Alejandro Magno renace en Madrid
Se inaugura en el Canal la gran exposici¨®n sobre el genio militar macedonio
Cuando su madre se hallaba encinta, un rayo descarg¨® sobre ella sin da?arla. Fue un presagio. Zeus signaba as¨ª la gloria que aguardaba al nasciturus, futuro infante de cabello ensortijado, mirada transparente y talento excepcional: Alejandro, hijo de Olimpia y Filipo, rey de Macedonia, vino al convulso mundo en una Grecia ag¨®nica. Pero gracias a sus dotes militares y a su inteligencia, H¨¦lade recobrar¨ªa imperecedero br¨ªo. Su memoria vive en Madrid a partir de hoy en una exposici¨®n sin precedente, que explica las gestas del h¨¦roe desde la columnada sala subterr¨¢nea del Canal de Isabel II, en la plaza de Castilla.
Hasta 330 piezas procedentes de 40 museos de Berl¨ªn, Viena, Mosc¨² y Madrid, en oro, plata, alabastro, cer¨¢mica y pedrer¨ªa; mas tapices, armas y utensilios dan cuenta, tambi¨¦n en tres dimensiones y con vivaces infograf¨ªas, de una gesta fabulosa. Esperanza Aguirre inaugur¨® ayer la muestra, abierta hasta mayo. Los visitantes podr¨¢n contemplar desde ma?ana el relato de una vida tan intensa como ef¨ªmera, iniciada en el a?o de 356 antes de nuestra era en Pella, al norte de Grecia. El fulgor de la mirada de Alejandro anunciaba un horizonte al que, bien joven, acudir¨ªa raudo para saciar su sed de infinito. Al gran Arist¨®teles de Estagira, el primer hombre que intent¨® explicar racionalmente el Cosmos, le fue encomendada la tarea de educar a Alejandro. Y lo consigui¨® con ¨¦xito admirable.
Hasta 330 piezas procedentes de 40 museos del mundo integran la muestra
Para Mart¨ªn Almagro Gorbea, comisario de la muestra, "el saber aristot¨¦lico y el vigor heroico convertir¨ªan a aquel muchacho en un genio militar que, con tan solo 35.000 hombres provistos de las temibles sarisas, picas de seis metros de longitud, m¨¢s 5.000 jinetes, se adue?¨® de Oriente Pr¨®ximo y Medio, m¨¢s el Asia Central en 12 a?os".
Y a?ade Mart¨ªn Almagro: "Esta exposici¨®n enfoca la figura de Alejandro desde una perspectiva psicol¨®gica, para dar cuenta de la personalidad de un hombre semejante hoy a una suerte de emprendedor que se planteara abarcar el mundo y lograra conquistarlo". As¨ª fue. Anatolia, Egipto, Siria, Irak, Persia, la insondable Bactria, hoy Afganist¨¢n... Una por una cayeron en manos de su aguerrido ej¨¦rcito. Sus huestes cruzaron incluso el r¨ªo Indo. Con apenas 20 a?os rey de Grecia y de Macedonia, la estela del gran genio juvenil de todos los tiempos, destellaba fulgurante desde entonces.
Lo m¨¢s singular de su razzia por Oriente fue el prop¨®sito de tender con las dem¨¢s civilizaciones la homonia, uni¨®n de los corazones, una comunidad que superara particularismos y fronteras. Capaz de asesinar a un amigo por criticarle -capaz tambi¨¦n de llorarle desconsoladamente tres d¨ªas-, la exposici¨®n recorre los vestigios que, en su marcha hacia el amanecer, fue dejando a lo largo de 23.480 kil¨®metros hasta culminar su sue?o de inmortalidad. Supo imitar de los egipcios el c¨¢lculo; de los persas, la pasi¨®n y de los asi¨¢ticos, la reflexi¨®n m¨¢s honda. "Es emocionante mostrar aqu¨ª que el helenismo, la huella del pensamiento griego, acompa?¨® a Alejandro e impregn¨® el arte del Asia Central, incluso la iconograf¨ªa del budismo", subraya Mart¨ªn Almagro. Un busto esculpido por Lisipo, hallado en una r¨¦plica encontrada en It¨¢lica, da idea de la fascinante belleza del joven macedonio, igualmente retratado en otra efigie regalada a Napole¨®n, por el ilustrado espa?ol Jos¨¦ Nicol¨¢s de Azara, tambi¨¦n devoto de Alejandro. Hasta 25 ciudades tomaron su nombre. Setenta m¨¢s fund¨® a su paso. Su vida se apag¨® a los 32 a?os, tras 10 d¨ªas de atroz agon¨ªa. Pero su gesta pervive. En Madrid, hasta el 3 de mayo, cabe a todos recrearla.
Alejandro Magno. Encuentro con Oriente. Sala de exposiciones del Canal de Isabel II. Plaza de Castilla. Todos los d¨ªas, de 10 a 21.00. 6 euros.
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