Mala, muy mala. Mucha miseria. Los peores a?os de mi vida, sin duda". Julia Aceituno, una risue?a mujer de 72 a?os, provoc¨® un peque?o terremoto cuando en el magn¨ªfico reportaje Barraques. La ciutat oblidada, de Alonso Carnicer y Sara Grimal, lamentaba que no hubiera ni menci¨®n del nombre de Somorrostro, el barrio de barracas en el que vivi¨® su adolescencia. Su petici¨®n, espont¨¢nea, provoc¨® una reacci¨®n en cadena y ayer all¨ª estaba ella, junto al alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, escuchando como este afirmaba que ser¨¢ un mero tr¨¢mite que el trozo de playa que va desde el hospital del Mar hasta el final de la calle de la Marina se llame de nuevo as¨ª, Somorrostro, como hab¨ªa sido siempre.
Falta que el cambio pase todav¨ªa por la comisi¨®n del nomencl¨¢tor del 17 de noviembre, pero seg¨²n Hereu puede darse pr¨¢cticamente por seguro. Un poco m¨¢s laboriosa, aunque tambi¨¦n segura, ser¨¢ la instalaci¨®n de las placas conmemorativas en aquella playa y en otros antiguos enclaves de barracas de la ciudad. "No es un ejercicio de nostalgia, sino el reconocimiento de una parte de nuestra historia", se?al¨® Hereu, quien record¨® que la recuperaci¨®n de la memoria del barraquismo la inici¨® una exposici¨®n organizada en del Museo de Historia de la Ciudad. "Tenemos que mirar atr¨¢s con orgullo porque hubo miles de personas viviendo en estos barrios y gracias a la lucha de esta gente se pudo superar esta etapa y mejorar la ciudad".
Gente como la misma Julia, que desembarc¨® en la miseria del Somorrostro a los 14 a?os. "Llegu¨¦ en 1952, el mismo d¨ªa que abr¨ªa el Congreso Eucar¨ªstico", explica. "Mis dos hermanos mayores ten¨ªan trabajo y se compraron una casa. Cuando llegamos vimos que era una barraquita de tres metros cuadrados por la que hab¨ªan pagado 25 duros de la ¨¦poca. All¨ª viv¨ªamos siete personas, sin luz, ni agua, ni alcantarillas". En 1958 les echaron y estuvieron dos a?os viviendo en el interior del estadio ol¨ªmpico -"nos hac¨ªamos peque?os departamentos en las gradas con ropa y colchones", recuerda- hasta que a principios de 1960 les dieron un piso de protecci¨®n oficial de 30 metros cuadrados que result¨® que ten¨ªa aluminosis. All¨ª vivi¨® hasta que en 2006 se mud¨® al piso nuevo de 96 metros cuadrados que tiene ahora.
La comisi¨®n ciudadana para la recuperaci¨®n de la memoria de los barrios de barracas, impulsada por los dos periodistas de TV-3 que realizaron el reportaje, ha contado con el apoyo de m¨¢s de 70 entidades y 800 personas, entre profesionales y antiguos vecinos. "Habr¨ªa m¨¢s, pero a algunos a¨²n les da verg¨¹enza", comentaba Maravillas Gonz¨¢lez, que vivi¨® en el Tur¨® de la Rovira "una infancia mal¨ªsima, realmente miserable".
Tal como propon¨ªa la comisi¨®n, el alcalde les asegur¨® ayer que tras los estudios necesarios se situar¨¢n cuatro grandes placas conmemorativas en los antiguos barrios de barracas del Somorrostro, Montju?c, el Tur¨® de la Rovira y la Perona, adem¨¢s de otras ocho, m¨¢s peque?as, para se?alizar otros n¨²cleos como el Camp de la Bota, Rere el Cementiri del Poblenou, Can Tunis, Poble Sec, Tres Pins, Raimon Casellas, Francesc Alegre y Diagonal-Santa Gemma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.